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Manuel Páez, 25 años de resiliencia

A cargo de Antonio García López, con motivo de la muestra 25 años de resiliencia pictórica. Sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes. Universidad de Murcia. Del 24 de abril al 24 de mayo.

P:¿Quién es Manuel Páez?, ¿Cómo te definirías?

R:Alguien a quien afortunadamente cada vez conozco menos.

P: ¿Cuál fue tu formación y estudios previos incluso a lo artístico?

R: En líneas generales diría que soy licenciado en Bellas Artes, pero reforcé mucho mi aprendizaje investigando por mi cuenta y compartiendo conocimientos con compañeros de oficio. Por supuesto ya desde niño he sentido inquietud por las artes plásticas. En casa mis hermanos y yo teníamos la oportunidad de modelar, dibujar y pintar tranquilamente incentivados por mis padres.

P: Podemos observar que eres un artista muy solvente independientemente de la disciplina artística empleada. ¿Tienes preferencia por alguna disciplina en concreto? ¿A qué atribuyes esa versatilidad y dominio en tu caso?

R: La pintura y la escultura tienen como fundamento común el dibujo, que desde siempre me ha interesado. Cuando era niño me gustaba mucho modelar. De hecho, al entrar en la facultad me quería decantar por la escultura, pero los dos primeros años de esta asignatura estaban enfocados más al discurso de la pieza que a su elaboración, y eso me desmotivó bastante. Entre tanto la pintura fue captando mi atención y acabó convirtiéndose en mi principal medio expresivo. Pasado unos años tuve la oportunidad de volver a coquetear con el barro y resurgió en mí esa antigua pasión por él.

P: Dado que la exposición que presentas está siendo mostrada en la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de Murcia.

¿Qué relación has tenido con la Facultad de bellas artes de Murcia?, ¿Cómo artista que ejerces de modo activo tu profesión, que consejo le darías a los estudiantes de Bellas Artes?

R: Fui durante nueve años profesor asociado en esta escuela. Me encantó la experiencia y sólo causas de fuerza mayor y ajenas a mí me obligaron a dejarlo. No obstante, mi dedicación principal siempre ha sido mi taller y el trabajo que en él hago. La docencia me ha ayudado mucho a ordenar mis conocimientos, a saber, qué sé (y no era consciente) y a darme cuenta de qué cosas me faltan por saber.

En cuanto a qué aconsejar a un alumno de la escuela, le diría, traicionando mis principios, que se preocupara más del marketing que de lo que hace. .jajajaj. Así aumentaría la probabilidad de alcanzar tarde o temprano algún éxito en este mundo tan difícil y complejo en el que el mercado es el principal protagonista. Ahora, el arte es desde luego una oportunidad de autoexplorarse y ayudar a otros a que lo hagan, y desde luego creo que el consejo más sincero sería el de que aprendiese lo mejor posible su oficio de manera que le permitiese crear un lenguaje propio pero traducible por los demás y que le ayudase a entenderse mejor a sí mismo y al mundo que le rodea. Todo eso, por supuesto, con mucha paciencia y esmero. Creo que hoy en día le estaría destinando al fracaso jajajajajajajajaj.. Mejor que no me pregunten.

Respecto al retrato al Decano Mariano Flores Gutiérrez.

P: ¿Qué importancia otorgas generalmente a la obra por encargo?

R: Las dos diferencias que hay entre la obra por encargo y la que yo puedo hacer por motus propio es que la primera ya está vendida a la hora de ejecutarla y que el tema te viene impuesto, pero eso sí, no el modo de hacerlo. Que el tema venga impuesto te constriñe, pero hace que agudice más la manera de hacer expresiva la obra. Al final, en las Artes, es más importante cómo cuentas las cosas que lo que cuentas.

P: ¿Cómo afrontaste el reto del encargo de la Facultad de Bellas Artes de Murcia para hacer el retrato del Decano Mariano Flores?

R: Pues como un encargo más. Primero necesito que se me informe de cuál es el motivo y se me  aporte toda la información que se desea que aparezca en la obra. Tratándose del retrato de un decano de Bellas Artes tengo que afrontar cómo representar el cargo a la vez que reflejo a la persona que lo ha ostentado. Por un lado la apariencia institucional y por otro la personal. Todo esto tratando de hacer de la pintura algo lo más  “universalizable” posible, y que pueda motivar a su contemplación a cualquier persona ajena a las instituciones universitarias o a la vida del retratado. Por supuesto, es sólo un intento y el margen de interesados va a ser escueto.

P: ¿Cuál fue el método que empleaste, y qué diferencias encuentras respecto al modo de actuar cuando realizas una obra donde eliges libremente su contenido?

R: Cuando se trata de retratos en el que el parecido con la persona es importante suelo ejecutar las primeras capas de pintura con más precisión, dando menos lugar a la improvisación. Por lo demás la ejecución es muy similar a cualquier otra obra que hago.

