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La Universidad de Murcia muestra sus servicios con especial atención a los hábitos saludables

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La Universidad de Murcia inauguró hoy, en el campus de la Merced, los stands de la Feria de Bienvenida, que muestra a los nuevos alumnos todos los servicios que la institución docente pone a su alcance y que se centra este año en el fomento de los hábitos de vida saludable.

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El progreso, gracias a la comunicación

Juan Tomás Frutos

 

Los procesos comunicativos nos procuran progreso, avance, mejoras. Son, por ello, y en ese sentido, esenciales. Pongamos todo el empeño del mundo en que funcionen las comunicaciones personales, las relaciones, las negociaciones accesorias y fundamentales. Prestemos atención a esas claves, que nos dirán hacia dónde nos gustaría marchar con el ánimo de aprender de todos los que nos envuelven con sus amplias directrices. Sigamos las mejores estelas y localicemos las experiencias con sus grandes toques de amistad.  Sintamos las previsiones con unas cautelas que nos deben dirigir hacia ese momento de la fuerza que nos ha de prestar las causas con sus insistentes dichas, que han de consentir y aplicar remedios de señales que hemos de captar, interpretar, devolver y rescatar en las secuencias que sean precisas.
Sintamos lo propio, veamos lo que nos viene, y subrayemos lo que nos parece estupendo con un elemento que nos ha de propulsar con sus destacados momentos de paz. Separemos, seamos, dispongamos, aclamemos, y expliquemos lo que es definición y parte ante las consideraciones más lindas.
Las aplicaciones del conocimiento son remedios que pueden ser universales si nos oímos con las mansas caricias del amor que nos despierta cada día. No esperemos milagros siempre, y tratemos de ser capaces de armarlos con el valor oportuno. Las conveniencias dependen de las etapas en las que nos hallemos. Por eso hemos de verlas como relativas.
El poder comunicar constituye una baza fundamental para solucionar problemas, para avanzar en las sugerencias, para disponer de una equipación esencial que nos invite a salir de los problemas que nos rodean. Hagamos caso a las texturas de los corazones y a las mentes que disipan cualquier enredo y que actúan ante cualquier menoscabo de las actuaciones o caminos que emprendemos o que queremos llevar a cabo. Tengamos siempre que podamos el coraje de contar lo que nos ocurre, lo que pensamos, lo que somos. Poco a poco iremos conquistando el territorio de las luces, de las felicidades. Si es posible, juntos en comunicación. Avanzamos mucho más. La vida brinda muchos destellos. Se trata de no perdernos ante ellos.

El empeño de comunicar

Juan Tomás Frutos

 

No seamos tozudos, pero sí perseverantes. Podemos caminar con propiedad, si tenemos en cuenta todas las interacciones y pareceres. Se aprende mucho de la diversidad, de lo que el otro o la otra nos relatan desde su más íntima o profesional consideración. Separamos lo diferente de lo igual y damos con ocurrencias que nos invitan a viajar por ese más acá que nos parece incierto, quizá por cercano. Las presencias han de contribuir a las prestancias más serenas.  Nos abrumamos con los pasatiempos que nos permiten estar en varias partes al mismo tiempo. Hemos sido sin complejos, con artes que nos amparan con respuestas de anticipada querencia. Hemos de aplicar serenidades.

Nos hemos contemplado con luces que nos invitan a estar en ese otro lado. No damos con los sencillos momentos que  han de mudarse con estampas sencillas. Estemos con la suficiencia que nos debe hacer recordar todo cuanto fuimos. Aclaremos los pronósticos.

Nos hemos de poner manos a la obra para que las separaciones nos sirvan de acicate entre fortunas de creencias sin tope. Nos queremos con sellos que han de suprimir el coste de envíos de ideas con afectos superpuestos. Supongamos el todo. Con algo daremos.

Hemos de servir de caudillos que han de solventar las penitencias que nos deberán permitir asumir los costes más sencillos. Seamos en esos maravillosos inicios que nos disponen con sus cautelas más altas. Nos hemos de ayudar.

Hemos de procurar que funcionen los procesos en los que la negociación ha de ser un campo abonado de sencillas facturas hacia ese universo de posibilidades eternas, con idas y vueltas marcadas con tipologías suficientes. Hagamos caso a los diversos corazones.

