Aprender a vivir

Juan Tomás Frutos

 

En un instante, justo en un instante, la vida se marcha. Te dice que hasta ahí puedes llegar, y ni un milímetro más. Así es la existencia humana, así de frágil, así de efímera, así de maldita desde el mismo momento en el que nacemos. Todo es fungible, pasajero, todo está pendiente de la derrota en forma de conclusión de esa vitalidad que, por enérgica, nos parece que nunca se acabará, pero sí que finaliza, y siempre, sea como fuere, de la forma más inesperada.

Sucede lo que sucede. Nos vemos fuertes en este mundo de prisas y de competencias para ser los bólidos en un universo cargado de conquistas, pero no olvidemos que la fama es transitoria. Todo parece indicar que, pasado el tiempo, ésta importa lo que importa: muy poco. Jugamos con las cifras, con el conocimiento, con los triunfos, con las aquiescencias, con una riada de audiencias, de seguidores, de gentes que nos ríen las gracias incluso cuando éstas no son tales.

Somos ríos en la mar, que dijo el poeta, somos sendas, pasos, en el desierto, que, con el nuevo día, desaparecen por obra del viento caprichoso. No hay gloria, creo. Lo que sí hay, lo que sí quedan son las acciones buenas, que son las que hemos de propiciar.

El ser humano vive, vivimos, en una perpetua contradicción. Nos comportamos como si fuéramos a estar en este planeta eternamente: no sabemos vivir. No concebimos la idea de la muerte como una referencia señera, para luego no tener que afrontarla con las manos vacías. A menudo interpretamos logros como tener cosas materiales, pero éstas no entran en unas manos inertes. Lo que sí nos podemos llevar son las vibraciones y los afectos de aquellos a los que quisimos, de aquellos que nos amaron. El esfuerzo ha de ser el educarnos en este análisis.

No es fácil el discurrir diario, porque las circunstancias nos hacen ser lo que somos, y no siempre vienen con fuerzas favorables, y, cuando lo son, seguramente no las observamos de esa guisa. Por un segundo, cuando la vela de alguien conocido se apaga lo vemos claramente, nos damos cuenta del sentido existencial, pero únicamente por un tiempo corto. Luego olvidamos.

Es la contradicción que escuchamos en una extraordinaria película, en “Legión”. Dice Gabriel que cuando vino a la Tierra se dio cuenta de lo vulnerables que eran los seres humanos. Advirtió pronto sus defectos, pero no pudo evitar, pese a todo, enamorarse de ellos, de la raza humana. Somos así: puro encontronazo de pareceres y de ideas. Nos hacemos de querer aún poniendo dificultades.

La existencia es fungible, nos huye. Lo hace en este momento en el que escribimos/leemos este texto. La distancia de esta realidad que señalamos nos otorga dicha y cordura, pero a veces también la insensatez de perder lo más valioso: el tiempo y la salud. No es bueno que eso ocurra. No es lógico que lo permitamos.

Aprendamos del día a día, sobre todo cuando la existencia nos oferta segundas oportunidades. Dejemos, pues, las navegaciones complicadas y vayamos rumbo a lo positivo, que puede estar en ayudar y en ser ayudados, en esperar con quienes no aguardan ya nada y siguen siendo felices, en otorgar un respiro a quien no puede aguantar ni un punto más, pero lo hace. Seamos más pacientes, más tolerantes, más comprensivos, más didácticos en todos los sentidos con los demás, y hasta con nosotros mismos. Aprendamos esa lección que siempre tenemos ahí pendiente, justo enfrente, en el espejo del alma. Tan pronto lo hagamos viviremos, no más tiempo, pero sí mejor. Bastante mejor.

