La pintura en la danza: Ballets Rusos de Diáguilev

Los Ballets Rusos de Diáguilev llegaron a Occidente y desarrollaron su actividad e influencia en el periodo comprendido entre 1909 y 1929, coincidiendo con la eclosión y madurez del cubismo, nacimiento del DADA, del surrealismo y la llegada de grandes talentos extranjeros a la Escuela de Paris. Su presentación fue el acontecimiento artístico más importante de la primera década del siglo XX .

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Reflexiones sobre la Danza Neoclásica

La historiografía en el ámbito de la danza acepta comúnmente el concepto de –neoclasicismo- para designar un período histórico y estilístico de la danza que comienza a gestarse en 1909, cuando Diaghilev y los Ballet Russes irrumpen en la escena Europea , se define a mediados del siglo XX con Lifar y Balanchine y llega hasta las postrimerías del siglo XX y principios del XXI, a falta de una revisión del término.

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La danza en tiempo de Degas

Las diferentes épocas de la pintura occidental están jalonadas de representaciones que no confieren continuidad a la historia de la danza. El nacimiento del ballet académico en la Francia de Luis XIV y su triunfal éxito en el XVIII quedó conservado antes en los textos que en las imágenes, cuyo testimonio hubiera facilitado la reconstrucción exacta de los divertimentos cortesanos y las primeras coreografías interpretadas por las bailarinas ya profesionales de un arte teatral que alcanzó su apogeo en el XIX con el ballet romántico en cuyo etéreo mundo el tutú, ideado en 1832 por el pintor Lami para “ La Sylphide ” de Maria Taglioni, y las zapatillas de puntas se convertirían en emblema de la bailarina clásica.

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La Universidad de Murcia y la Politécnica de la Cartagena compartirán servicios para optimizar recursos

José Antonio Cobacho y Féliz Faura tras la firma del convenioLa Universidad de Murcia y la Universidad Politécnica de Cartagena compartirán servicio destinados tanto a profesores y alumnos como al personal de administración y servicios para optimizar sus recursos, según el convenio de colaboración suscrito hoy en el edificio de Convalecencia por sus máximos representantes.
La Vicerrectora de Estudiantes y Empleo, Maribel Sánchez-Mora, ha señalado tras la firma que “se trata de plasmar en el acuerdo la colaboración existente hasta ahora en ambas instituciones y de potenciarla con nuevas posibilidades”.

En concreto, añadido, se compartirían los sistemas informáticos de ambas universidades y sus instalaciones y servicios, en actividades que tendrán como destinatarios a todos los miembros de ambas comunidades universitarias.
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Experimentar la comunicación

Vivamos, experimentemos, seamos en la comunicación, con ella, procurando construir una realidad en evolución tranquila. Destaquemos las verdades relativas con las que podemos navegar un día y otro también. Hagamos que las soluciones funcionen. Las vertientes han de planificar el momento de una gloria compartida. Las direcciones son múltiples, y, como tales, hemos de asumirlas. Soldemos las relaciones con la libertad que nos puede hacer cómplices de derechos y universales con los que zarpar por océanos de aprendizajes sencillos.

 

