La mujer ibérica, protagonista del Museo de la Universidad de Murcia

Gracia Cristina García

La muestra Miradas a la mujer ibérica, que se expone desde el 8 de enero en el Museo de la Universidad de Murcia, propone un recorrido por las formas de vida de esta mujer a través de objetos funerarios y rituales.

La exposición está organizada por la Secretaría de Estado de Cultura, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ayuntamiento de Jumilla, la Concejalía de Cultura y Turismo y la fundación ITMA.

Hablamos con José Miguel García Cano, director del Museo de la Universidad de Murcia y comisario de la exposición.

Pregunta: ¿Qué se intenta transmitir a través de la exposición?

Respuesta: La exposición busca acercarnos a la cultura ibérica desde el punto de vista de la mujer ibérica. Es algo bastante de moda en el mundo en el que vivimos, en este caso se trata de arqueología de género y de valorar el papel de la mujer en la sociedad, en comparación con la nuestra, tradicionalmente machista.

P: Entonces ¿qué rol tenía la mujer en esta cultura?

R: Los seres humanos, desde el Paleolítico inferior, estamos aquí porque ha habido mujeres y hombres en proporción semejante, ya que, si hubiera habido más de unos que de otros, nos habríamos extinguido o seríamos híbridos. En el cartel de la exposición aparece la Dama de Elche, una mujer, pues cumplía un papel muy importante. Aparte de lo que presuponemos sobre la reproducción, la casa, etc., aparecen mujeres, por ejemplo, en los vasos pintados, bailando en igualdad con los hombres, cogidos de la mano… Incluso en algunas tumbas tenemos mujeres con armas; tienen ciertos roles y un papel importante en el mundo prerromano.

P: Metidos de lleno en el mundo ibérico, ¿en qué siglos y zonas de la península se desarrolla la cultura a la que estamos haciendo referencia?

R: El mundo ibérico es un mundo prerromano, y va desde el sur de Francia, aproximadamente por Montpellier, hasta la alta Andalucía, toda la zona de la costa: Cataluña, Valencia, Murcia, Granada, sur de Albacete y Jaén. En cuanto al periodo, va aproximadamente desde el 500 a.C. hasta la romanización. Es decir, hasta el siglo I antes de Cristo.

Con J. Miguel García Cano, comisario de la exposición
Con J. Miguel García Cano, comisario de la exposición

P: Como curiosidad, ¿qué alfabeto se utilizaba?

R: Tienen una escritura propia que es semisilabaria. Es decir, hay signos alfabéticos, por ejemplo la a o la i, pero también hay signos silábicos, como uno que representa el sonido ‘ba’; adoptan esta escritura relativamente tarde. También hay un momento en que se adopta en el griego como alfabeto en la zona sudeste, de manera experimental, que dura unos 100 años y luego desaparece.

P: ¿Qué tribus, si se pueden llamar así, eran las que habitaban nuestra zona?

R: Nosotros no conocemos cómo los íberos se llamaban a sí mismos, porque el semisilabario ibérico, aunque lo leemos, no lo traducimos; podemos leerlo (dice frases en íbero), pero no lo traducimos. Sí sabemos, a través de los pueblos colonizadores y de los antiguos corógrafos, geógrafos, etc., una serie de nombres de tribus, ubicadas geográficamente desde Gerona, que serían los indiquetes, a nuestra zona, donde estarían los contestanos; éstos se hallaban asentados en el río Segura, el Mula, la Comarca del Noroeste y la costa. En la parte de Lorca, hacia Almería y los municipios del noroeste, serían bastetanos, con capital en Basti, actual Baza, donde apareció la dama (de Baza). La Región sería zona básicamente contestana con un pequeño trozo bastetano; la actual ciudad de Lorca tendría influencias de unos y otros.

P: Gracias a las necrópolis podemos conocer un poco del pueblo. ¿Qué prácticas destacaría?

R: Se trata de una sociedad de economía de subsistencia, con algo de comercio, pero ante todo agrícola y ganadera, sin unidad política definida a pesar de su gran unidad cultural: cerámica, torno, hierro, escultura para las necrópolis… El sistema de enterramiento se organiza en necrópolis por medio de la incineración, desde el norte hasta la alta Andalucía. Una curiosidad es que, aunque conocen la moneda, no llegan a utilizarla como divisa hasta la época romana. Podrían haber empleado la de otros, sin acuñar la suya propia, pero ni siquiera eso. Solo en época tardía, en época romana republicana, utilizaron la divisa para pagar a los mercenarios ibéricos con monedas bilingües, entendida por ambas partes.

P: ¿Qué tipo de relaciones se mantenían con el más allá?

R: En todas estas sociedades, todavía a día de hoy, sigue siendo de importancia el ciclo de la vida y la muerte. En las sociedades prerromanas, se enterraba a los muertos en necrópolis complejas, donde, al ser espacio sagrado, no solían habitar, y por tanto iban creciendo en altura, quedando unos encima de otros conforme al paso del tiempo. El cadáver se incineraba totalmente, así que desaparecía. Como no traducimos su lenguaje, no tenemos ningún nombre de dios, así que suponemos que veneraban a dioses en la naturaleza, como los griegos. En cualquier caso, hay una creencia que los lleva a incinerar y enterrar a los muertos.