La Universidad del Mar organiza un curso para conocer y conservar la salud ambiental de la costa mediterránea

Un curso de la Universidad del Mar-Campus Mare Nostrum dará a conocer distintos aspectos de la problemática ambiental en el Mediterráneo, ofreciendo herramientas para conservar sus costas.
“Biodiversidad marina mediterránea: bases para su gestión y conservación”, es el curso organizado por la Universidad de Murcia, que se impartirá entre los días 13 y 15 de septiembre en la localidad de Sant Antoni de Portmany, en Ibiza, que es sede de la Universidad del Mar por tercer año consecutivo.

El curso estudiará la biodiversidad del Mediterráneo, particularmente la de la isla de Ibiza, dará a conocer las praderas de posidonia oceánica y su conservación y difundirá las acciones de conservación de cetáceos y tortugas, así como la gestión de las áreas protegidas y sus valores ambientales.
El curso está impartido por profesores de las universidades de Murcia y Valencia, así como diversos técnicos y los asistentes tendrán ocasión de visitar la Reserva Natural de Ses Salines de Formentera, considerada Patrimonio de la Humanidad y el Centro de Recuperación de Especies Marinas de Sant Antoni de Portmany.
La actividad está dirigida por el profesor de la Universidad de Murcia Arnaldo Aitor Marín Atucha, y ofrece a quienes se matriculen 2’5 créditos de libre configuración o 1 crédito ECTS-CRAU.

Información: 
https://www.um.es/unimar/
https://www.um.es/unimar/ficha-curso.php?estado=V&cc=50990

Un alumno de la Facultad de Letras gana el Premio de Relato Corto Erasmus de la Universidad de Murcia

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Carlos Ordoñana Guillamón, alumno de la Facultad de Letras, ha obtenido el primer premio del VII Concurso de Relato Corto Erasmus: Centro Comercial Thader-Universidad de Murcia, que, con un montante total de 18.000 euros, va dirigido a ayudar económicamente durante su estancia en el respectivo país europeo a estudiantes de la institución docente participantes en el programa Erasmus 2012-2013.

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La Universidad de Murcia y la Fundación Casa Pintada crean la Cátedra Cristóbal Gabarrón

 

El artista Cristóbal Gabarrón y el Rector José Antonio Cobacho se estrechan la mano tras la presentación de la Cátedra.El artista Cristóbal Gabarrón y el Rector José Antonio Cobacho se estrechan la mano tras la presentación de la Cátedra

Ofrecerá una beca de 6000 euros para un proyecto de investigación sobre el artista muleño

En el edificio del Rectorado de la Universidad de Murcia se presentó ayer miércoles, día 12 de septiembre, la Cátedra Cristóbal Gabarrón, en un acto que contó con la asistencia del artista muleño. 
La Cátedra, dotada con 10.000 euros y puesta en marcha con la Fundación Casa Pintada de Mula, tiene por objeto la investigación y difusión sobre la trayectoria y obra de Cristóbal Gabarrón, para lo que promoverá el desarrollo de acciones de tipo cultural, literario y artístico que sirvan de marco divulgativo.

