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Acto de entrega del sello de calidad CEA_APQ para la colección editum signos

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La Universidad de Murcia, a través del Servicio de Publicaciones y de su marca editum ha obtenido el sello a la colección editum signos. En el acto han intervenido José Arnáez Vadillo, director de la ANECA,  Cecilia Cabello, directora de Ciencia Abierta e Internacionalización de la FECYT,  y Ana Isabel González, presidenta de la UNE. Por parte de la Universidad de Murcia recogieron el certificado Francisco Javier Martínez Méndez, Vicerrector de Calidad Cultura y Comunicación de la Universidad de Murcia y Rosana López Carreño, coordinadora del Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia.

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El sello está reconocido como indicio de calidad de las publicaciones para la evaluación de los méritos de la actividad investigadora en los criterios de evaluación de ANECA para el programa ACADEMIA, de aplicación desde el 17 de noviembre 2017, y en los criterios de evaluación de la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora, publicados el 1 de diciembre 2017.

 


Presentación de los libros del Profesor von Albrecht: Ovidio y Poetas de la libertad en la Jornada Ovidiana

JORNADAS OVIDIANAS-para webEl jueves 17 de mayo tendrá lugar la Jornada Ovidiana, Murcia con Ovidio en el comienzo de su tercer milenio  organizada por la Universidad de Murcia. El evento tendrá lugar durante todo el día, por la mañana en el Edificio Rector Sabater, y por la tarde en la Sala de Teatro Concha Lavella. A las 10:45 se presentarán los libros publicados por Editum bajo la colección Editum Signos: Ovidio y Los poetas de la libertad. Estas dos monografías son obras  de el profesor Michael Von Albrecht, gran especialista de literatura clásica.

En nuestro blog se pueden encontrar diversas entradas publicadas referentes a los libros y a su autor:

Para finalizar,  queremos destacar la  entrevista completa al autor realizada en el año  2017 en la que nos habla sobre su pasión por la Filología Clásica y sobre su libro Poetas de la libertad. Esta entrevista fue publicada, traducida al latín, en la revista VOX LATINA, 2017, Tomus 53, fasciculus 210, pp. 615-622.


Historiografía del signo lingüístico

HistoriografiaEl contenido del libro, perteneciente a la colección Editum Signos, se corresponde con la intención inicial de escribir un prólogo para una Gramática de la iconicidad en español, libro que se ha quedado en el claustro de la concepción como non nato, impedido por la irrupción de la elaboración, extendida en el tiempo, del que aquí nos ocupa. En este se ha pretendido recoger una visión historiográfica condensada del concepto de iconicidad; pero, para no dejar fuera aspectos de la motivación lingüística que pudieran ser de interés, el autor fue consultando un amplio número de tratados. El trabajo se fue dilatando, desbordando los límites razonables marcados al inicio. La atención se ha dirigido a los diferentes pensadores que resultaban atrayentes a distancia, una vez atendidos los más eminentes y más conocidos, suficientemente comentados a través de la literatura relativa al tema en cuestión.

Poco a poco se ha ido construyendo lo que podríamos llamar una “guía” o una breve historiografía del signo lingüístico, la cual podría servir a los alumnos como estrella polar que los orientara en la oscuridad previa a los trabajos académicos, en el caso de estar interesados por estos problemas. Ciertos apartados están resumidos, pues se ha procurado no hacer comentarios aclaratorios, solo se ha remitido a otros del texto en que determinados autores tratan el tema, para avisar al lector de la pertinencia de que él mismo contraste las opiniones de dos o más de los aquí recogidos.

El autor, Ricardo Escavy Zamora, catedrático de Lingüística General de la Universidad de Murcia,  ha escrito distintos libros dentro de los ámbitos de lingüística general, pragmática lingüística, historiografía lingüística y teoría de la literatura.


La última claridad. El pensamiento literario de Guillermo Sucre

Ultima ClaridadEsta obra es un análisis del pensamiento literario del crítico venezolano Guillermo Sucre (Tumeremo, 1933), cuyas obras más conocidas son Borges el poeta (1ª ed., 1967) y La máscara, la transparencia (1ª ed., 1975). En primer lugar,  el libro se centra en la labor de Sucre en los proyectos editoriales que lideró en Venezuela a lo largo de los años 60 (Sardio, “Letras y Artes”, zona Francia e Imagen). A través de estos diferentes espacios, Sucre trató de marcar el rumbo que debía seguir la literatura nacional y se convirtió así en uno de los grandes actores culturales del periodo. En segundo lugar, el libro aborda el pensamiento del autor a partir de su viaje a Estados Unidos en 1968. Este nuevo contexto impuso cambios decisivos en su obra, ya que le permitió liberarse del compromiso adoptado hasta entonces con la literatura venezolana y centrarse con mayor libertada en el estudio de la poesía hispanoamericana.

A lo largo del trabajo se establecen los vínculos entre el pensamiento de Guillermo Sucre y el de autores que fueron fundamentales para él como Barthes, Borges, Campus , Paz, Picón Salas, Sontag o Vallejo, entre muchos otros. Además, el pensamiento literario de Sucre se estudia en relación con su contexto histórico, llegando a la conclusión de que sus ideas literarias suponen un modelo de ordenación no solo estética, sino también política, para Venezuela y para Hispanoamérica.

El autor,  Ioanis Antzus Ramos, es doctor en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de Salamanca y licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Sus áreas de especialización académica son la literatura venezolana del siglo XX, el ensayo hispanoamericano, y la Teoría crítica y cultural de América Latina. Sobre estos temas ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas en Colombia, Chile, España, Estados Unidos, México y Venezuela. Próximamente aparecerá su libro Mariano Picón Salas en Chile. Proyecto político, cultural y estético (1923-1935).

