Generemos una comunicación feliz

Juan Tomás Frutos

 

Permitamos que todo posea un sentido teniendo en cuenta las diversas influencias que provienen de los procesos de relación y de la misma naturaleza del comportamiento humano. Todo es importante, y así debemos verlo.

Hagamos caso a cuanto nos rodea con el afán de un entendimiento que ha de multiplicar las docencias entre todos los que nos rodean. No pensemos en no hacer, sino en realizar muchas cosas, cuantas más, mejor. Los objetivos de la vida han de ser aprender y compartir. No nos llevaremos nada en las manos. Lo intangible, el conocimiento, lo que aprendemos, es lo que permanece ciertamente. Seamos lo más diestros que podamos, y también intuitivos. No pongamos los ojos en direcciones que no nos conforman como personas. Los entornos han de ser cuidados igualmente. Las felicitaciones nos han de llegar desde consideraciones de planeamiento cercano, seguido de la voluntad más firme. Hagamos que todo funcione en un equilibrio que nos otorgue salubridad. Las intenciones nos han de conducir hasta resultados que nos insuflarán los mejores resultados, si somos capaces de mirar con ese propósito. La comunicación, en éste y en otros casos, es la base de cuanto queremos conseguir, de lo que puede provocar sorpresa y grata admiración. Generemos una comunicación feliz.

Carmelo Lisón Tolosana: “Desde un punto de vista antropológico, los nacionalismos no existen”

El profesor Carmelo Lisón Tolosana en la víspera de su doctorado honoris causa.
El profesor Carmelo Lisón Tolosana en la víspera de su doctorado honoris causa.

 

Para el nuevo Doctor Honoris Causa  “La cultura nos hace ser lo que somos: diferentes del resto del cosmos”
Al final de la entrevista, tras una larga conversación con él, Carmelo Lisón comenta al cronista: “Si no le sirve lo que hemos hablado, no dude en tirarlo”. Una demostración del sentido del humor de este maño, nacido en 1929 en la Puebla de Alfindén, un pueblecito situado en la margen izquierda del río Ebro, al que sus múltiples viajes y estancias en universidades europeas y americanas le han proporcionado un sentido de la vida no exento de ironía, haciéndole portador de una tolerancia como sólo los que han conocido otros países y culturas distintas pueden tener. Y el profesor Carmelo Lisón Tolosana, posee la sabiduría y la tolerancia  de quienes han conocido países y culturas y se han esforzado por comprender al otro.  Sigue leyendo Carmelo Lisón Tolosana: “Desde un punto de vista antropológico, los nacionalismos no existen”

Lindos por dentro y por fuera

Juan Tomás Frutos

 

Damos con los refuerzos a actitudes que no nos deben cansar. Las existencias nos permiten abastecer algunos deseos, que han de ser neutrales en cuestiones comunitarias. Nos hemos de proponer para alturas bien miradas, bien compuestas. No paremos en materia de conquistas del conocimiento.

 

No prestemos ánimos que luego nos pueden faltar. Entreguemos aquellos que nos pueden servir durante un tiempo para fomentar otros, que sí hemos de dar. Sembremos y poco a poco fomentemos las experiencias que nos refuerzan en las cuestiones de máxima actitud.

Consideremos los aspectos que nos pueden brindar unas nobles intenciones con las que navegar hacia continentes desconocidos que nos deben aportar entusiasmo, sorpresa, aventura y aprendizaje. Mirar hacia el campo de la alegría nos debe permitir que las cosas funcionen. Seguro que así será.

Vivamos las brumas de un camino que ha de abrirse para que vayamos conociendo lo que es. No hemos dejado atrás las alturas que se fueron con intenciones de dar con el trance más hermoso. Ya están de nuevo dispuestas. Prenderemos la llama de unas ideas que han de fortalecer la amistad. La vida es un tránsito hacia partes que nos deben conformar con entidad.

Juguemos con la fortuna que nos ha de añadir preferencias con unos entusiasmos de pacientes consecuciones de unas determinaciones de sesgo finalista. Aprendamos a tenernos y a ser entre los demás, con ellos, entre ellos, porque sí. Los beneficios de la amistad sin condiciones se pueden experimentar cada día, en cada esquina, con unas frecuentes decisiones que nos han de pacificar. Seamos lindos por dentro y por fuera.

El camino solidario de la comunicación

Juan Tomás Frutos

 

Hagamos que funcione la comunicación con la honestidad que pensamos que nos debe caracterizar en este instante que hemos de expandir con criterios mágicos por atractivos. Nos sentimos en unidad.