P: ¿Cómo se distribuían las clases sociales?

R: Por las líneas de investigación se habla de los aristócratas, que allí serían como oligarcas, una especie de reyezuelos; sin embargo, no se nota tanto en las casas de los poblados como en los cementerios, porque no hay edificios públicos, prácticamente todas las casas son más o menos iguales; por otro lado, en las tumbas, por los ajuares, sí vemos diferencias notables: muchos o pocos objetos, tumbas grandes o pequeñas, con o sin esculturas… Entonces, sobre todo en los siglos V y IV a.C., se notan unas diferencias sociales grandes. Ahora, también se ve una gradación de gente pobre a muy pudiente, algo gradual, no tan estructurado como ahora; hay una continuidad entre los pobres y los ricos, mucha escala social.

P: Aparte del cementerio, el ajuar, ¿había algún reconocimiento por esa clase social más alta?

R: Los aristócratas eran enterrados con esculturas encima de las tumbas. Por ejemplo, en Colina del Barranco Ancho solamente hemos encontrado una, y en el Cigarralejo, cerca de Mula, varias; serían el exponente de la clase social más alta. Entonces, tener un monumento en la necrópolis, como ahora sería un panteón, significaba mostrar la pertenencia a la familia dirigente ante cualquier visitante, mientras que los demás están enterrados con piedras encima de la tumba, sin monumentos. Se trata de una forma de marcar el prestigio; podían ser un león, un toro, etc., que protegerían a la familia. Antes de desaparecer en el siglo IV, aunque se ve gente más rica, están todos más próximos, ya no existe esa diferenciación tan grande con las esculturas. Probablemente cambiaran las familias dirigentes.

P: De todas las ciudades que participan, ¿qué tipo de piezas arqueológicas ha aportado cada una?

R: La exposición ha estado en 6 o 7 sitios, desde Gerona a Albacete. Dentro de nuestra Región, ha pasado por Jumilla, Mula y, ahora Murcia. Hay una vitrina grande y 2 o 3 pequeñas con piezas de varios museos que han estado en todas las exposiciones, pero hay una segunda vitrina que se ha ido dotando o reforzando con materiales del sitio en cuestión, ya que los lugares de acogida han sido museos arqueológicos de cultura ibérica. En la exposición de Murcia tenemos piezas del museo de Albacete, de Mula, del Arqueológico de Murcia, de Jumilla… Es decir, hay materiales de los museos principales de nuestra zona, que además han sido los que han propuesto la exposición.

P: La muestra consta de una serie de paneles explicativos distribuidos en tres ambientes.

R: Uno sería una introducción general a la cultura ibérica, con una referencia general a la mujer, el marco cronológico, la distribución geográfica, etc. El siguiente muestra el ambiente de la mujer en su actividad cotidiana, la casa, los niños, la agricultura, etc. En el tercero aparecen escenas, por ejemplo, de fiesta, en las que se aprecia a mujeres con grandes vestidos talares, cogidas de la mano con hombres, músicos hombres y mujeres. Por otro lado, en los estudios osteológicos de algunas tumbas en las que había armas como ajuar, se ha visto que dicha tumba pertenecía a una mujer. Podría ser que le gustaran las armas o le pertenecieran. Hay que pensar que las armas costaban trabajo, y al meterlas ahí se perdían. A esto lo llamamos arqueología de género.

P: Se han introducido nuevas tecnologías en la exposición, como códigos QR o pantallas táctiles. ¿Han supuesto éxito?

R: La pantalla táctil es lo que más éxito ha tenido. La gente no está muy acostumbrada a poder estar tocando imágenes en una pantalla y que estas se desplieguen o les puedas dar la vuelta. Es un plus para todos: para el público, por su propia curiosidad y porque además todos manejamos a diario pantallas táctiles; y sobre todo para los especialistas, porque a veces vemos esas piezas ampliándolas en esa pantalla que al natural, ya que no siempre hay buena luz.

P: Además de la propia exposición, hay otras actividades.

R: La exposición se completa con visitas guiadas, porque otro tipo de actividades como conferencias nos ha sido imposible. Por ello, lo que más nos interesan son las enseñanzas medias; de hecho, se están realizando visitas guiadas para grupos de escolares, tanto institutos como colegios. Por un lado, se encuentra la pantalla táctil, por otro, un vídeo en bucle con el que la gente puede informarse mejor, y luego están las visitas guiadas en grupo, que pueden ser de gente más despistada, escolares, puede decirse que los más “rebeldes”, o menos conocedores, así que la visita guiada complementa el folleto.

P: (En los folletos la protagonista es la Dama de Elche) ¿Entonces está la Dama de Elche en la exposición?

R: Sí, pero no la original, tenemos dos réplicas. Como la Dama de Elche era una cineraria, una de las réplicas tiene detrás una concavidad en la que se depositaron huesos, así que está cortada y colocada de manera que se observe la sección y el perfil de la escultura, y la verdad es que queda muy bien.

P: ¿Cómo ha sido la acogida?

R: Muy buena. El día de la inauguración hubo mucha gente, así como algún instituto, algo raro teniendo en cuenta que acaban de empezar las clases. Espero que cuando cerremos a final de mes haya pasado bastante gente, porque la muestra está muy bien y merece la pena.