La presente obra se ha publicado en la colección editum signos.


Las invenciones míticas de Felisberto Hernández

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La triada compuesta por el ritual,  lo lúdico y lo mítico impulsa el propósito inicial de este trabajo: investigar en qué medida las características asignadas a estas categorías sirven para interpretar las la literatura de Felisberto Hernández.

Hans Blumenberg plantea que el hombre mantiene con la realidad una relación metafórica, y dice que esa relación viene justificada por el distanciamiento que el hombre necesita ejercer frente a la realidad, frente a la angustia que le provoca. La sinceridad literaria que se propone para Felisberto tiene que ver en primer lugar con esta cuestión; él, su narrador, incluso sus personajes, padecen una enfermedad, una angustia donde se encuentra el móvil de las actividades en las que participa.

En estos rituales pueden apreciarse una serie de términos que ordenan la transición hacia un espacio propio; y, si bien es cierto que la terminología que emplea no se mantiene inmutable, si lo hacen las condiciones que admiten el desplazamiento.  Felisberto tiene dos maneras de relacionarse con la realidad, una de ellas es la “manera de sentir como los demás”, la otra, su “manera de sentir especial”, donde está implícita la separación de lo cotidiano y se manifiesta la fantasía mítica entendida como dislocación, como una relación extraña entre las cosas.

Las cuestiones de la sinceridad literaria y la creación de un sistema propio, permiten describir cómo es que Felisberto dispone sus ambientes  especiales, qué motiva esa invención, y aún más, que aquello que la motiva  es lo que autoriza hablar de él como un personaje marginal, un trickster que necesita desplazar las fronteras que definen su ubicación.

El autor, Sebastián Miras nació en Montevideo (Urugay), en 1980. Es licenciado en Filología Hispánica y doctor en Estudios Literarios por la Universidad de Alicante.

La colección a la que pertenece esta obra es editum signos.

 


Entrevista a Ramón Almela Pérez sobre su obra “Teoría e Historia de las adivinanzas”

Presentacion adivinanzasCon esta entrada, mostramos la entrevista que hemos realizado a Ramón Almela Pérez, Catedrático de Lengua Española, jubilado, de la Universidad de Murcia, sobre su libro Teoría e historia de las adivinanzas presentado el pasado 4 de abril en La Merced y que pertenece a la colección Editum signos. Ramón ha ejercido con entusiasmo los tres tipos de tareas del profesor universitario: docencia, investigación y gestión. Este libro se ocupa básicamente de las adivinanzas de la lengua española consideradas populares.

Teoría e HistoriaLo que se estudia en la obra no son las adivinanzas individualmente consideradas, sino el tipo de texto que se conoce como adivinanza. Se propone por primera vez en la bibliografía lingüística una teoría de esta clase de texto: marco, categorías, tipos afines… La adivinanza no es un juego “de” palabras, sino un juego “con” palabras, que une ingenio y belleza. El interés por descubrir qué es algo que se describe, pero que no se nombra, es tan antiguo como la humanidad. El lector encontrará en este trabajo conceptos científicos fundamentados, la línea histórica que une a las adivinanzas con los antiguos enigmas (Biblia, literaturas clásicas, etc.), la exposición de sus principales características y un repertorio de 2.000 ejemplos.

Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de hacer este libro?

Respuesta: Yo no pensé al principio en un libro, pensé en hacer un estudio. Mientras buscaba un tema para una charla que quería dar, me di cuenta de que no había nada sobre las adivinanzas y decidí explorar esta cuestión.

P: ¿A quién va dirigida esta obra?

R: Yo creo que la puede leer con provecho no sólo el estudioso de la lengua y/o la literatura, sino también cualquier persona medianamente instruida. Y lo pueden leer con fruición quienes quieran conocer con cierta profundidad algo tan sencillo que encierra, insospechadamente, una riqueza humana, lúdica e ingeniosa, desconocida.

P: ¿Cuánto tiempo le llevó la elaboración del libro?

R: La primera idea de estudiar este tema la tuve el 10 de noviembre de 1999. Me planteé «¿Qué hay de las adivinanzas?». Busqué títulos de libros “sobre” las adivinanzas y como no hallaba ninguno, me planteé la posibilidad de estudiarlas. Algún tiempo después, leí unas cuantas y me llamó la atención el que, comparando dos adivinanzas, tuvieran en común el rasgo de indagación, pero que una propusiera indagar sobre un objeto externo a la lengua (la lagartija, por ejemplo) y la otra lo hiciera sobre un objeto interno a la lengua (la letra A, por ejemplo). Me atrajo comprobar que en esos textos de creación popular se hiciese la distinción entre dos conceptos lingüísticos: lenguaje y metalenguaje. Esos rasgos ‑de similitud y de disimilitud‑ suscitaron mi curiosidad: «Aquí tiene que haber algo más que unas simples ocurrencias fútiles», me dije. Y decidí conocerlas.

Después fui interrumpiendo su estudio durante largas épocas porque la docencia y otros compromisos eran lo primero. Al jubilarme, sobre todo desde marzo de 2012, le dediqué más tiempo. Sólo pensaba en conocer las adivinanzas, pero durante mucho tiempo no sabía cómo iba a ser el resultado de mi estudio. Poco a poco fui aumentando mis conocimientos, leyendo, conectando y profundizando en las ideas sueltas que pude hallar. Hará unos dos años, aproximadamente cuando empecé a vislumbrar que podía crear una obrita de cierta densidad. Aunque hasta hace un año no tuve la intuición de que disponía de casi todo lo que se había escrito sobe las adivinanzas. Todo lo he ido haciendo gradualmente.

P: ¿Cuándo empezó usted a recopilar adivinanzas para el corpus del libro?