Las tendencias nos deben llevar hacia esa separación que nos consume. Pidamos otra cara con su moneda de apetencia de más aprendizaje sin “fijamientos” determinados. Consumamos el espacio y el tiempo y digamos las cosas como son, o como aparentan, y siempre desde la mejor voluntad, que nos debe empujar hacia la sensación más extraordinaria. Pujemos con razones y con flujos de sensaciones que han de intermediar para que lo que sucede cobre sentido. Lo tiene. Tratemos de hallarlo con una densidad grande de actuación. No cejemos en el empeño. Comunicar es, en todo momento, la mejor opción, la mejor posible. Por ello nos hemos de animar en tal sentido.

Buenas formas y maneras

Juan Tomás Frutos

 

Participemos en la obra de la comunicación, optimizando recursos y procedimientos desde la idea del progreso societario. Actuemos con oficio, procurando aprender con constancia, prudencia y tiempo. Progresamos, gracias al esfuerzo cotidiano, con mejorías que nos dan fines que hemos de convertir en tan fundamentales como permanentes en cuanto a las ocasiones y sus posibles resultados. Hagamos que las cabezas en equilibrio con los propios corazones sean las referencias para que las comunicaciones se produzcan con afinidad y tino. Hemos dado unas bondades que nos cobijan con criterios que motivan para alcanzar las pretensiones más queridas. ¡Ayudan tanto!

Cesamos durante instantes que pudieron servir de reflexiones. Ahora debemos superar los pactos de suerte para provocar transformaciones que nos ubiquen en los quehaceres que nos han de servir de pruebas que funcionen. No controlemos todo, pero sí algunas fuentes existenciales. Solventemos las vacilaciones y empecemos con los contrastes y conformaciones de realidades que nos sean.
Las cantidades son importantes, y también lo son las cualidades. Ejecutemos las iniciativas que nos incorporen a las actividades más fructíferas. Entendamos lo que nos ocurre con medidas más fortalecidas. Comencemos por ser y por existir con aquello que nos otorgará parlamentos con sentidos. No podemos debutar siempre. Hagamos que las suposiciones nos impulsen con emotividades consolidadas. Nos debemos reclamar las suficiencias que nos hagan licitar por lo más estimado.
Superemos los miedos a lo desconocido, a las incertidumbres también, y demos con las formalidades que nos trasladarán donde sea menester. Nos hemos conocido de dentro a afuera, y eso nos ha de dar aceptaciones que nos presentarán con reglas de compromiso basadas en fortunas no valoradas, no tangibles. Salgamos adelante con la certeza de la comunicación bien planteada. Nos hemos de ganar cada día. Contemos. Con buenas formas y maneras nos acercaremos a esos puntos neurálgicos del aprendizaje en lo humano, que es lo más relevante. Tengamos presente que querer es poder, y más en estas cuestiones.

Razones con baños de humanidad

Juan Tomás Frutos

 

Hagamos los deberes cada día que podamos. Sintamos ese pálpito que nos debe encauzar hacia ese camino donde el corazón reequilibra los raciocinios de los diversos sectores sociales. Aclaremos los eventos tan pronto sea posible. Tildemos las razones con baños de humanidad. Sintonicemos con la señal más maravillosa. Seamos en la sensatez más cordial y querida. Podemos adecuar los discursos. Es cuestión de esperar, de ponderar, de ser, de vivir. Siempre hay una ocasión más que optimizar. Saquemos adelante los proyectos e iniciativas que no parecen tener futuro. Puede que, en tales casos, sean los más viables.  La tranquilidad viene de emprender el suficiente esfuerzo desde el equilibrio bien formulado. Hagamos caso a todo el corazón que nos lleva y que debe tener presente una serie de opiniones y de pareceres antes de buscar valores absolutos.

Vivamos esa fiesta a la que tenemos derecho con unas razones de figuradas reposiciones de esos afanes que van y que vienen con virtudes de cambio. Todo debe ser tenido en consideración para dar con las claves de unos momentos en los que llenaremos los compartimentos estancos con más sensaciones de existencias con flores con las que hemos de compartir quehaceres y anhelos de libertad.

Secuenciemos las experiencias con unos postulados que nos han de portar a las caricias más sinceras y simpáticas. Nos hemos hablado con el corazón, y con él hemos de continuar esas tareas de aprendizajes compartidos y sin forzar los modos, las maneras y los resultados en los que hemos de sentirnos libres.

