María Dueñas, un año entre costuras: “Mi gran satisfacción es que han sido los lectores los artífices del éxito de mi novela”.

La escritora María Dueñas en la fachada de su centro, la Facultad de Letras.“Desde el Gabinete de Prensa de la Universidad de Murcia, hasta El País, el trato con los medios siempre ha sido cálido y cercano”.
 
La autora celebró en la facultad de Letras el primer aniversario de su novela, que ya lleva vendidos 375.000 ejemplares
    Su novela “El tiempo entre costuras”, su bautismo literario, se ha encaramado a los primeros puestos de ventas en todo el país. Un éxito que ha sorprendido a todos, empezando por la propia autora, María Dueñas, que confiesa sentir una alegría especial con cada nueva edición.
Hace un año nadie habría osado vaticinar que se convertiría en un auténtico éxito de ventas, un éxito cimentado en la fidelidad y el entusiasmo de unos lectores que han caído fascinados por una historia ambientada en Tetuán, capital del Protectorado Español de Marruecos, durante la contienda civil de nuestro país. Se trata de un escenario ignorado por nuestra narrativa, que ella ha sabido poner sobre el tapete con intensidad en una obra en la que se dan cita pasión, romanticismo y aventura, en una mezcolanza que ha entusiasmado a miles de lectores, y en la que los personajes de ficción se alternan con otros reales en un escenario conocido de sobra por María a través de su familia.

Tres alumnos representarán a la Facultad de Economía en la Olimpiada nacional de esta disciplina

I Olimpiada Económicas

Gema Andreo Victoria, del instituto Juan de la Cierva y Codorniu (Totana), María Gregorio Olivares y Francisco José López Hernández, ambos del instituto de Sangonera la Verde, son los estudiantes de Secundaria que representarán a partir de mañana, día 30, a la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia en la Olimpiada Española de Economía que se celebrará en La Laguna (Tenerife).

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Una tesis doctoral alerta sobre la incidencia de la tuberculosis en el toro de lidia

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El diagnóstico, los tratamientos y las graves repercusiones de la tuberculosis en el toro de lidia son algunos de los temas analizados por el veterinario de la plaza de toros de Murcia Manuel Sanes para la tesis doctoral que ha presentado en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia.

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Un grupo de investigación de la Universidad de Murcia publica un libro sobre la flora de briófitos de la Península Ibérica

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Coincidiendo con el año de la Biodiversidad, el grupo de investigación “Biología, Ecología y Evolución de briófitos y espermatófitos” ha publicado un libro que estudia la flora de briófitos en la Península Ibérica y Baleares.

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Se clausuró el Máster en Dirección de Empresas MBA con la imposición de becas

Master MBA

La Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia celebró la clausura del Máster en Dirección de Empresas (MBA), acto que incluyó la imposición de becas a los alumnos que han finalizado estos estudios.

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Por los escurridizos deseos comunicativos

No siempre son los objetivos de la comunicación fáciles de obtener. No obstante, los hemos de perseguir diariamente. Señalemos que la vida es la medida de todas las cosas, y sorteemos obstáculos que parecen entender que la existencia nos detiene casi sin darnos cuenta. Hemos embarcado las mejores ideas hacia lugares ignotos que no resumirán las cautelas de otros universos. Nos quejamos de cuanto hacemos, y hacemos lo que nos parece interesante con una bondad que es voluntad y media. No te podré decir nada de cuanto nos oferta devoción sin pedir nada a cambio. Nos hemos aburrido un poco, un tanto, pero hay una disculpa indiscutible con aquello que nos brinda oportunidades diversas.

 