R: Casi desde el principio, aunque con más continuidad desde 2001 y casi hasta hace un año. Mi prioridad no ha sido recopilar todas las adivinanzas existentes, no ha consistido en confeccionar un catálogo de adivinanzas. He querido disponer de muchos ejemplares para conocerlos y analizarlos, sobre todo si procedían de diferentes fuentes. No hace falta estudiar todos los gatos del mundo para hacer una teoría sobre los gatos. Pero no me ha preocupado el hecho de que haya muchas adivinanzas que no haya incluido en el libro. Basta con tener una alta muestra y construir un pensamiento consistente sobre ellas.

P: ¿Cuál ha sido la mayor dificultad con la que se ha encontrado a la hora de su realización?

R: Grandes dificultades no he tenido. Diría que he gozado de cuatro retos estimulantes. El primero fue el de la bibliografía. Hay un título del que existen sólo dos ejemplares en el mundo: en la universidad de Chicago y en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, de Washington. Lo pedí a esta última y me enviaron ‑previo pago‑ una fotocopia del que tenían. Acudí mucho al préstamo interuniversitario. Un libro se pidió a una universidad extranjera; viendo que un mes después no contestaban, se pidió a otra universidad ‑alemana‑ y una semana después lo enviaron. En otros casos se hubo de rastrear en Internet para tener al menos una reseña.

El segundo y el tercero fueron conceptuales. Fueron momentos de reflexión que me apasionaron por intrigantes. Uno fue el hallazgo de la estructura de las adivinanzas. Lo que había leído no me convencía y hasta que no la vi clara, no descansé. El otro fue el de las categorías analíticas, sobre el que estuve pensando varios días en soledad.

El cuarto reto fue el manejo estadístico de los rasgos caracterizadores: se trató de asignar y manejar la aplicación de 56 rasgos a 689 adivinanzas, que fue la cantidad de adivinanzas que finalmente elegí como muestra para su caracterización. Con el Excel y unos días en soledad lo llevé a cabo.

P: ¿Qué aporta Teoría e historia de las adivinanzas a la lingüística y la lengua?

R: A la lengua aporta más variedad de textos: hace pensar y hace sonreír. Las adivinanzas son un problema y un poema. A la lingüística hace una aportación básica y varias aportaciones incluidas. Lo más básico es que se tome en consideración científica las adivinanzas. Todas las realidades son dignas de ser estudiadas científicamente. La importancia de la ciencia no depende de la prestancia social o de la difusión mediática. Las principales aportaciones incluidas las sintetizo en los siguientes cinco valores. Valor histórico‑antropológico: las adivinanzas hunden sus raíces en los comienzos de la humanidad. Valor didáctico: en la Alta Edad Media sirvieron de materia de enseñanza. Valor literario: son una muestra de literatura popular. Valor educativo: promueven la intriga intelectual. Valor lingüístico: forman parte del discurso repetido, en el mismo nivel que ocupan los refranes, los fraseologismos y otros tipos que no están estudiados.

P: ¿De dónde proviene su afición por las adivinanzas?

R: No sentía una afición especial, tenía la que podrían tener los demás. Mi interés empezó y acabó siendo de índole científica. Después he ido añadiendo otras perspectivas.

P: ¿Por qué decidió emplear un método teórico y otro empírico? Usar estos dos métodos, ¿aumenta la dificultad a la hora de hacer el libro?

R: La investigación científica tiene que usar los dos tipos de métodos. La ciencia consiste en una explicación de (una parcela de) la realidad; por lo tanto tiene que partir de los hechos ‑de ahí el método empírico‑ y después desarrollar una explicación de los mismos –de ahí el método teórico‑. Si lo que hago es sólo constatar hechos y no los explico, hago mera información. Y si sólo explico sin referirme a ningún hecho constatable, estoy haciendo ficción. Los dos métodos no constituyen una dificultad, constituyen la naturaleza propia de todo trabajo científico.

P: En el libro se indica que, hasta la creación de su obra, no existía publicado ningún estudio lingüístico de envergadura sobre las adivinanzas en español; es más, tampoco sobre otras lenguas, ¿cuál cree que es el motivo de esa ausencia de estudios?

R: Creo que la causa de esta invisibilidad es la apreciación de que las adivinanzas son un entretenimiento de niños, un género menor. Y es verdad que el uso que se hace socialmente de las adivinanzas es bajo, no es comparable, por ejemplo, con la difusión de la novela. Pero, si las comparamos con los refranes, también parece que tienen menos repercusión social que estos. Pero, ¡claro!, la ciencia maneja perspectivas distintas de la importancia social. El estudio de la realidad se ha de valorar no por su prestigio externo, sino por la aplicación del punto de vista científico a esa realidad.

Hay estudios, en otras lenguas, sobre aspectos textuales, sociales, retóricos, etc., de las adivinanzas; pero lo que no hay es una propuesta de teoría lingüística de las adivinanzas.

P: ¿Le sorprende ese desinterés existente a la hora de incluir el término adivinanzas en los diccionarios de lingüística?

R: Me sorprende y no me sorprende. Teóricamente no debería ocurrir que un diccionario de lingüística, que pretende explicar los conceptos lingüísticos, no mencione este tipo de textos. Pero, al mismo tiempo, no me sorprende porque al no contar con una tradición conceptual, los diccionarios de lingüística (que no son lo mismo que los diccionarios de lengua) no han hallado base para incluirlas.

P: En las páginas de su libro asegura lo siguiente: “Aquí se hallan muchas cuestiones apenas esbozadas, que necesi­tarían desarrollo. Este libro no es una obra ‘de’ adivinanzas, sino ‘sobre’ adivinanzas, que ojalá pueda servir para que otros inves­tigadores continúen ampliando y mejorando lo que aquí ofrezco”. ¿No está usted del todo satisfecho con su obra? ¿Qué piensa que le falta?