P: Para los que tenemos la fortuna de conocerte tanto a ti como al retratado, observamos elementos de marcado simbolismo fusionados en este magnífico retrato. ¿Podrías resumirnos aquellos más identificables con Mariano Flores y aquellos más vinculados con tus necesidades expresivas?

R: Me gusta que en mis cuadros siempre haya algo más que lo obvio. Intento que eso rezume en la obra, que el espectador la pueda ver no como un simple retrato, si no que se genere en él cierta intriga o inquietud que le lleve a sentir que hay algo más. A fin de cuentas no dejo de hablar del ser humano y de sus distintas facetas.

Respecto al resto de pinturas de la muestra.

P: Artistas preferidos, ¿Cuáles son y qué es lo que te atrae de sus obras?

R: Antes decía mucho que me gusta pintar en un cuadro tanto como para no acabar sabiendo ni yo mismo cómo he conseguido esos resultados plásticos. Es decir, superponer capas de pintura e ir generando entre ellas tonalidades y matices imposibles de conseguir con una pintura a la prima. Eso me ha llevado a admirar a artistas que elaboraban mucho sus trabajos, y que aprovechaban la versatilidad del óleo para generar manchas, sin cuya superposición por semitransparencia no se puede conseguir.

Obviamente estoy hablando de los clásicos, muchos de ellos barrocos, otros renacentistas y algunos decimonónicos. Pero si de algún pintor me hubiese gustado ser aprendiz en su estudio ese es sin duda Tiziano.

P: En cuanto a fuentes principales de inspiración, ¿Cuáles serían y de qué tipo?

R: Creo que una visión de la vida (de mí mismo y de lo que me rodea) muy aguda e inconformista (para bien y para mal).  Quiénes somos y cómo actuamos entre nosotros, los aspectos psicológicos profundos, aquello que nos saca de nuestra visión normalizada y nos ayude a explorar los aspectos profundos de nuestro ser.

P: ¿Podrías definir brevemente tu estilo, e indicarnos los elementos más recurrentes en tu pintura?

R: Hablar de estilos hoy en día es un poco difícil. Diría que hago una pintura figurativa, en la que los elementos que aparecen son reconocibles e identificables, pero en los que las manchas que los constituyen tienen una gran importancia. La clara definición de un referente no me interesa si no está construida a partir de un lenguaje muy pictórico en el que la materia cobra mucho protagonismo y con el que me permito “contar” historias que de algún modo conmuevan.

P: Desde fuera tus pinturas parecen mostrar una inclinación natural hacia temas mitológicos. ¿Hasta qué punto eso es así?

R: Me atrevería a decir que en la mitología están recopiladas las numerosas facetas de la psique del ser humano. Los distintos personajes que en ella aparecen representan algún aspecto caracterial que define nuestro comportamiento, así como rasgos más profundos que nos pueden ayudar de algún modo a entender qué somos. Me ha gustado recurrir a ella porque siempre he encontrado episodios que referían aquello que quería expresar. Hoy en día hago un uso menos deliberado porque me he dado cuenta de que representes lo que representes no te escapas de ella. Es como si todo ya estuviera escrito y se repite mientras no salgas de ese círculo, cosa que creo sólo hacen los iluminados…jajajaja.

P: ¿Qué significa la constante presencia de tus autorretratos en las escenas que compones?

R: Como decía Magritte, “ceci n´est pa une pipe”. Si son o no autorretratos lo que aparece en mis cuadros no me importa demasiado. Lo que sí me interesa es la vagancia de ese personaje que se ha creado y que transita por las distintas escenas que represento. Pero si de autorretratos se tratara también me gusta pensar que es como si contara las historias en primera persona.

P: ¿Qué sentido otorgas a los títulos de tus obras?

R: No me preocupan mucho los títulos en mis obras, pero tampoco me gusta dejarlas sin él. Es más una manera de poder identificarlas. Es una práctica que empecé hace mucho tiempo, y es la de no buscar títulos rimbombantes ni muy definitorios, con la idea de que es la propia pintura la que tiene que expresar su contenido. En ciertas ocasiones sí que me gusta reforzar el concepto de los cuadros buscando un título que amplifique su aspecto surrealista o delirante.

P: ¿Qué roll reservas al espectador en la descodificación de tu pintura?

R: Todo. Pero más que descodificarla espero que mi pintura le pueda sugerir o llevar a algún estado con el que pueda estar conectado y no está siendo conscientemente. No hago una pintura que haya que descodificar, como si de un jeroglífico se tratase. En ocasiones me han descrito mis cuadros de manera que ni a mí mismo se me había ocurrido, y tiene tanto o más sentido que propició que lo pintara, eso es lo que intento conseguir, algo que remueva de algún modo al espectador pero que en cada persona va a ser distinto. Hay una pequeña parte de mi trabajo que es consciente. El resto, son cosas que “se me escapan” o que dejo salir y tienen un sentido más allá de lo racional.