Llegan las emociones con un escurridizo deseo de paz, de voluntad, de tesón y medio, y continuamos con unas grandes tretas que aterrizan donde es posible. No hemos eliminado ese valor que nos fue consentido entre grandes temores que nos dieron las mejores causas para no perdernos entre ellas. Hemos conseguido tanto en tan poco tiempo que ya no sabemos cómo agradecer estancias, aptitudes, buenos anhelos, algunas formas de compartir.
Atemperamos lo que sucede con una especie de hermosura que nos distrae. Nos preñamos de consecuciones con baluartes estupendos. Hemos seguido por ese itinerario de preferencias con inclusiones en lugares diferentes. Nos miramos y aceptamos las consecuencias de unas obras que nos divierten y enseñan a la vez. Nos hemos gustado. La existencia se acompleja cuando esperamos más de la cuenta. No daremos en modo alguno con los elementos de penetrabilidad indirecta. Nos hemos contemplado con luces que nos regalan los mejores rostros. Ultimamos las señales con sus dichas preferentes.
Nos tenemos ante tanta opción que se divisa desde cualquier punto del barco existencial, que hemos de llenar con todo lo que sea menester, y no en el afán de tener, sino de ser con los demás, entre los otros, que han de preferir aquellas naves que nos consintieron singladuras dispersas con las que ganar las astucias de quienes nos indicaron esos caminos de la libertad con los que nos gustaría crecer. Alimentemos los gozos sin dar con las sombras de quienes nos prestan cada día unos aburrimientos escorados. Hemos advertido presencias con sus fortunas más fugaces.
Digamos lo que pensamos en cada momento, y aguardemos los pocos o muchos milagros de las vidas que nos quedan por saborear. Hemos dicho que el tiempo es escaso, y es verdad, pero aún tenemos el suficiente para aprender y enseñar en esos entornos en los que el destino nos otorga una gracia sin manuales de uso. Los tesoros están ahí. A veces necesitamos meses o años para darnos cuenta, pero lo importante es que advirtamos que los tramos son buenos o malos en función de la calidad y de la perspectiva con que revestimos los diversos instantes que usamos para contemplar cuanto ocurre. Hemos sellado el compromiso de una felicidad en calma. Intentaremos cumplirlo con el quehacer comunicativo. A veces no daremos con las claves, que se escurrirán y desaparecerán como el aire entre las manos, pero seguro que, antes o después, hallaremos algunas respuestas mágicas.

No desperdiciemos el tiempo

El tiempo es oro. Es una máxima que, por serlo, se ha quedado a menudo en un tópico que no comprendemos, y deberíamos. Las aspiraciones son legítimas, siempre que usemos las mejores intenciones y planteamientos en ellas. Hagamos caso a lo que portamos en el interior desde la franqueza y la honestidad de criterios, que han de embarcarse en razones que no vemos a la primera. La existencia admite, y eso es bueno, diversas percepciones. Hagamos que funcionemos sin demora, aunque tampoco hemos de imprimir una prisa especial. Crecer es una obra diaria. Con el tiempo, que transcurre sin darnos cuenta, llegamos al sitio apetecido antes o después, e incluso nos acercamos a menudo a puntos inesperados que nos producen placer y valentía en los objetivos.

 

La fe es necesaria para avanzar en el día a día. Necesitamos creer para transportarnos a lugares reales o imaginarios con los que poder significar lo que es, lo que nos importa. No prestemos apoyos elucubrados desde la futilidad o que estén faltos de fuerza y de valor. Hagamos que operen las sensaciones con sus tremendos aspectos de dichas y de suplencias entre cortinas que dejen pasar el aire fresco. Renovemos los entusiasmos, que nos han de invitar a pasear por doquier.
Sigamos las estelas de unas premisas estupendas, bondadosas, de ésas que nos gustan, y que han de adecuar órdenes y alternarlas también con unas prestaciones de periódicas caricias. No seamos unos insensatos incapaces de dar con las claves de aquello que nos debe proporcionar esas relevantes capacidades para amar y estimar todo lo que nos otorga líneas de variables direcciones en las que fomentaremos, o podremos, los diálogos y las concordancias dentro de un marco que acepta, o debe, controversias constructivas. No es bueno que los discursos sean planos. Las líneas han de tener curvas y pasiones.
Todos los días hemos de aprender de aquello que nos envuelve con sus finas capas de protección y de conexión con las cargas que han de enviarnos hacia el momento de una fuerza que establecerá las justificaciones, o, cuando menos, las explicaciones respecto de lo que nos sucede, que es, que será, grato, bueno, positivo, si somos capaces de mirar desde ese perfil. Aguantemos los procesos que nos pueden con sus persuasivas imposiciones, y no dejemos que las prestaciones nos olviden entre lugares de incautas sugerencias, que siempre han de tener una contemplación mucho mayor. La vida es una secuencia afortunada si no esperamos más de la cuenta. La pregunta es hasta dónde llega ésta.
Los sesgos de las entregas comunicativas han de postergar lo que nos delimita a conciencia. Una de las pocas conclusiones en las que nos podemos basar a priori es que el amor y la empatía hacia los demás contribuyen a escenarios mucho más comunicativos y menos competitivos. Las acepciones han de partir de las buenas voluntades, con toques de atención suficientes para no despeñarnos. No desperdiciemos el tiempo, que ha de ser entre consejos sabios que atañan a todos. Ahí debemos estar, con suspiros comunicativos. Aprovechemos ese tiempo escaso que nos ha de prestar la logística suficiente para resolver dudas, conflictos y desconocimientos.