R: Satisfecho sí estoy, pero ello no es óbice para que vea dos cosas. Por un lado, soy consciente de que ojos más perspicaces que los míos observarán fallos de tipo metodológico y lagunas de tipo epistémico. Por otro lado, el estudio completo de las adivinanzas queda lejos de haberlo hecho. En el capítulo Epílogo señalo algunos de los aspectos que habría que estudiar; todos ellos, y otros, exigirían un trabajo de más gente y durante más tiempo. Entre los estudios que habría que estudiar están los relativos a la edición de textos, las figuras retóricas, más detalles de la historia, de los rasgos lingüísticos y de los conceptos, la adivinancística comparada y otros.

P: ¿Por qué cree que surgieron las adivinanzas, los enigmas y los acertijos? Pese a que los tres tienen en común el hecho de que se “plantea” una cuestión, ¿cuál le llama más la atención a la hora de estudiarlo?

R: Los enigmas antiguos tenían carácter de texto de lengua. Los enigmas actuales no son sólo hechos de lengua (los antiguos, sino también situaciones; habría que analizar los escasísimos contextos actuales en los que se denomina enigma a un texto. Los acertijos abarcan no sólo los textos mismos que se enuncian, sino también los ámbitos de conocimiento con los que se relacionan. Cuando empecé a estudiarlas, no lo hice por descarte de los otros tipos, sino porque el texto “adivinanza” me atrajo.

P: ¿Está usted de acuerdo con las condiciones que aporta Scott a la hora de considerar la adivinanza como un género literario de folclore? ¿Por qué?

R: No sabría contestar, no he reflexionado sobre esta cuestión. Tendría que conocer más qué es folclore.

P: ¿Considera que actualmente la sociedad está perdiendo capacidad imaginativa a la hora de “construir” nuevas adivinanzas?

R: Me parece que sí. La enseñanza tan memorística y tan repetitiva, la invasión del poder de las imágenes (pantalleo), el poco atractivo de los ejercicios intelectivos, etc., hacen que no sea un ejercicio divertido el pensar, ni siquiera sobre cosas intrascendentes.

P: Las adivinanzas que recopiló cuando empezó a elaborar el libro, ¿han conseguido pervivir hoy?

R: Una gran parte de las dos mil adivinanzas que recojo se pueden considerar “actuales”, lo cual no equivale a que sean “conocidas” y/o “utilizadas”.

P: ¿Se podría decir que las obras de Francisco Rodríguez Marín y Antonio Machado y Álvarez son las dos grandes colecciones de adivinanzas en España, no solo del siglo XIX, sino de todos los siglos? ¿Por qué?

R: Las dos grandes colecciones de adivinanzas del español son las dos del siglo XIX: fueron las primeras, se elaboraron con meticulosidad y contienen muchos ejemplares. Yo añadiría dos más: la obra de José Luis Gárfer y Concha Fernández ‑que no está sustanciada en un solo libro, sino en varios‑ y la del germano‑argentino Robert Lehmann‑Nitsche.

P: ¿Qué diferencias observa entre las adivinanzas en España y en Hispanoamérica?

R: Si excluimos las adivinanzas prehispánicas, hay que afirmar que hay poca diferencia. La casi totalidad de las adivinanzas de Hispanoamérica o son iguales o muy parecidas. El parecido les viene dado de la rima, de las figuras, etc. La diferencia está principalmente en el léxico. Un caso aparte lo constituye un pequeño corpus de adivinanzas mexicanas que podrían estar a caballo entre las prehispánicas y las que “emigraron” de la península.

P: ¿Cuál es su adivinanza favorita?

R: No tengo ninguna especial. Me gustan muchas, de las que selecciono, para no alargar la respuesta, estas cuatro:

Torito negro

cayó en el mar;

torito blanco

lo fue a sacar.

(La noche y el día)

 

Pino sobre pino,

Sobre pino lino,

Sobre lino flores

Y alredor amores.

(La mesa para comer)

 

Lo quieras o no lo quieras,

detrás de ti siempre iremos,

y cuando el camino vuelvas,

esperándote estaremos.

(Las huellas)

 

En las mañanicas

del mes de mayo,

cantan los ruiseñores,

se alegra el campo.

(La primavera)

P: Háblenos sobre su trayectoria profesional

R: Me siento universitario, de profesión y de vocación. Estudio y docencia, estudio y docencia, estudio y docencia. Estudié con ahínco la carrera. Pasé por las diferentes fases del escalafón profesional: ayudante, adjunto y catedrático. Fui secretario de la Facultad de Letras y Vicerrector. Fui coordinador de Lengua de la Selectividad. En la docencia procuré innovar: por ejemplo, en los exámenes dejaba que utilizaran todo el material que quisieran pues ponía preguntas para que pensaran. He publicado varios libros y bastantes artículos. El primer libro que publiqué trataba de un tema sobre el que, hasta entonces, no había tampoco ningún libro: la interjección. En mi especialidad, morfología del español, hay dos ramas: la flexiva y la derivativa; pues bien, tengo un libro sobre cada una de ellas. De algunos temas casi no estudiados hice algunos artículos: los binomios irreversibles, la dicotomía oral/escrito, la gradación, etc.

P: ¿De dónde proviene su afición su afición por la lingüística y la lengua?

R: Tuve una maestra muy buena que ponía mucho empeño en que escribiéramos sin faltas de ortografía. Aún conservo una libretica que me hice ‑con nueve años‑ para mí mismo con las principales reglas de ortografía: vaya y valla, hay, ahí y ay, etc. Y luego tuve buenos profesores de las materias de humanidades.

P: ¿Tiene en mente o está trabajando en la realización de un nuevo libro?

R: He empezado a preparar un nuevo libro, pero de un tema ajeno a las materias de lengua y lingüística. Es un encargo que me han hecho personas ajenas a la universidad.