 

No simulemos soluciones que no somos capaces de afrontar, y hagamos caso al destino y a todo lo que él supone. Imaginemos y seamos con una sensatez que nos ha de prevenir con sus prestaciones más extraordinarias.

Aceptemos los roles que nos toca jugar con la mejor de las intenciones. No fracasemos. Nos hemos de ver como somos, con potencia, con la voluntad de asistir a las creencias más lindas, más estupendas, más serenas. No malgastemos los ánimos. Han de ser dosificados.

Los elementos positivos nos deben servir para avanzar en la dirección donde el colectivo halla huellas de eficacia. Nos hemos de gustar con lo que somos y precisamente como somos. La esperanza debe llegar al fin.

No fracasemos sin intentar poner en marcha los objetivos que fueren. Procuremos que las vidas de todos funcionen, y no sólo nuestro entorno. Lo que hallamos en nuestro camino tiene mucho que ver con las intenciones que nos envuelven, que han de ser fuertes. Sigamos la estela del camino solidario de la comunicación. La cosecha aguarda.

 

El rector inauguró la exposición sobre la relación de Vargas Llosa con la Universidad de Murcia

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Foto de Juanchi López

El rector de la Universidad de Murcia, José Antonio Cobacho, inauguró hoy en el Claustro de Derecho la exposición que refleja la estrecha vinculación del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa con esta institución docente, donde fue investido doctor honoris causa en octubre de 1995.

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Comuniquemos hasta donde podamos

Juan Tomás Frutos

 

Apliquemos esos aprendizajes que nos enseñan a comunicar con los que nos cuentan sus experiencias desde el sosiego y la placidez que gusta con sus toques mansos de conocimientos.

 

Las últimas frases nos deben servir de advertencias que indiquen por dónde ir. Nos debemos el uno al otro, todos. Cuando las cosas funcionan es porque nos platicamos con mesura, con dulzura, con esas sapiencias que nos vienen con reseñas e ideas de todo calado.

Nos envolvemos, a menudo, con ciclones que nos deben proteger y no llevarnos a zonas de nadie. Las cuestiones nos deben prevenir con modales seguros y secuenciados desde el afán de una solidaridad por la que hemos de trabajar todos los días. No empatemos constantemente. Tratemos de seguir con placidez y a ritmos que nos aseguren recesos y continuidades.

No pasemos sin trazar los límites. Hagamos que todo sea, y será con esa prevención que nos invita cada jornada a cuestionar, pero sin quedarnos atrás. Separemos las motivaciones que otros nos devuelven, y procuremos que los de nuestro entorno se involucren en cuanto somos, en lo que hacemos. Las posibilidades son ingentes.

No cuestionemos los avances, aunque haya equivocaciones que, con seguridad, hemos de corregir desde la prevención y la experiencia. Nos debemos plantear esa fortaleza que nos quite dudas torpes. El cariño y la bondad en las miradas nos procurarán actuaciones más formidables. Limpiemos aquello que no nos deje ver. Aseguremos la comunicación hasta donde podamos. Podemos.

La comunicación como palanca para la felicidad

Juan Tomás Frutos

 

Consumamos el tiempo en construir realidades que comunicativamente nos enlacen para el entendimiento, que ha de ser lo más pleno posible. Hagamos que las fuerzas nos acompañen desde la ilusión, que ha de servir de acicate en todo instante. Los momentos nos deben fortalecer.

Sigamos la estela de quienes comparecen con unos entusiasmos que han de servirnos miméticamente para afrontar todas las experiencias desde la esperanza. No apaguemos la llama de las bondades, de los amores, de las comprensiones con y sin esfuerzo. No pidamos lo que no somos capaces de dar. Nos debemos entregar cada día a la tarea, a menudo ardua, y siempre maravillosa, de entender a los otros, de adecuarnos a sus destinos, a sus objetivos e intereses, a sus posibilidades. Tengamos los corazones en paz haciendo que los demás puedan conseguir aquello que les “positiviza”. Limemos asperezas con la ternura que nos debe permitir sobrevolar cualquier posibilidad para incrementarla para la sociedad, a la que nos debemos constantemente. La comunicación debe ser esa palanca que nos impulse a la camaradería, a la visión ilusionante, a las bellezas singulares y variadas, a todo lo que nos puede conducir, en comandita, a ser felices. Intentemos en éste y en otros planos los procesos comunicativos.

