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10 de junio de 2023: Nuccio Ordine

Por Encarna Esteban Bernabé

Desde hace más de un mes, bajo la rúbrica del 10 de junio tengo escrito en mi agenda: Nuccio Ordine. Ese fue el día que él eligió para nuestra entrevista pendiente. —Carissima, —me dijo—, hablamos el día 10 de junio, que ya estaré en Italia—. No puedo quitarme esas palabras de la cabeza, el 10 de junio. No otro día, el 10 de junio.
Esa conversación tuvo lugar el pasado 3 de mayo. Mi amiga y compañera, la profesora Carmen Pujante, me pidió que, como presidenta del Comité de Murcia de la Società Dante Alighieri, le hiciese una entrevista al prestigioso humanista italiano. Era un honor que no quise declinar.

Tuve la suerte de conocer personalmente a Nuccio Ordine, e incluso mantener una conversación que no olvidaré jamás, el pasado mes de enero, cuando nuestra Universidad acogía el IV Congreso Internacional de la Asociación Española de Teoría de la Literatura (ASETEL) con el título “Los desafíos epistemológicos de la teoría literaria hoy”.
En la tarde de la primera jornada, ante un Hemiciclo de la Facultad de Letras repleto, Nuccio Ordine, escritor, filósofo y profesor de la Universidad de Calabria, dictaba la conferencia “Elogio de la literatura y de la solidaridad humana”.
Como todos los afortunados asistentes, pude disfrutar en primera persona del entusiasmo y la elocuencia del profesor Ordine. Aunque ya conocía su obra, y desde la publicación en 2013 de La utilidad de lo inútil —quizás su publicación más conocida en nuestro país— me convertí en una fiel seguidora, la emoción de escucharlo en persona no tenía parangón. Tras la conferencia mantuvimos una breve conversación, pero, aunque el tiempo que compartimos fue demasiado escaso, la magia que a veces surge entre escritor y lector ya estaba actuando. Algo por encima de nosotros, algo quizás inútilmente imperceptible, estaba marcando a fuego aquel momento que hoy revivo con una intensa emoción.
—El 10 de junio, —me dijo, —ya estaré en Italia. Ahora mismo me encuentro volviendo de Colombia y voy a pasar unas semanas en París, tengo que dar unas conferencias allí. A mediados de junio ya estaré en casa, y prefiero que tengamos la entrevista desde allí, si no te importa. Llámame el 10 de junio—. Al ir a apuntar la fecha en mi agenda, al ver que el 10 de junio era sábado, pensé que se habría equivocado, que me habría dado una fecha así, al azar, sin mirar el calendario. No lo molestaré un sábado, pensé, lo llamaré el lunes 12. Carmen me dijo, que no, que si él me había dicho el 10 podría llamarlo ese día, que él solía trabajar también los sábados. Así que, esa era la fecha para nuestra cita.
Pasé días leyendo miles de entrevistas a Nuccio Ordine, en italiano, en español, en francés… todas eran muy parecidas, las mismas preguntas se repetían una y otra vez, y él, el gran Ordine, en su apabullante humildad, contestaba como si fuese la primera vez que le planteaban lo que ya había oído mil veces. Yo quería que mis preguntas fuesen distintas, originales, primero porque no quería aburrirlo, y segundo, porque había mil cosas que quería saber:, ¿qué pensaría él del futuro de esta Europa tan herida o del actual sistema universitario español? Al final, me di cuenta de que acaba preguntándole por cuestiones de las que ya había hablado en tantas ocasiones, pero yo necesitaba profundizar en su pensamiento, consciente de la riqueza que sus reflexiones supondrían para nuestra comunidad universitaria.
El día después de nuestra conversación telefónica, desperté con el anuncio del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023. El acta del jurado de la Fundación justificaba el fallo destacando del profesor Ordine, “su defensa de las humanidades y su compromiso con la educación y los valores enraizados en el pensamiento europeo más universal”. Ordine, decía el jurado de la Fundación, “establece un diálogo con la sociedad contemporánea para transmitir, en especial a los más jóvenes, que la importancia del saber se encuentra en el proceso mismo del aprendizaje. La utilidad de la educación se ha de entender en términos de pasión por la búsqueda del conocimiento y de lo mejor de cada persona, sin circunscribirse a un interés económico. Su trabajo académico, centrado en figuras relevantes del Renacimiento, destaca la necesidad de recuperar la riqueza del humanismo para las nuevas generaciones”. Rápidamente, tomé mi teléfono y le mandé un mensaje para darle la enhorabuena. No pudo contestar hasta mucho más tarde. Estaba abrumado ante el revuelo que causó el anuncio del premio. Egoístamente temía por mi entrevista, ¿y si ahora que todo el mundo quiere entrevistarlo no tiene tiempo para mí? Me equivocaba. Ordine es un hombre de palabra y mi entrevista seguía en pie. Teníamos la fecha fijada, —el 10 de junio hablaremos, —me dijo. Pero no. El 10 de junio no hablamos. El 10 de junio sólo hubo preguntas, muchas preguntas, pero ninguna respuesta. Vuelvo a leer hoy el documento que preparé y esas preguntas me parecen hoy más absurdas que nunca…
En primer lugar, lógicamente, quería darle la enhorabuena y preguntarle cómo había recibido la noticia del Premio Princesa de Asturias, qué suponía para él ese galardón. Igualmente, quería preguntarle por su labor como docente, como profesor de la Universidad de Calabria que también ha enseñado en la Sorbonne, en Yale y en Nueva York, y que también es Doctor Honoris Causa por la Universidad Pontificia de Comillas, la católica de Louvain y la de Urbino, entre otras. Conocedor del mundo académico actual, deseaba saber si vamos por el buen camino, si estamos dando desde las instituciones universitarias las respuestas o al menos los estímulos necesarios a nuestros alumnos. También le iba a preguntar qué le parecía que se demonice el aprendizaje memorístico, esa obsesión por excluir la memorización del proceso de estudio. Siendo uno de los mayores defensores de las Humanidades a nivel mundial, en un contexto en el que las humanidades están sufriendo en estos últimos años una seria campaña de desprestigio, en la sociedad en general, y lamentablemente también desde la propia universidad, Ordine solía citar la carta que Albert Camus dedicó a su profesor tras recibir el Premio Nobel, de ahí que planteara si un hombre sencillo, un simple maestro, puede realmente cambiar el rumbo de una vida, y al hilo de esto, qué cualidades debe tener un buen profesor hoy en día.
Además, ya que desde el comité de Murcia de la Società Dante Alighieri, que tengo el honor de presidir, trabajamos por la divulgación y trasmisión de la lengua y la cultura italiana en nuestra Región y a menudo organizamos clubes de lectura de obras italianas, desde los clásicos hasta los más actuales, se me ocurría preguntarle si deberíamos dejar de decir que la Divina Comedia es italiana. Ordine había dicho en alguna ocasión que los clásicos no pertenecen al país en el que se escribieron, sino que son patrimonio de la humanidad y que es estúpido querer limitarlos a un solo país bajo la errónea bandera del orgullo patrio. En todo el mundo y actualmente cuenta con unos 500 comités repartidos por más de 60 países. Aunque considerada una lengua minoritaria, el italiano es amado y estudiado por millones de personas en todo el mundo; por eso otra pregunta era a qué creía que se debe este amor por su lengua y cuánto pensaba que han contribuido a esto los grandes nombres de la literatura italiana.
Con la trilogía formada por La utilidad de lo inútil, Clásicos para la vida y Los hombres no son islas insistía Ordine hasta la saciedad en demostrar que los clásicos no se leen para conseguir un título, sino para aprender a vivir. Lamentablemente cada vez se lee menos. Las nuevas tecnologías, los dispositivos móviles y las plataformas de streaming han invadido nuestras vidas de manera abrupta. Por eso, quería haberle preguntado si estamos dejando de aprender a vivir, qué consecuencias puede tener esto a medio o largo plazo especialmente en las nuevas generaciones.