P: ¿Qué técnicas son más recurrentes para la elaboración de tus cuadros?

R: Utilizo óleos ya fabricados y preparo otra mezcla de carbonato cálcico con aceite y huevo que suelo mezclar con los primeros. De ese modo reduzco su poder de tinción y superpongo capas por semitransparencia a la vez que consigo trabajar con un material más magro y duro que el óleo que sale del tubo.

P: ¿Qué paleta de color sueles emplear?

R: Muy básica. Un par de amarillos (uno más cálido y otro más ácido), dos o tres rojos (desde un bermellón anaranjado a un carmín oscuro), un par de azules (cobalto y ultramar) y unos cuantos tierras (que pongo en la paleta indistintamente: sienas, tierras y ocre amarillo), y por supuesto un blanco (cuando tengo oportunidad uso el de plomo y si no el de titanio rebajado) y un negro. Raramente uso verdes.

P: ¿Qué papel tiene el color, el volumen, la textura y la materia en tus obras?

R: Son fundamentales para mí los aspectos formales de la pintura. Resaltar, hoy en día, que la imagen que presento está constituida de pintura y no se trata de una impresión mecánica. Por ello me gusta que si te acercas mucho a mis cuadros puedas ver que todo en el fondo es un engaño visual compuesto de manchas con distintas texturas y densidades, y de que la materia está muy presente, tanto si se trata de empastes como de pintura muy diluida.

P: En cierto modo, tus pinturas podrían parecer anacrónicas, tanto por su temática como por las técnicas empleadas. ¿Qué relación consideras que establecen con nuestro tiempo presente?

R: Me da la impresión a veces de que para algunos el arte debe enarbolar sí o sí lo que socialmente ocurre en el presente, ser una pieza más que describe nuestro comportamiento o pensamiento más aparente o superficial. Como si eso fuera lo verdaderamente importante y fundamental para que una obra sea buena y con ello se conformasen. Intento no dejarme arrastrar y trato de crea las imágenes a partir de una motivación profunda y sincera. El presente, quiera o no quiera yo, va a quedar de algún modo reflejado. Obviamente la pintura no la he inventado yo y hago uso de este arte a partir de lo que he ido aprendiendo de otros que han pintado antes que yo y han conseguido logros técnicos y estéticos que me resultan interesantes y útiles para expresarme con este medio.

P: ¿Qué sentido tiene para ti la pintura, y concretamente tu elaborado estilo, en un contexto acelerado de construcción de imágenes a través de la I.A.?

R: Estamos en una época de tremenda glotonería, y eso no es saludable. “Comemos” imágenes, que no son otra cosa que representaciones, sin miramiento, y nos privamos del verdadero sentido que tiene para el ser humano la necesidad de representación como modo de hacernos más conscientes de nuestra existencia. La moderación y el “consumo” pausado es la clave. De algún modo es como si nos pusiéramos a la vez varias piezas musicales y sonaran entremezcladas. Al final sólo oímos ruido. Satisfacemos el deseo incluso antes de sentir que lo tenemos. Y eso castra facetas indispensables de nuestro carácter. La digitalización y mucho más aún la I.A. va a permitir llegar sin esfuerzo a ciertos objetivos, tantas veces como queramos, y eso va a mermar nuestra capacidad de hacerlo por nosotros mismos. Física y mentalmente creo que nos va a atrofiar y hacer enormemente dependientes.

No obstante, no estoy para nada en contra de los avances a nivel tecnológico que algunos seres humanos son capaces de conseguir y pienso que su utilidad puede ser inmensa en nuestro beneficio. Eso sí, tenemos que aprender a usarlos y saber para qué cosas pueden ser realmente necesarios.

P: Por último. ¿Consideras que, ante ese escenario de algoritmos visuales, y relatos vaciados, la pintura definitivamente ha muerto, o que por el contrario es más necesaria que nunca como forma de pensamiento?

No tengo ni idea ni creo tener la capacidad de dilucidarlo. A veces pienso que pintar hoy en día carece de sentido, que no hay competencia al modo de generar imágenes de modo digital, y otras entiendo que es vital que el ser humano sea capaz de crear por sí mismo sus propias representaciones. Por eso, sí o sí, veo necesario que cada pintura se destaque como el objeto único que es y que se perciba claramente que su constitución responde a procesos manuales que nada tienen que ver con los mecánicos ni los producidos con electricidad. Algo así como verlos como el producto de un ritual. Y hoy en día la palabra “ritual” rechina. Habrá que esperar a que el mercado encuentre la manera de venderlos jajajaj.