La comunicación, entre otras acepciones, tiene la de compartir, la de ser en los demás, con los otros. Nos arrimamos a esa voluntad que nos ha de cerciorar sobre los motivos con un poco de base, que nos ha de acertar con las ganas de vivir que luego, antes, siempre, ayudan.
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Medios, Comunicación y sensaciónes
La profesión periodística precisa de una serie de consideraciones sobre lo que es su dinámica diaria, acerca del fenómeno de las empresas en las que la ejercemos, y sobre los problemas y puntualizaciones que hemos de asumir para que se resuelvan en el plazo más oportuno y con la contundencia que sea menester. No podemos mirar para otro lado.
La comunicación como guía
La referencia es la comunicación. Con ella nos surtimos de deseos, de prevenciones, de pronósticos, de opciones más o menos claras. Gracias a ella podemos vivir mejor este día. Salgamos a la calle y digamos lo que nos complace, y procuremos que no falte de nada a los que nos rodean. Aceptemos las situaciones con el mejor de los sentidos. Apreciemos la comunicación con un deseo ferviente de compartir y de ser entre los demás. Hemos de conseguir que las implicaciones nos lleven a lo mejor y sin soledad. Utilicemos los prismáticos para sacar partido a la existencia misma.
Soñar y vivir la comunicación
La comunicación es un proceso de pura experiencia con la que nos nutrimos y nos realizamos como personas. Soñar, vivir, sentir, poder regresar a esos momentos de excelencia que nos proponen salir de esas espirales que no entendemos del todo. Ganamos en la misma senda de la enmienda, mientras proponemos consideraciones que nos conducen por esa sensación de hospitalidad mayúscula.
Aprender cada día de la claridad comunicativa
Las exposiciones han de ser, como punto de partida, lo más claras, sencillas y eficaces que podamos mostrar. Creo que cada día podemos aprender del brillo de los primeros rayos de un sol que nos alimenta a todos. Nos debemos con una continuidad que nos ha de abrumar con unos registros fugaces.
Disciplina de comunicar
Hagamos que sea una constante de cada día. Hemos de comunicar y sacar provecho a lo que ello implica. Reiteremos la disposición a tener las razones que nos quiten las dudas y sus asaltos con vacilaciones propias de cansadas operaciones de maquillajes irreconocibles. Podemos vivir un progreso que nos haga eternos. No permitamos que la esterilización nos conduzca por afanes de destellos suculentos, certeros, hechos a la medida de todas las cosas.
Comunicación: fuerza y credibilidad
La credibilidad es el sostén de una razonable y buena comunicación. Hemos de pugnar por ella. No nos cansemos de hacer las cosas de la mejor manera posible. Nos debemos el intento desde la voluntad y hasta con afán de sacrificio. Hagamos caso a nuestro corazón con ese aire fresco que nos invite a tomar en consideración todo cuanto ocurra, lo que sea, lo que nos llegue con el predominio de una emoción que hemos de hacer sincera.
Solfeo iniciático en comunicación
Pidamos que suene la música de la comunicación, y hagamos que las buenas vibraciones funcionen. Alcemos con más frecuencia la memoria que no es flexible, que no toma lo mejor de la experiencia utilizando las voces de lo que fue, de lo que nos sucedió, de lo que nos otorgó posibilidades más o menos aprovechadas. Busquemos lo mejor de ella. Sumemos ante las turbulencias que han de superarse con las motivaciones más desgranadas.
Solidaridad comunicativa
La comunicación bien entendida y atendida es una ceremonia pura de solidaridad, pues con ella engarzamos con los demás. Con el proceso comunicativo nos vemos en ese pasado que hoy es presente, y presumimos con esa nueva emoción que distingue en el impreciso momento de una fuerza que nos señala el camino que podríamos seguir si las cosas fueran de otra manera. Nos hemos puesto en ese lugar que nos dificulta el paso.
Aprender del trasiego comunicativo
La comunicación supone un trasiego de circunstancias, de hechos, de interpretaciones, de informaciones en definitiva, que hemos de optimizar. No sé dónde quedan las reservas de aquellos cumplimientos que nos guardaron de algunas dudas. Hay que sacar toda la ilusión posible a la comunicación. Nos regalamos cada día, en el intercambio informativo, pormenores que nos previnieron de elementos que fueron paseos en las nuevas situaciones que podrían exponer lo que somos, lo deseable, lo más agradable.