Somos en la experiencia más manifiesta, entre recortes comunicativos que hemos de multiplicar para que se perpetúen los mejores aspectos. Hemos de aplicar alimentos intelectuales que nos edifiquen buenas y fuertes construcciones cognitivas. Debemos señalar multiplicidad de caminos con lo que asumir los riesgos de una grandeza de espíritu. Negociemos para dar y para aprender de lo que nos sucede, que ha de eliminar muchas asperezas.
Queremos y podemos dar una serie de directrices con las que coger hojas de cariños comunicativos. Todo puede ofrecernos ricos frutos, si somos capaces de enterrar pasividades y entendimientos negativos. Pretendamos el lado más señero, más gustoso y complaciente. Hemos de amortiguar lo pésimo para convertirlo en un trayecto de planteamientos convenidos desde la misma unidad. La acción nos espera. Pensemos que podemos constatar algunas versiones cuando llegan los amores que nos podrían consolar desde el rico plato de las emociones que saben a pláticas y a paraísos. Hablemos desde el propio corazón.
Llevemos el aprendizaje hasta sus primeras y últimas consecuencias en el afán primario de conocer, y convencidos de que podemos asumir todos los cambios con las razones y los criterios objetivos y subjetivos que ennoblecen el alma. Hemos juntado durante mucho tiempo multitud de piezas que pueden predecir los hábitos con sus visiones menos finalistas. Agotemos los esfuerzos hasta dar con el asombro que no será duda, sino empuje para mejorar el talento.
Fusionemos la astucia con la picardía, con la negociación hábil y con los criterios subjetivamente compartidos. No segmentemos las realidades y realizaciones donde todos podemos aportar y beneficiarnos de buenos sentidos. Comunicar es experimentar el pálpito de lo que nos puede llegar con reglas de compromisos que no lo son. Conversemos con nosotros mismos, y, claro está, con los demás. Daremos con datos y detalles tan loables como interesantes. Éste puede ser un buen día para disipar dudas.

Reactivar la comunicación

Con una cierta constancia hemos de activar y de reactivar la comunicación, sus procesos y sus resultados. Hagamos que funcione la mejor de las comunicaciones. Nos hace falta, y nos hará más felices. Nos debemos enseñar las motivaciones comunicativas con las que poder acelerar todos los cambios que seamos capaces de gestar. Animemos las experiencias con unos tonos simpáticos que nos han de ayudar a ser y a vivir entre tendencias renovadas. Hagamos que los instantes sean. Nos daremos realidades poco a poco, pero sin lentitud excesiva, y con figuraciones comprometidas desde el pacto y el consenso. Investiguemos para darnos con apreciaciones flamantes. No neguemos los impactos, sino que procuremos que sean para mejor, y siempre buenos y excelentes, si cabe.

 

Debemos compartir todas las esferas del universo simpar con unas aceleraciones de señales con normalidades estupendas, gratas, prestas a que todo vaya y mejore hacia el lado más sincero y aleccionador. Las prácticas y los aprendizajes nos han de permitir que las cosas funcionen y que las comunicaciones sean todo lo fructíferas que necesitamos para que la credibilidad y la cercanía sean conceptos que funcionen muy de veras. Nos debemos impulsar en el mejor de los sentidos y con los niveles afectivos y racionales que precisamos en un sano equilibrio.
Debemos simbolizar y hacer realidad los cánones de unas emociones con refuerzos destacados hacia el universo de intenciones que nos han de desgranar las comunicaciones con las que podremos ir hacia el escenario más grato. Nos hemos de perfilar hasta dar con los elementos más importantes. Hemos de presentar los deseos con unos volúmenes de señales que han de hermosear con los convencimientos plenos de emociones interesadas en los cambios y en las mudanzas de destinos más que universales. Seamos entre sensaciones estupendas, con unas complacencias en las que todos hemos de estar hasta guarecernos de insensateces y poder apoyarnos en las más lindas preferencias compartidas.
Salgamos al encuentro de las dichas que nos prefieren con sus pros y sus contras, con sus dudas y sus luces, con las sombras que aparecerán con brillos estelares más pronto que tarde. No cancelemos el compromiso de avanzar y de superar cualquier destello extraño. La vida nos conmina a salir de los atascos que nos detienen en etapas de solvencia y de querencias que todo lo sanan. “Fidelicemos” las ofertas con unas creencias e idealismos que nos han de trasladar a esas realidades señeras que tanto nos construyen como personas y como colectivos.
Comuniquemos lo que nos llena, lo que nos hace reactivarnos, lo que nos sugiere potencialidades con las que podremos asumir que las cosas son y serán con esfuerzos en directo. Tengamos la fiesta como referente de una felicitación que ha de saber a una jovialidad en expansión que nos hará pasar ratos muy felices. Consideremos que podemos tener actitudes de fantasía. La comunicación nos da nivel e ilusión con ordenamientos de ese caos que nos rodea. La vida es esto y un poco más. Tendamos manos y brazos, y puentes, y consideraciones en pleno. Las premisas y las conclusiones se unirán a través de la línea indeleble que une los puntos de partida y aquellos otros de llegada.