El director de la Cátedra, el profesor de Historia del Arte Miguel Ángel Hernández Navarro, ha anunciado en el transcurso de la presentación que en los próximos días se publicará la convocatoria de una ayuda de investigación consistente en 6.000 euros y dirigida a un alumno doctorando o postdoctorado, que tendrá acceso y apoyo para su trabajo en las distintas sedes de la Fundación Gabarrón (Barcelona, Valladolid y Nueva York).
Los candidatos deberán ser licenciados o doctores en Bellas Artes, Historia del Arte u otras áreas de Ciencias Humanas y Sociales y tienen de plazo hasta el 15 de noviembre de 2012 para presentar los proyectos, que serán valorados por su interés y viabilidad, junto con el expediente académico y experiencia investigadora del candidato.
El proyecto ganador, que se iniciará a partir de enero, se desarrollará durante un año, con posibilidad de prórroga, publicándose con posterioridad los resultados obtenidos.
Hernández Navarro aludió a la talla internacional de Gabarrón, y aseguró que las actividades de la Fundación Cristóbal Gabarrón “han sido fundamentales en la dinamización cultural de la Región de Murcia”.
Añadió asimismo que el objetivo de la Cátedra ahora creada es “Contribuir a la difusión de la obra y los valores humanísticos de la misma”, así como “fomentar el conocimiento del arte contemporáneo en general”.
Cristóbal Gabarrón agradeció a la Universidad de Murcia por una iniciativa “que da al arte contemporáneo una visión más científica, de conocimiento” y que supone “apertura de la Universidad a la sociedad y la colaboración con la sociedad, área en la que la Universidad de Murcia es líder”.
El rector, José Antonio Cobacho, coincidió con Gabarrón, al que calificó como uno de los más grandes artistas murcianos y destacó el esfuerzo de la institución pública que dirige por estar cerca de la sociedad y sus problemas, y finalizó asegurando que “En la Universidad de Murcia tenemos mucha ilusión en esta cátedra, y estamos muy agradecidos al artista y a su Fundación”.
Durante el acto, al que asistió la vicerrectora de Coordinación y Comunicación, María Ángeles Esteban, intervino también el presidente de la Fundación Gabarrón y secretario general de la Fundación Casa Pintada, Cristóbal Gabarrón Cabero.

Los trastornos mentales en el siglo XXI en un curso de la Universidad del Mar

La actividad ofrecerá herramientas para combatir la depresión, el trastorno bipolar y las fobias

Proporcionar a sus alumnos una actualización sobre los nuevos tratamientos psicológicos existentes en las patologías mentales con mayor incidencia en la población, es el objetivo del “IV Curso de Psicología Clínica: avances en tratamientos psicológicos” organizado por la Universidad Internacional del Mar-Campus Mare Nostrum, que se desarrollará en el Aula de la CAM de Cartagena entre los días 12 y 14 de de septiembre, dentro de la programación de cursos de verano que ofrece la Universidad de Murcia.

Según los responsables del curso, el importante desarrollo operado en los tratamientos psicológicos durante los últimos años ha posibilitado que exista una amplia variedad de terapias dirigidas a abordar los problemas mentales. La actividad ofrece una revisión de trastornos como la apnea del sueño, los miedos y las fobias, la depresión, el trastorno bipolar o la esquizofrenia, profundizando en su importancia en la salud mental y para una calidad de vida.
El curso está impartido por profesores de las universidades de Murcia, La Laguna y Granada. Sus directores son Gualberto Buela-Casal y Wenceslao Peñate Castro, Catedráticos de Psicología de las universidades de Granada y La Laguna respectivamente.
La actividad tiene una duración de 25 horas, y quienes se matriculen podrán optar a 2’5 créditos de libre configuración.

Información e inscripciones: 
https://www.um.es/unimar/
https://www.um.es/unimar/ficha-curso.php?estado=V&cc=51002

Vivir la vida

Juan Tomás Frutos

 

El amor nos hace más libres cada día. Nos hemos dado históricamente ese cariño que nos conduce hasta ese fin que nos previene, que nos da lo que nos implementa y gusta.

 

Hemos de ser en la noche de esas etapas que nos permitieron gozar con una premisa querida, única, excepcional.

 

Hemos tomado en consideración un planteamiento que nos ha de permitir unirnos al afán de una victoria que será un tributo hacia el fin mismo con una tónica de amores estimados.

 

Nos mostramos cada día, o debemos, con un afán de creencia en nosotros mismos. Nos hemos de quedar en ese lado que nos pronostica un acierto que hemos de convertir en dos o tres.

 

Sepamos y seamos en la dirección que nos parezca adecuada para todos. Hemos de formalizar las preguntas que nos pueden liberar. Hagamos que el honor funcione. Razonemos y miremos desde el corazón en un sano plano medio que nos invite a ver lo que sucede.

 

Superemos esas líneas difíciles de ver de una vida que hemos de experimentar de principio a fin para poder decir, cuando llegue a su término, que la hemos saboreado de verdad.