Además, hacía unos días que yo había leído un estudio de la Fundación ONCE que decía que en España los jóvenes de entre 16 y 26 años, y los mayores de 75, declaraban sentirse terriblemente solos. Llama la atención que también nuestros jóvenes sientan ese aislamiento tan impropio de su edad. Hasta ahora, asociábamos la juventud al grupo, la pandilla, los amigos como referente vital. Por eso me preguntaba a qué puede deberse esta sensación de aislamiento y soledad en nuestra sociedad.

Ordine había señalado que la pasión podría ser el antídoto de la corrupción, puesto que quien estudia algo movido por el dinero, nunca se saciará y es fácil que caiga en la corrupción para conseguir más. Sin embargo, la pasión y la curiosidad sí que son un buen motor vital capaces de propiciar una vida plena aún en la austeridad. Al hilo de este pensamiento decía que tenemos una clase política muy ignorante, unos políticos con un perfil cultural preocupantemente bajo. Me impactó especialmente esta idea y me hubiera gustado ahondar un poquito más en ella para saber si es esta la clave para acabar con la corrupción que nos rodea.

Además, Ordine era uno de los mayores estudiosos en la figura del gran Giordano Bruno. Según él, el filósofo, si era un verdadero filósofo, no podía entregarse ni al servicio del poder ni al del dinero. Entonces, surgían otras preguntas: ¿Tiene cabida hoy el pensamiento de Giordano Bruno? ¿Qué enseñanzas o lecciones considera que podemos extraer de la vida y obra de Giordano Bruno para nuestra época?

Para terminar, quería preguntarle cómo veía el futuro de Europa: ¿Podemos ser optimistas? Nos encontramos inmersos en una guerra en el corazón de una Europa que creíamos unida, con una identidad comunitaria, sin embargo, son ya muchos los que han perdido la confianza en esa Europa dividida o al menos son muy críticos. ¿Qué pensaría Nuccio Ordine?
El 10 de junio ha quedado fijado en mi mente, sin necesidad de agenda, a fuego, como nuestra conversación en el Hemiciclo de la Facultad de Letras. El 10 de junio cogí mi teléfono para llamarlo, pero leí antes un mensaje de una compañera que me anunciaba la súbita desaparición de Nuccio Ordine. ¿Era una broma de mal gusto? No. Hacía una semana que estaba ingresado en un hospital de Cosenza, aquejado de un terrible dolor de cabeza. Accidente cerebrovascular fue la causa de la muerte. El 10 de junio fue el día.
Encarna Esteban Bernabé
Universidad de Murcia
Presidente Società Dante Alighieri de Murcia

Un pensamiento sobre “10 de junio de 2023: Nuccio Ordine”

  1. Estimada Encarna
    Muchas gracias por compartir ese sentimiento. Yo viví algo similar ese 10 de junio. Ha sido una experiencia triste que poco a poco he ido asimilando y que aún me cuesta creer.
    Yo tuve el privilegio de conocerlo en Rende, Calabria e invitarlo personalmente a venir a dar una conferencia a la Universidad Nacional de Costa Rica (donde trabajo como docente) y él aceptó muy contento, para setiembre, 2023 o inicios del 2024. En mi blog comparto detalles de esa experiencia única.
    Si es posible me gustaría algún día conversar con usted. Le envío un fuerte abrazo. Saludos desde Heredia, Costa Rica.

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