Aprender cada día de la claridad comunicativa

Las exposiciones han de ser, como punto de partida, lo más claras, sencillas y eficaces que podamos mostrar. Creo que cada día podemos aprender del brillo de los primeros rayos de un sol que nos alimenta a todos. Nos debemos con una continuidad que nos ha de abrumar con unos registros fugaces.

Sacaremos el mejor partido de ellos. Vayamos hacia ese tono que nos ha de procurar las texturas más fuertes. No neguemos las voluntades de esos momentos que se declararon a la fuga cuando las cosas no fueron todo lo bien que pensamos. Los inicios son complicados, pero también nos indican muchas soluciones que llegan más pronto que tarde.

Hemos asistido a una serie de presencias que nos dictan respuestas que no han de apuntar hacia ese alto en el camino que nos procurará casi todo cuando el todo no sea lo que se nos aparece en la distancia. Nos honramos con una querencia que nos dispone con mentalidades de asuntos propios que hemos de hacer compartidos fundamentalmente en los excedentes, que debemos comunicar para regalar en la medida de lo posible. Vayamos mar adentro.

No disimulemos. Hagamos lo que sea menester para procurarnos una sinceridad que nos otorgará el beneficio de la tranquilidad. Nos hemos añadido a un mundo donde las complejidades nos irán solventando las vacilaciones más diestras. Vayamos hacia ese lado donde aprenderemos de las increencias más funestas, que, sin duda, se repiten. El universo existencial es así. Nos hemos de poner a volar con una causa que será una inventiva con resultados primerizos. Vayamos a obtener un poco de sabiduría como fruto de la experiencia de ida y vuelta.

Suspendamos esas actividades que no nos procuran una resolución a los conflictos que se han ido enconando con el transcurrir de etapas que ya no controlamos como antes. Simpaticemos con los galardones de un momento que nos ha tocado como una especie de gran tesoro y fortuna. No hemos de rechazar esas mieles que nos intuyen como grandes aliados de los mismos hechos que nos justifican en sus albores y en sus postrimerías.

Hemos aplaudido la valentía de una nueva jornada, que viene apegada y supeditada al conocimiento, con el que hemos de crecer. Hemos averiguado espacios en los que nos atamos a las maniobras de unas ideologías conjuntas que no serán vencidas. No todo será parejo, ni debe serlo. Jugaremos a comprender lo que es cajón con recuerdos y con aprendizajes que presentamos como continuos. Nos ponemos a sumar, y seremos, siempre seremos, en la otra noche de unos tiempos confusos. El deseo de comunicar, y también su realidad, nos hará más felices, mucho más. No tardemos en aceptar el hecho de que la comunicación es multilateral en el intento de superar incógnitas y de aprender de todo.