¡Vergüenza!

Juan Tomás Frutos

 

Paremos, por favor. Sólo nos hemos de dar un instante eterno para reflexionar sobre uno de los últimos episodios vergonzantes para la raza humana: me refiero a la guerra fratricida en Siria. Se trata de un conflicto que ha costado 18.000 muertos, que se han producido en un período de 17 meses. Se insiste también en que habría más de 200.000 desplazados o refugiados en países del entorno. Los datos son de la Organización de las Naciones Unidas. Aparecen en todos los medios de comunicación día tras día, como parte del entorno social que estamos creando en esta contradictoria globalización.

Las dos partes en conflicto se están matando en una lucha, dicho sea de paso, absolutamente desproporcionada, mientras las instituciones internacionales debaten sobre qué hacer, casi como esos buitres del Libro de la Selva, que se pasaban toda la jornada preguntándose qué podrían realizar sin obtener más respuesta que el mismo cuestionamiento.

Las televisiones de todo el mundo nos cuentan a diario, y nos muestran en sus informativos, unas imágenes de absoluta y absurda impunidad y de vergonzantes matanzas que no parecen tener fin. Hay atentados por doquier, en un enfrentamiento desigual que, como siempre, paga la sociedad civil. Se repite una locura de muertes que nos bañan en lo más ignominioso.

El papel de la ONU, una vez más, ha sido de invitado inútil para conseguir llegar a un acuerdo. El protagonismo de China y de Rusia, con sus derechos de veto de carácter feudal, demoran una solución a una pugna que cuesta vidas todos los días, muchas vidas humanas.

Es verdad que hay condenas de diversas instituciones supranacionales, entre ellas la Liga Árabe, y hasta un ciudadano tunecino se inmoló buscando más protagonismo y movilización para detener el conflicto armado sirio, pero no ha podido ser. Bueno, entendemos la mayoría de la ciudadanía mundial que no se ha querido: no se ha consentido presionar como se debería al régimen de Bachar el Asad para poner fin a esta catástrofe humana.

Los cadáveres se siguen apiñando, día tras día, por las principales ciudades de Siria, unas imágenes que se ofrecen en horas de máxima audiencia, y dan, claro está, más audiencia. El ser humano (no es cuestión de cambiar la denominación ahora y aquí, pero es lógico pensar en su carácter paradójico) experimenta un desequilibrado deseo de ver lo repugnante, y, aunque todos lo negamos, los datos de los medidores de audiencia, de esos condenados audímetros, son implacablemente certeros a la hora de perfilar a los consumidores de la televisión. Una contradicción más.

Ha habido soñadores desde que el mundo es mundo, y, fundamentalmente, en los últimos siglos, con los avances, con los nuevos descubrimientos técnicos, médicos, mecánicos, informáticos, etc., que nos han llevado a pensar que los conflictos armados llegarían a su ocaso. Lejos de ser así, tenemos actualmente más de 30 guerras vivas, con millones de muertos y de desplazados por doquier, con una ruptura de la razón que, como a Francisco de Goya, nos produce monstruos. Lamentable.

Entretanto, sigue la Guerra Civil en Siria, una guerra cercana por geografía, por historia, por intereses globales, por el desprecio que supone hacia los hombres y mujeres que creemos en la igualdad, en la fraternidad y en la libertad de los pueblos. Las revoluciones francesa y americana, con el tiempo, nos quedan distantes hasta en el espacio.

Es una vergüenza que nos escondamos tras el parapeto del odio, de la negligencia, y de los objetivos económicos, en forma de actitudes pacifistas y pseudo-democráticas de respeto a la soberanía de cada nación. Por encima de las leyes injustas y de los desalmados están nuestros conciudadanos, que no pueden ser discriminados por razones de su raza, de su credo, de su nacionalidad o por otras consideraciones. Merecen la paz, merecen vivir, y merecen saber que somos capaces, desde la inteligencia, de darles, de darnos, una segunda oportunidad. Si ellos no la tienen, nosotros lo tendremos difícil para dar con opciones y suficiencias. Sé que los cálculos de los que manejan geo-estrategias son otros, pero, creedme, como bien sabéis, están equivocados, muy equivocados.