Joaquín Rodríguez, pionero en las crónicas cinematográficas

Juan Tomás Frutos

 

Tengo que reconocer que, en muchas oportunidades, sólo el tiempo te da la perspectiva de aquello que haces o en lo que te involucras. Es el caso que ahora refiero. Fue por el año 1997 cuando mi compañero y amigo Joaquín Rodríguez, nos convenció al director de TVE en Murcia en aquel momento, José Luis González, y a quien suscribe, la necesidad de incorporar información sobre los estrenos cinematográficos y sobre el mundo del cine en general en los informativos diarios generalistas.

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Joaquín Rodríguez, pionero en las crónicas cinematográficas

Juan Tomás Frutos

 

Tengo que reconocer que, en muchas oportunidades, sólo el tiempo te da la perspectiva de aquello que haces o en lo que te involucras. Es el caso que ahora refiero. Fue por el año 1997 cuando mi compañero y amigo Joaquín Rodríguez, nos convenció al director de TVE en Murcia en aquel momento, José Luis González, y a quien suscribe, la necesidad de incorporar información sobre los estrenos cinematográficos y sobre el mundo del cine en general en los informativos diarios generalistas.

Reconozco que, en primera instancia, nos “chirrió”. Pensamos que no era el formato ni la hora para ese tipo de contenidos en unos informativos que, entonces, eran mucho más cortos y que, con seguridad, presentaban temas más áridos y de modo menos atractivo que hoy en día. Al final, aceptamos el reto de incorporar lo que nadie daba ni a nivel nacional ni regional (insisto no se ofertaban en los informativos), y, así, todos los viernes ofrecíamos un reportaje amplio (de dos a tres minutos, según el número de estrenos existentes, que entonces eran muchos) acerca de lo que la cartelera nos traía. Es verdad también que había un programa nacional que aparecía en antena los sábados que nos servía de locomotora para pedir el material audiovisual promocional que necesitábamos. Hablo de “Cartelera”. Ahora, cuando ha pasado casi una década y media, y con el compañero Joaquín Rodríguez en otras lides, que seguro que tienen que ver con el mundo periodístico-cinematográfico, en sus aspectos lúdicos y de gran aficionado, creo que es justo reconocer que fue un adelantado, que supo ver lo que no advertíamos sus compañeros, que fue un pionero en su tiempo, siendo más joven, moderno y vital, al menos en este campo, que quienes le acompañábamos en ese momento en el oficio. Por eso hoy, en estas líneas, le recuerdo, le envío mi consideración en lo personal y en lo profesional, y de este modo le rindo ese tributo que, como gran compañero que fue, se merece. Gracias por habernos enseñado lo que sabías, y por ser siempre tú mismo. Ya sabes que estamos a tu disposición.

Interrogantes y respuestas

Juan Tomás Frutos

 

Preguntar y responder son dos instrumentos del proceso de comunicación que le dan plenitud, que lo hacen único, excepcional, con su especial brillo. Separemos las sensaciones para sacarle el máximo partido a cada una de ellas. Nos hemos de entender con las prestaciones más estimadas y buscando esos frutos que nos deben nutrir los espíritus, las almas y también los cuerpos.

Hagamos acopio de fuerzas y de destellos para alumbrar los caminos por los que transitamos. Dibujemos los procedimientos que nos han de sembrar de dudas razonables sobre las causas por las que nos movemos y de las que hemos de aprender con constancia y restablecimiento de los buenos fines, que nos han de gustar con sus tercios más sugerentes. Procuremos que los fracasos, inevitables, no sean estrepitosos. Nos hemos de levantar ante cualquier error, caída o frustración.  La fortaleza nos viene de la docencia en comandita, de la solidaridad practicada en todos y cada uno de sus vértices, frentes y caras. Debemos elevar los aprendizajes a las categorías en las que el conocimiento sea el exponente de la virtud más vital. No cuajemos faenas en las que no damos lo suficiente. Empecemos una y otra vez, y en cuantas oportunidades nos demos. La vida es aprovechamiento en todo su devenir. Advirtamos lo que tiene sentido y lo que no ofertando aceptaciones de realidades que nos han de adecuar las misiones que, entre todos, hacemos posibles. Nos hemos de preparar para lo que ocurre, para aquello que puede tener una significación que hemos de fomentar desde la fenomenología más real. Debemos plantear los efectos, las consecuencias de los procesos y airear las posibles soluciones sin dejar de compartir las serenas miradas que nos propone el mundo, que nos tiene, que es, que nos puede y nos deja a intervalos, como la vida misma, donde la comunicación nos trae sus claves de interrogantes y respuestas.

UNIVERSIDAD DE MURCIA