Preparados para los sueños

Juan TOMÁS FRUTOS.

Soñemos con la mejor impronta. Nos hemos de dar ese recuerdo de máxima garantía con el que influir en los sones de la más linda música. Hagamos caso a los corazones que saben a dioses. Nos hemos de poner en esas vías que nos llevan donde queremos, pero sin encorsetarnos en los planteamientos más severos.

Actuemos con pronósticos, con superaciones de las vaguedades, con intereses, con actividades sin paralelismos extraños. Podamos con las debilidades, aunque las tengamos y nos paren un poco. Nos hemos de escuchar.

No suspendamos antes de hacer los exámenes. Nos hemos de tener en cuenta con estrellas brillantes. Todos podemos aprender de todos. Las presentaciones nos han de servir para aprender. Nos debemos al momento básico. Tenemos que identificarlo.

Presentemos nuestros respetos con las celeridades convenientes. No hay prisa, pero tampoco pausa. Nos hemos de indicar las voluntades más interesantes con unas sugerencias que nos sirvan para dar con las necesidades de los instantes esenciales. Nos hemos de prevenir con singulares actividades, con plácidas caricias, con un afán de construir.

Los sueños, cuando se sueñan bien, cuando son los nuestros, se cumplen. Por ellos, hemos de laborar, y, claro está, hemos de estar preparados.