Como profesional, intachable. Como compañero, inigualable. Como amigo, fiel.

Hombre comprometido con esta institución docente, su empresa. Activo social y sindicalmente en todo momento. Comprometido con el objetivo de hacer una Universidad mejor.

De él siempre había cosas que aprender: su talante pacífico y negociador, su visión pausada de los temas a la hora de negociar, su compromiso con los demás y esa mano tendida en cualquier momento.

Paco, se te echará de menos. Ya se te iba echando de menos tras tu desgraciado accidente en noviembre de 1999. Siempre has estado presente en el imaginario de quienes tuvimos la suerte de vivir contigo grandes momentos en esta nuestra casa.

Sinceramente creo que la UMU está y estará en deuda contigo, pues siempre actuaste con responsabilidad, buen juicio y pensando en la institución y su personal en los distintos roles que te toco jugar (Comité de Empresa -dónde fuiste Presidente-, Mesa de Negociación -en la negociación del Documento de Plantilla 1996-7, y allá donde se te requirió).

Paco, compañero, esto no es un adiós, es un hasta siempre.

Un abrazo a la familia.

Amigo D.E.P.