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La Universidad de Murcia se suma al Día de los Derechos Humanos y de la Tierra con un manifiesto

La Universidad de Murcia, a través de la Cátedra de Derechos Humanos y Derechos de la Naturaleza, se suma a la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos y de la Tierra, que se celebra cada 10 de diciembre, con un manifiesto en el que realiza un llamamiento “para cambiar el modelo social que ha provocado la mayor degradación ecológica de nuestra común morada terrestre, y la mayor desigualdad social de la humanidad, y adoptar un nuevo paradigma civilizatorio que otorgue prioridad a las personas y a la Tierra que nos acoge”.

El manifiesto dice así:

En el aniversario 72 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), el 42 de la Declaración Universal de los Derechos Animales (1978) y el 20 aniversario de la Carta de la Tierra (2000) manifestamos:

UNO: La necesidad de reconocer la íntima conexión entre los derechos humanos y los derechos de la naturaleza, para lograr un mundo mejor para todos los habitantes de la Tierra. Esta relación inseparable entre los humanos y los demás seres vivientes con los que compartimos la biosfera, ha sido puesta de manifiesto por las ciencias de la vida y de la Tierra, y asumida plenamente por las Naciones Unidas. Vivimos ya en la era del Antropoceno, en la que los humanos no sólo hemos creado armas nucleares capaces de autodestruirnos, sino que estamos alterando el clima terrestre y poniendo en riesgo nuestro propio porvenir. La pandemia de Covid-19 ha demostrado que la salud humana depende de la salud animal y la de los ecosistemas. Todo ello hace necesario un cambio urgente en nuestro modelo de sociedad, para afrontar las graves amenazas nucleares, ecológicas y sociales de nuestro tiempo.

DOS: La intolerable situación de desigualdad, discriminación y violencia que sufren las personas migrantes y refugiadas. A los cientos de millones de personas que vagan por el mundo en busca de protección internacional, huyendo del hambre, la guerra y la persecución, se suman hoy, debido al calentamiento global y a la degradación ecológica de la Tierra, la migración forzosa por motivos climáticos y ambientales. Las mujeres, la infancia y los jóvenes son grupos especialmente vulnerables en el contexto de la migración y el refugio.

TRES: Los derechos de los niños y niñas tienen vigencia en cualquier país, con independencia del territorio donde se encuentren, y todos los Estados deben respetarlos escrupulosamente.

CUATRO: Las mujeres son las que mas sufren las consecuencias de la pobreza, el refugio y el cambio climático, pero también son agentes de cambio para lograr el nuevo modelo socio-ecológico que necesitamos.

CINCO: Hemos de reconocer la importancia de la cultura de los pueblos indígenas y de su pensamiento social, comunitario y ecológico para construir un modelo de comportamiento que todos los humanos podamos adoptar respetando los límites de nuestros ecosistemas.

SEIS: La democracia del siglo XXI debe evolucionar hacia un Estado social y ecológico de derecho, asumiendo el principio 10 de la Cumbre de Río de 1992 (la democracia ambiental) y la Agenda 2030 como marco para una ciudadanía cosmopolita y ecológica que fortalezca los derechos sociales de las personas y alumbre los derechos ecológicos de la naturaleza.

Por todo ello, hacemos un LLAMAMIENTO

Para cambiar el modelo social que ha provocado la mayor degradación ecológica de nuestra común morada terrestre, y la mayor desigualdad social de la humanidad, y adoptar un nuevo paradigma civilizatorio que otorgue prioridad a las personas y a la Tierra que nos acoge.