P: Por último, ¿hay algo que desee añadir o contarnos?

R: Que estoy satisfecho con este trabajo por varios motivos: por la ilusión que he puesto, por la madurez con la que lo he acometido, por la novedad bibliográfica que supone, por los conceptos científicos que aporto, porque se lo dedico a mis nietos y porque constituye mi homenaje a mi universidad.

 


Teoría e historia de las adivinanzas, de Ramón Almela Pérez

Teoría e HistoriaTeoría e historia de las adivinanzas es un libro, realizado por el catedrático de Lengua Española, jubilado, Ramón Almela Pérez, que se ocupa básicamente de las adivinanzas de la lengua española consideradas populares. Lo que se estudia en la obra no son las adivinanzas individualmente consideradas, sino el tipo de texto que se conoce como adivinanza. Se propone por primera vez en la bibliografía lingüística una teoría de esta clase de texto: marco, categorías, tipos afines… La adivinanza no es un juego “de” palabras, sino un juego “con” palabras, que une ingenio y belleza. El interés por descubrir qué es algo que se describe, pero que no se nombra, es tan antiguo como la humanidad. El lector encontrará en este trabajo conceptos científicos fundamentados, la línea histórica que une a las adivinanzas con los antiguos enigmas (Biblia, literaturas clásicas, etc.), la exposición de sus principales características y un repertorio de 2.000 ejemplos.

Esta obra pertenece a la colección Editum signos, y está dividida en cinco partes, aunque también cuenta con un prólogo y una presentación. La estructura del libro es:

– Un prólogo escrito por el Rector de la Universidad de Murcia José Orihuela Calatayud.

– Una presentación del libro.

Después nos encontramos con las cinco partes en las que se divide la obra:

1) Incluye los cinco primeros capítulos y se llama “precedencias”.

2) Bajo el nombre de ” adivinanzas populares del español” engloba los capítulos 6, 7 y 8.

3) El capítulo más largo, reúne los capítulos 9, 10, 11, 12, 13 y 14 con el título de “teoría de las adivinanzas”.

4) Titulada “Valores complementarios” y en la que se integran los capítulos 15, 16, 17 y 18.

5) Contiene los dos capítulos finales: uno con referencias bibliográficas y otro con un amplio conjunto de adivinanzas.


Poetas de la libertad: Entrevista al Profesor Michael von Albrecht

Von Albrecht

Entrevistamos al profesor Michael von Albrecht, catedrático de Filología Clásica en la Universidad de Heidelberg y autor de la obra  Poetas de la libertad. De Lucrecio y Catulo a Ovidio, que forma parte de la colección editum signos. Su primera edición en alemán (Grosse römanische Autoren. Texte und Themen, Band 3; von Lukrez und Catull zu Ovid), fue publicada por la Universitätsverlag Winter Heidelbergen el año 2013. La traducción de este libro ha sido llevada a cabo por Antonio Mauriz Martínez y ha sido revisada por el propio Michael von Albrecht y Francisca Moya del Baño, esta última también se ha encargado de la presentación. Además, cuenta con una bibliografía en español elaborada por María Ruiz Sánchez.

Esta obra refleja cómo en una sociedad altamente tradicional, la romana del s. I a. C., los poetas aquí examinados descubren la libertad bajo diferentes manifestaciones: Lucrecio se enfrenta a la idea de la unicidad del mundo, llega a concebir que el macrocosmos es infinito y, aunque no cree en la providencia divina, otorga a su maestro Epicuro la condición de dios liberador. Catulo, en cambio, en su exploración del microcosmos del alma y del amor individual, declara diosa a su amada. Propercio, Tibulo y Ovidio llevan adelante el desafío a la sociedad tradicional al convertirse por voluntad propia en esclavos de las muchachas a las que aman.

Se trata de la cuarta obra del profesor von Albrecht que ve la luz en EDITUM. Las anteriores fueron Virgilio, Grandes maestros de la prosa latina: De Catón a Apuleyo y Ovidio.

Pregunta: Profesor von Albrecht ¿De dónde proviene su gusto por la Filología Clásica?

Respuesta: Yo he sentido  desde siempre un gran amor por las lenguas y tuve la suerte de encontrar buenos maestros en la escuela. Además, cuando tuve que aprender el latín, mi padre hablaba conmigo en esta lengua. Así desde un principio entendí que el latín no es un mero enigma algebráico, sino una lengua llena de vida. Más tarde, vi que se trata de la raíz común de nuestra cultura, que es la lengua que prefigura la ternura del italiano, la elegancia del francés y la majestad del español. Estoy contento de que hoy en muchas escuelas se combine el método gramatical (que es indispensable) con aquel método directo.

P: Usted es considerado por prácticamente todo el mundo como el filólogo que mejor conoce y ha escrito las mejores páginas sobre la literatura latina. ¿Cómo lo ha conseguido?

R: Al final de una vida larga vemos que nuestro saber es fragmentario. Hablemos más bien de lo que queríamos conseguir. Mientras Catón definía al orador como “hombre bueno que sabe hablar” (vir bonus dicendi peritus), para definir al filólogo el ingenioso Wilamowitz intercaló una letra (discendi): hombre bueno capaz de aprender. Sin amor no se aprende nada. En griego, “filología” significa o el amor a las palabras (es decir, a charlar) o el amor a la Palabra (a la inteligencia, a la razón); debemos elegir.

 P: ¿Qué aporta Poetas de la libertad al estudio de las lenguas clásicas y a la literatura?