Comunicar por el bienestar común

El proceso es necesario: nos puede dar la semblanza y el resultado más constructivo en los territorios intelectuales. Hablo de ti. Eres comunicación, amor, deseo, ansias de libertad. Pongo y expongo con razones de diverso género. Intento que la comunicación nos lleve a navegar por lugares conocidos y doctos en los que las materias nos impriman buenos caracteres. Seamos entre derechos que hemos de realizar desde la profundidad de los eventos, que han de planear con absoluta dicha. La fortuna de vivir se ha de trasladar a todo lo que nos brinda un carácter maravilloso. Hemos sentido que el momento puede ser éste, y por él vamos a trabajar.

 

La autonomía de aprendizaje nos hace experimentar en una primera persona. No dejemos que la apatía o el desdén nos ganen esa partida que otros quieren jugar con sus propios tiempos y ademanes. La indiferencia es una guerrera sutil que apenas se ve y que, por lo tanto, es difícil de vencer. Por eso nos debemos animar en el afán de perpetuar las consideraciones más nobles. Permitamos las mejores prácticas. No dejemos, no consintamos, que el destino nos devore con afanes rancios.
Las vicisitudes de otros instantes nos han de consolidar con sus fermentos más gustosos. Hablemos con esa lealtad que nos anima a quedarnos en el sitio del trance superado. Comuniquemos los sentidos con los que laboramos, y hagamos caso a todo cuanto nos enreda, que puede ser edificador de contenidos. No paremos en esa noria que tanto nos marea. Los tercios han de ponderarse en el objetivo máximo de dar con la altura que beneficie al colectivo.
Aminoremos los enfados, y también procuremos estar lo mejor que podamos. Las actitudes se contagian en el sentido más hermoso, y por eso hemos de intentar que lo positivo sea lo que viaje por un universo lento y variopinto. Las convenciones no contribuyen a que funcionen esas estructuras que hemos de planificar para que tengan un objetivo magnífico. Hagamos caso a cuanto nos sucede y saquemos provecho de todo, de lo que ha ido bien y de aquello que no ha resultado como queríamos. El balance suele ser más lindo de lo que imaginamos a primera vista.
Actuemos teniendo en cuenta lo que acontece, y veamos brillos y fortunas en todo cuanto nos rodea. La virtud tiene que ver con la mesura, y ésta nos ha de sustanciar lo subjetivo para que veamos todo con la relatividad que se merece, que nos merecemos. No salgamos hacia un lado equívoco, al menos no de manera consciente. Consigamos una versión maravillosamente bonita donde el cuento sea para nosotros, para explicarnos cosas, para vivir de verdad, para hermanarnos con la sinceridad de una espléndida comunicación, que hemos de activar cada día, en consonancia con los fines de un bienestar común. Detectemos todos los procesos posibles, y saquemos en claro que todos juntos, contando lo que vemos y lo que sucede, podemos convivir en plenitud de esperanzas y de hechos.

Robótica, domótica y vehículos inteligentes en el I Curso de verano de la facultad de Informática

El curso se celebrará en la Facultad de Informática.Un curso para desmitificar la informática

Las nuevas tecnologías han supuesto un cambio revolucionario en la sociedad de los últimos años: transacciones bancarias, mensajería instantánea, correo electrónico y las gestiones más diversas pueden hacerse cómodamente desde el ordenador personal. Resulta innegable que la informática ha entrado en todos los terrenos y su capacidad para mejorar la calidad de vida de la población.

    Para Manuel Campos Martínez, Vicedecano de Relaciones Externas de Informática y director del I Curso de verano de la facultad de Informática de la Universidad Internacional del Mar, es un hecho que “muchos de los servicios y comodidades de los que hoy gozamos son gracias a la informática, sin que nosotros seamos conscientes de ello”.

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Investigar a lo CSI, entre las actividades del II campamento científico de la Universidad Internacional del Mar

Una de las primeras actividades del Campamento Científico 2010Un curso en el que están prohibidas las lecciones magistrales

Un curso de verano en el que se convivirá con la naturaleza, en el que se compartirán noches observando el firmamento, y en el que están prohibidas las lecciones magistrales porque,  por encima de todo “está prohibido ser aburrido”. Así describe la profesora de Biología, Alfonsa García Ayala, el II Campamento Científico de la Universidad de Murcia, organizado por la Universidad Internacional del Mar, que en esta ocasión, y coincidiendo con el Año Internacional de la Biodiversidad, lleva como lema “Somos biodiversidad”.

UNIVERSIDAD DE MURCIA