Cojamos el cajón de la experiencia sincera que nos consiente y que nos hace comulgar con las empatías y con los sonidos de una libertad eternamente ganada, siempre defendida, con valientes intenciones que han de fructificar hasta el momento más osado. Las relaciones diarias nos conducen por razones, sentimientos e interpretaciones que se han de ver realmente y con lecturas practicadas con análisis entrelíneas. No olvidemos que todos los pronósticos no se producen, y no olvidemos que todo está por conseguirse. La comunicación puede ser la llave para decantarnos hacia un lado u otro. Es posible que aún quede algo que hacer. La humanidad es parte del gozo de vivir. No escondamos, ni aminoremos, ni dejemos de lado lo que puede ser la justificación de cada día.

Recopilan en un libro-dvd las conferencias de la Poesía y la Mística de la Región de Murcia

presentación Libro DVD

El Aula de Cultura de Cajamurcia acogió ayer la presentación del libro-dvd que recoge el V ciclo de conferencias “Tres personajes en la Poesía y la Mística de la Región de Murcia” que la Asociación Universitaria Saavedra Fajardo dedicó a Ibn Arabí, Carmen Conde y Vicente Medina.

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La estrella de Tony Curtis, ya en el firmamento

Juan Tomás Frutos

 

Otra estrella, y de las más grandes, se nos ha ido de esta dimensión. Tony Curtis ya no está solo. Está en el cielo de unas estrellas de verdad que nunca se apagarán. Su sonrisa y atractivo marcaron una época en un cine que enamoraba a través de figuras de su talento.  Aunque algunas de sus películas forman parte del imaginario colectivo, como Espartaco y con Faldas y a lo Loco, no se hizo con grandes premios, pero sí gozo del fervor popular y del calor de sus amigos, a los que quiso y cultivó con profusión. Sus ojos de tonalidad azul verdosa encandilaron no únicamente por su belleza, sino por lo que supieron transmitir. Llevaba mucha carga a cuestas, como todos, una buena y otra mucho más pesada y difícil de aguantar. También eso se venía en algunas de sus películas, o en escenas de éstas. Ya está libre de todo ello.
La imagen del héroe caído en silla de ruedas no se correspondía con el corazón de un artista que alegró, apasionó y entristeció a medio mundo. Supo salir adelante frente a la adversidad y una infancia difícil, que también le dejó solo, como en estos últimos años. Ahora el firmamento de las estrellas le colocará en su sitio, donde merece, y nosotros le llevaremos en nuestro corazón, donde siempre estuvo, donde siempre estará. Tiene, por lo que sé, un lugar privilegiado.

Singladura de lo humano

Juan Tomás Frutos

 

Viajar con afectos nos ayuda: contribuye a que demos con las razones y con las claves existenciales. Nada comunica tanto como dos corazones en comunión, en conexión, irradiando las mismas ansias de coordinar y de aprender por lo que ocurre alrededor. Nada es comparable a la unión que se consigue de manera virtual y hasta tangible. Manifiestan lo que es la vida misma, que es caracterización de preferencias con renuncias expresas ante el bien común, que, asimismo, demuestran con sus sentimientos e itinerarios compartidos.

El corazón lo es todo, fundamentalmente en momentos de trasiegos, de dudas, de consecuencias extrañas, de actitudes variopintas, de intenciones que van y que vienen. Hemos de adecuar todo cuanto tiene sentido con los valores del espíritu que surge del mismo centro del corazón, con sus buenos fines, con sus alturas de miras, con sus entretenimientos. No hay nada tan certeramente agradable.
El corazón acompasa posturas, objetivos y complementos, dejando a un lado lo accesorio. Las miradas que surgen de él no atienden más razones que las que tienen un fundamento inmaterial y nada interesado. No se puede pedir nada añadido. Conseguimos, con el corazón, que lo que tiene valor universal destaque, dejando atrás lo que no nos atañe realmente.
Las conversaciones que surgen del corazón siguen, continúan, están, son, y nada se espera desde la convicción menos clara si no pasa por el crisol de su testimonio, ya sea silente o parlanchín. Amparemos sus peticiones, que siempre son limpias, si lo enseñamos bien, si viene sinceramente de él ese anhelo que nos iguala, que nos hace partícipes de la singladura de lo humano. Miremos en el corazón, pues, y tratemos de vernos en él. Será, si lo conseguimos, buena señal. Tras ella está todo aquello que merece la pena.