R: El libro es una invitación a descubrir y hacer posible el nacimiento de la libertad personal en muchos sentidos. En la época que va de Lucrecio a Ovidio – tiempo de transición de la república al Imperio  – ,en la sociedad romana, los lazos del individuo con la familia y con el Estado se volvieron menos fuertes que antes. Por esa misma época aún no había aparecido el culto al Emperador, lazo político unificador de la siguiente época.  En aquel período, el individuo se hallaba casi entre dos centros de gravitación. Este estado de suspensión hacía posible descubrimientos inauditos, experiencias de libertad personal que no serían posibles ni en época republicana ni en aquella imperial. En nuestra época, época también de transición, establecer un diálogo con aquellos escritores puede ser muy instructivo, incluso vital.

P: ¿A quién va dirigido este libro? ¿Qué le diría a la gente para incitar a su lectura?

R: Este libro está dirigido a todos: a los jóvenes y a los que siguen siendo jóvenes. A todos ellos les diría: ¡Ánimo! Entremos en diálogo con grandes poetas. Ellos no nos imponen dogmas, sino que nos permiten buscar nuestro propio camino, sin prejuicios. ¡Descubramos los misterios del amor y del odio con Catulo y con Propercio, los de la naturaleza con Lucrecio, y con Ovidio los de la soledad del poeta aislado de su sociedad! Con ellos observamos que cada liberación puede generar, a su vez, nuevas dependencias, nuevas servidumbres; pero también observamos que los sufridos autores de aquella época viven la gran y dolorosa experiencia del nacimiento de la autonomía personal, experiencia primordial que forma nuestra herencia europea.

P: ¿Considera que hoy en día se le está dando la suficiente importancia al estudio de las lenguas clásicas o todavía queda mucho camino por recorrer?

R: La didáctica de las lenguas clásicas ha hecho progresos muy grandes. Tenemos libros de texto escolares más interesantes y mejor presentados que antaño. Basta abrirlos y utilizarlos. Mientras nuestros padres y nuestros amigos  a menudo están ocupados y no pueden hablar con nosotros, los grandes escritores antiguos tienen siempre tiempo libre para dialogar con nosotros. ¡Consultémoslos! Es cierto que queda mucho camino por recorrer, pero lo verdaderamente importante es no quedarse atrás; hay que empezar hoy mismo no solo a leer a los buenos escritores, sino a hacernos un poquito más humanos cada día.

P: En el capítulo “Lucrecio en la cultura europea” indica que “los poetas didácticos estiman a Lucrecio pese a su doctrina filosófica”. ¿De dónde proviene el interés de Lucrecio por el epicureísmo? ¿Por qué cree que casi ningún poeta estaba de acuerdo con su doctrina filosófica?

R: Lucrecio vivía en una época plagada de guerras civiles y crueldades terribles. Sentía un deseo profundo de paz y de seguridad. El epicureísmo le ofrecía la idea de la perfecta paz del alma, la “galene”, semejante a la tranquilidad del mar. Es verdad que Lucrecio fue el único autor epicúreo que compuso una gran poesía didáctica (Horacio, epicúreo él también, solía preferir formas más breves; Epicuro mismo no estimaba mucho la poesía). Por entonces eran muchos los romanos que no apreciaban la filosofía epicúrea, ya que les parecía atea, ajena al Estado y a la política, y demasiado individualista. Por eso, Virgilio (a pesar de su inclinación juvenil hacia el epicureísmo) y Ovidio adoptaron el pitagorismo  y Manilio, la filosofía estoica. Sin embargo, todos estos poetas didácticos admiraban e imitaban el estilo incomparable y sublime de Lucrecio.

P: Son muchos los que han calificado a Lucrecio como ateo a lo largo de la Historia pese a que, como indica en su libro, él no pretendía “combatir la religión, sino sus excrecencias: la superstición y los sacrificios humanos”. ¿Cree que el pensamiento de Lucrecio y Epicuro sería comprendido por la sociedad actual sin ser calificados como ateísta?

R: La idea que Epicuro tenía de la divinidad fue quizás demasiado elevada para su tiempo: la imaginaba libre de todas las pasiones: de odio e ira, pero también de amor. Las oraciones y los sacrificios le parecían inútiles. Sin embargo, estimaba muchísimo la contemplación de la perfección de los dioses, actitud muy religiosa (pietas). Esta actitud la consideraba muy útil no para los dioses, sino para nosotros, porque nos acostumbraba a un estado de ánimo digno de los dioses.

Pienso que, en nuestra época, con tal actitud se podrían evitar los extremismos de algunos fanáticos religiosos. Pero personalmente creo que la idea cristiana de que Dios es amor es aún más pacífica y eficaz.

P: ¿Por qué cree que los senadores romanos de la Antigüedad no dieron la orden de elaborar un texto catuliano de referencia? ¿Considera que esto ha impedido que hoy tengamos constancia de otras grandes obras que nos hubiesen permitido conocer mejor a Catulo?

R: La transmisión de los textos antiguos es inseparable de las tradiciones de las escuelas. En la época de Catulo, los poetas de amor no eran textos escolares. Por eso, los filólogos no se ocupaban de tales textos. Es casi un milagro que poseamos a Catulo y a los elegíacos; el estado problemático de estos textos demuestra que se trata de copias privadas, no oficiales. Hemos perdido muchos textos de la época de Catulo. Baste citar a Cornelio Galo, empujado por Augusto al suicidio. Por lo demás, Augusto fue el primero en quemar libros de autores no conformistas.

P: Tibulo y Propercio, dice usted, influyeron en Ovidio en la realización de su poemario Amores. Pero, si tuviese que elegir teniendo en cuenta el estilo de cada uno de ellos, ¿con cuál se quedaría? ¿Podría decir por qué?

R: Siento un gran aprecio por Tibulo por la ternura de su alma y la elegancia de sus versos, a Propercio por su ánimo viril, su lengua pasional, plástica y colorista. Me hace muy feliz que tengamos los dos a nuestra disposición y no puedo imaginar una vida con solo uno de los tres elegíacos.