Aspectos dulces de la comunicación

Tomemos las referencias más melosas, las que más nos incitan a rescatar los aspectos dulces de la comunicación. Vivamos con audacia para dar con esos toques mágicos que nos alivian con condiciones de conocimiento que se implantan sobre la base de la comunicación discreta y partiendo del término medio como dinámica singular y casi como virtud permanente. Nos agasajamos cada día con impresiones que han de adecuar los discursos para superar cualquier derrota. Los ánimos han de apoyar lo que podemos hacer, lo que realizamos, para imponernos a los inconvenientes que explicable o inexplicablemente se repiten. Estamos unidos para cuanto sea necesario.

 

Nos debemos dar ese paño sin lágrimas para alimentar los egos propios y ajenos. Nos hemos de prevenir. Las voluntades son esas cartas que lo mismo que aparecen no están en su sitio. Hemos de ser buenos como superación de algunos frenos con los que deberemos comulgar, o no, a la menor ocasión. Sigamos sin que nada nos detenga. Utilicemos los diversos sentidos para dar con aspiraciones maravillosas. Las consultas han de ser con sus hermosos anhelos. Están para algo, están por y para todos nosotros. Los planes irán saliendo si no estamos todos. Nada de valor se mantiene si no actuamos como comunidad de seres humanos.
Las presunciones nos han de servir para adentrarnos por túneles que no han de ubicarnos en soledades sin criterios. Tengamos razones. Motivemos lo que hacemos. Debemos sincerarnos para dar con esos toques que ayudarán a que las atenciones nos permitan que las causas y los inconvenientes nos impresionen con sus reubicaciones más o menos entendibles. Tenemos que adentrarnos en las simbologías que nos pueden hacer vivir de una mejor guisa. Sorprendamos a nuestro entorno, y, de paso, a nosotros mismos. Hemos de allanar el territorio que nos rodea para que la visibilidad de lo que interesa o podría interesarnos sea lo más alta posible. Aguardemos a que las cosas sean.
No sabemos siempre lo que pasa. Tampoco será buena la perfección, a menudo fruto de accidentes más o menos consentidos. En esos casos en que no conocemos hay que preguntar. Nos debemos ganar sin ventajas. Añadamos conocimientos sin más, y ahí ya tendremos un triunfo que hemos de compartir con aquellos y aquellas que nos quieren de verdad. No todos los éxitos han de ser materiales. Lo intangible nos suele alegrar más la vida que lo ponderable que, por serlo, se entiende y se consume más atrozmente. Hagamos honores a cuanto solventa pasiones más o menos comedidas.
Olvidemos todo lo que nos descoloca. La simiente de la vida misma nos ha de preñar de exactas caricias con las que uniremos, o deberemos, las tareas que sumarán y dictarán resultados de envergaduras apetecibles. Las llanuras de otras etapas nos han de procurar salidas hacia situaciones de mansas adecuaciones a lo que se espera y a lo que será. Las grandiosidades de las eternas reiteraciones han de quitarnos las piedras de caminos que no conocemos. Miremos sin gravedad y con el deseo de aprender. Seguro que daremos con aspectos dulces y aleccionadores. Los buenos aromas, sin duda, ayudan a la buena comunicación. Retomemos las experiencias mimosas, las equilibradas, las templadas, las que nos dicen y dictan lo mejor. Al menos, procuremos el intento.

UNIVERSIDAD DE MURCIA