P: Es el 2000 aniversario de Ovidio, ¿existe en la actualidad algún poeta capaz de imitar su estilo?

R: Ovidio ha atraído siempre, en toda época y nación, a quienes son poetas innatos. No veo por qué eso no habría de cumplirse también hoy en día. Lo importante sería no contentarse con imitar su estilo, sino aprovecharse de su independencia creadora y la de sus pares.

P: ¿Qué importancia tienen las descripciones en los poemas de Ovidio?

R: Las descripciones ayudan al lector a sentirse inmediatamente presente en la acción relatada, tal vez preparen psicológicamente al lector para que pueda entender el carácter de una persona, a menudo sirven para retardar la peripecia. Así, las descripciones están siempre en estricta relación con la acción y con las personas. Las descripciones de personas y lugares alegóricos son particularmente interesantes, originales y modernas. En ellas se reflejan  emociones o estados de ánimo: la casa del Sueño (un arsenal de la Fantasía), la casa del Hambre, la casa de la Fama (¡que anticipa audazmente una red mundial de información!).

P: ¿Qué buscaba Ovidio al estructurar el primer libro de su obra Amores a través de paralelismos, el segundo libro mediante la simetría axial, y el tercero, con una estructura de contraposiciones?

R: La arquitectura calculada de una colección de poemas se observa en Roma desde las Bucólicas virgilianas y las Sátiras de Horacio. Es un refinado principio artístico, comparable a una exposición pictórica, organizada por el propio pintor.

P: Usted es un gran especialista de Ovidio. Si tuviera que escoger una o dos obras de este poeta, ¿cuáles serían? ¿Por qué las elegiría? ¿Recomendaría a los jóvenes que leyesen Ovidio? ¿Qué puede aportarles?

R: Depende de la edad. Los niños preferirán a Dédalo e Ícaro y una selección de otros mitos de las Metamorfosis. Los jóvenes leerán Amores y el Arte de amar. Los más maduros, viendo que el amor no es solo un juego, sino también algo serio, retomarán las Metamorfosis, sin omitir nada, y las Heroidas. Estas últimas preparan a los adultos para la experiencia de la soledad del individuo. Las poesías del exilio son un estímulo para todas las edades para descubrir los valores de la libertad y la creatividad espiritual.

P: Analizar la cantidad de poemas que hay dentro del libro no debe de ser una tarea sencilla, ¿cuánto tiempo le ha llevado la realización de esta obra?

R: Este libro ha crecido y madurado conmigo durante decenios.

P: En su libro se indica que, en la Antigüedad, la lectura era generalmente en voz alta, a diferencia de ahora que es mayoritariamente en silencio. Me gustaría preguntarle: usted ¿qué tipo de lectura prefiere, la de la Antigüedad o la actual?

R: Como la música, la poesía está escrita para ser leída en voz alta. ¡Imagine una persona leyendo música en silencio en vez de escucharla!

P: Usted es un gran conocedor de la literatura de todos los tiempos y lenguas, o, de otra manera, de la literatura universal ¿Observa muchas diferencias entre la literatura clásica y la literatura actual?

R: En cualquier época, solo quienes han nacido poetas han escrito poesía. Todos los países han tenido abundancia de grandes talentos, hoy también. Sin embargo, para un contemporáneo, tal vez sea difícil identificarlos, porque están oscurecidos por la gran cantidad de material escrito sin valor literario. En cuanto a la Antigüedad, estamos en una posición favorable, porque el tiempo se ha encargado de hacer una selección de libros excelentes, los cuales han conseguido permanecer y pueden educar nuestro juicio – a condición de que mantengamos nuestra libertad espiritual y estemos abiertos a descubrir cosas nuevas-.

P: Háblenos, por favor, sobre su experiencia profesional

R: El latín tiene la particular capacidad de reunir a seres humanos. Mi experiencia profesional me ha llevado a conocer muchísimos colegas y estudiantes en diferentes países. Con muchos de ellos he llegado a establecer una amistad capaz de superar barreras nacionales, políticas y religiosas. Esta experiencia humana es el gran don de mi vida y ello se lo debo al latín, lengua verdaderamente internacional.

poetaslibertad

P: Poetas de la libertad. De Lucrecio y Catulo a Ovidio es su cuarta obra publicada por la editorial de la Universidad de Murcia. La anterior fue su Ovidio, poeta del que, hemos recordado, se celebra su bimilenario. Sabemos que es su poeta predilecto, o uno de sus predilectos, y que usted es uno de los filólogos que más sabe de él ¿Podría decirnos algo de este libro?

R: Sí, este año celebramos el 2000 Aniversario de la muerte de Ovidio. Este “poeta ingeniosissimus” mantiene siempre viva y palpitante su vigencia en tres campos: como poeta del amor, poeta de la mitología (y por eso de los pintores de todos los tiempos) y poeta del exilio. La incomparable riqueza y la “elegantia” de su estilo fascinan cada dia a nuevos lectores. El libro que el año pasado publicó Editum trata de todo ello. Mi Ovidio, gracias a la maestría estilística del traductor Antonio Mauriz Martínez, es un libro que se lee como si fuese un texto original escrito en español. Por otra parte, la bibliografía elaborada por Elena Gallego Moya ilumina la importancia que ha tenido Ovidio para los lectores y estudiosos españoles de todos los tiempos.

P: Para la Universidad de Murcia es un honor tenerlo entre sus autores, ¿por qué eligió nuestra Editorial?

R: Para mí es un honor y un gran placer estar publicado en la Universidad de Murcia, con la que la Universidad de Heidelberg mantiene una amistad de muchas décadas, fundada en una gran estima mutua y en un intercambio científico muy fructuoso, sobre todo en el campo de la elegía latina y de Ovidio.

P: ¿Está trabajando o tiene en mente publicar una quinta obra? De ser así, ¿podría adelantarnos algo?

R: Estaría feliz de rendir homenaje a España publicando un libro sobre Séneca y su arte de vivir.

P: Podríamos seguir preguntándole muchas cosas; sin embargo, preferimos que usted añada lo que desee. Será lo que los lectores valorarán más.

R: Me gustaría destacar que la portada de los Poetas de la libertad, un dibujo de la pintora Carmen Artigas, muestra al poeta Arión, cuya vida, amenazada por piratas, fue salvada por un delfín, atraído por su canto: se trata de una expresiva imagen del poeta que, gracias a su arte, logra mantener su libertad, incluso ante la perspectiva del exilio y la muerte.

Y querría acabar esta entrevista con estas palabras: No hay que tener miedo a los libros latinos. Ya no están reservados a unos pocos privilegiados, sino que son herencia común de todos nosotros.

Aprender latín es un placer y un derecho humano.


Poetas de la libertad. De Lucrecio y Catulo a Ovidio

poetaslibertadEste libro del profesor M. von Albrecht pone de manifiesto cómo en una sociedad altamente tradicional, la romana del s. I a. C., los poetas aquí examinados descubren la libertad bajo diferentes manifestaciones: Lucrecio se enfrenta a la idea de la unicidad del mundo, llega a concebir que el macrocosmos es infinito y, aunque no cree en la providencia divina, otorga a su maestro Epicuro la condición de dios liberador. Catulo, en cambio, en su exploración del microcosmos del alma y del amor individual, declara diosa a su amada. Propercio, Tibulo y Ovidio llevan adelante el desafío a la sociedad tradicional al convertirse por voluntad propia en esclavos de las muchachas a las que aman. En Heroidas Ovidio concede la palabra a mujeres que han sido abandonadas y da voz a la protesta contra el mundo de la guerra. La libertad que refleja  el Arte de amar sirve de excusa para su destierro.

Su poesía del exilio -manifiesto del talento contra el poder central- culmina con la exhortación a una joven poetisa a perseguir la creatividad intelectual como instrumento de libertad e inmortalidad.

La traducción de Antonio Mauriz Martínez se lee como si fuese un texto original en español. Va acompañada de una elegantísima presentación escrita por Francisca Moya del Baño y de una rica bibliografía española elaborada por María Ruiz Sánchez.

Esta obra pertenece a la colección editum signos y su primera edición en alemán (Grosse römanische Autoren. Texte und Themen, Band 3; von Lukrez und Catull zu Ovid), fue publicado por la Universitätsverlag Winter Heidelbergen el año 2013, la cubierta, “Arión” ha sido ilustrada por la que fuera profesora de la Facultad de Letras, Carmen Artigas.

Michael von Albrecht, catedrático de Filología Clásica en la Universidad de Heidelberg, estudió Filología Clásica, Música e Indología en Stuttgart, Tubinga y París. Se doctoró en 1959 y obtuvo la Habilitación en 1963. Visiting professor en la Universidad de Amsterdam, Austin (Texas), Gainesville (Florida) y en el Institute for Advanced Study, Princeton.

Miembro de la Accademia Nazionale Virgiliana (Mantua), la Academia Europaea, la Academia Latinitati Fovendae, y la Accademia Properziana, y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Tesalónica, y por la Academia de las Ciencias de Rusia (Moscú). Premio J. H. Voss por sus traducciones del latín; Premio cultural ruso-alemán por la edición de la música de su padre Georg von Albrecht; Praemium Clavarense. Miembro del Consejo de numerosas revistas filológicas internacionales.

Entre sus publicaciones sobre literatura romana y la pervivencia de esta se cuentan Historia de la literatura romana, traducida en siete lenguas (ed. española 1997), Virgilio, traducido al inglés, italiano, y al español (Murcia, Editum 2012), Grandes maestros de la prosa latina, traducida al inglés (edición española, Murcia, Editum, 2013), Poesía romana y Roma: espejo de Europa.

Autor también de diversos libros sobre Ovidio, uno de ellos, Ovidio. Una introducción, publicado en traducción española también en Murcia, Editum en 2014 y, en inglés, de libros sobre Séneca, Cicerón y la épica latina, así como de un libro en latín: Scripta latina. Editor de la serie Studien zur klassischen Philologie.

Su obra incluye publicaciones sobre música antigua y moderna. Coeditor del International Journal of Musicology. Su última obra que ha visto la luz, en tres volúmenes, ha sido: Grosse römische Autoren, Texte und Themen, Heidelberg, 2013.


Ovidio. Una introducción de Michael von Albrecht

OvidioEsta obra traducida del alemán por Antonio Mauriz Martínez, revisada por Francisca Moya del Baño y por Michael von Albrecht, catedrático de filología clásica de la universidad de Heidelberg,  es la última novedad publicada dentro de  la colección editum signos, en la que podemos encontrar otras obras del autor (Virgilio y Grandes Maestros de la prosa latina).

Ovidio, el “más ingenioso de los poetas latinos”, (según el juicio de Séneca), mantiene siempre viva y palpitante su vigencia en tres campos: como poeta del amor, poeta de los dioses, y poeta del exilio. La incomparable riqueza, y la elegantia urbana de su estilo fascinan cada día a nuevos lectores. Esta espléndida monografía de Michael von Albrecht, obra maestra de uno de los mejores y más profundos conocedores de la obra de Ovidio, se lee como si fuese un texto original en español en la traducción de Antonio Mauriz Martínez.

Va acompañada de una minuciosa presentación escrita por Francisca Moya del Baño y de una completa bibliografía  elaborada por Elena Gallego Moya, la cual ilumina la importancia que ha tenido Ovidio para los lectores y estudiosos españoles.


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