Empieza el colegio

Juan Tomás Frutos

 

Un nuevo curso escolar se pone en marcha. Es verdad que la crisis lo preside todo, pero eso no quita que uno quiera tener ilusiones en esos niños y niñas que inician su andadura por el sistema educativo, que es tanto como decir por su existencia en sociedad, sobre todo en los primeros estadios. Van a conocer materias de toda clase, con idiomas incluidos, que irán aprendiendo poco a poco, pero sin pausa, pues la competencia de hoy en día nos hace obligatorio el conocimiento, más que nunca, para salir adelante.

Miras sus caras, y ves las tuyas (las que tuvimos cada uno de los que ya estamos lejos de aquella situación). Hay ilusión, entusiasmo, ingenuidad, ganas de adentrarse en un nuevo universo de ideas y de sensaciones… Todo el mundo está presto para ser conocido, y los infantes están dispuestos a no dejarse ni un hueco. Es el comienzo del curso. Hay propósitos, puede que más en los padres, de ir avanzando por el aprendizaje equilibrado.

Los libros ya están dispuestos. También el material escolar (este año un poco más caro), y hasta encontramos un ligero propósito de entrenamiento para no comenzar las clases un poco paralizados por la inercia de todo un largo verano. Los niños que se inician por primera vez tienen una aureola especial. Llevan semanas contemplando el futuro colegio, y hasta se imaginan a profesores y profesoras en el afán de adelantar lo que solo la vida les irá contando. Ya irán viendo que no por mucho madrugar amanece más temprano, aunque es lógica el ansia por descubrir situaciones y personas flamantes.

Se abre la puerta, pues, de un período tan repetido como nuevo, en el que podemos mirar hacia delante en un mundo ignoto a punto de ser descubierto, sobre todo por aquellos para los que verdaderamente es un universo recién estrenado. Todo está por ocurrir, por realizarse, y todo está sujeto al beneficio de una duda que deseamos que nos imprima el mejor de los caracteres.

Miro las mochilas cargadas de conocimiento por exprimir, de utensilios por disfrutar, de lápices con los que escribir, de libretas que rellenar, y experimento el gozo por empatía con los que ahora empiezan en estas lides educativas en las que, precisamente por aprender, te sientes tan fuerte como libre, aunque en esa etapa no siempre sepas definir lo que experimentas.

La personalidad de cada cual, en el comienzo del curso, en su incursión en el mundo académico, ya empieza a vislumbrarse: encontramos infantes lanzados, tímidos, tranquilos, hiperactivos, nerviosos, habladores, callados… Todos tienen sus peculiaridades, y todas son buenas, si somos capaces como sociedad de pulir las mejores.

El mundo está abierto, y, en el caso de los más pequeños, todo pende de ellos, todo está a lo que ellos decidan y sean capaces, con la ayuda y la experiencia de quienes pasamos antes por ese trance. Es encantador el poder contribuir a la educación de los que empiezan.

Miro a la calle, y esta mañana ya la veo un poco más bulliciosa de lo que ha sido habitual en los últimos meses. Un nuevo curso escolar está en sus albores. Para muchos, en los que me fijo hoy, es su primer curso académico. Les quedan años por delante. Espero que así sea y que sean capaces de superar los obstáculos de todo aquello que en estos primeros días no les mostramos. Quizá porque en los primeros días no es bueno que les mostremos que no aprendimos, los mayores, todo lo que deberíamos. Por eso el mundo está como está. No obstante, vamos a mantener la máxima comunicativa, y más con nuestros más pequeños, de empezar en positivo, con ilusión, con mucha ilusión.

Plan de trabajo

Juan Tomás Frutos

 

Nos regalamos un tanto de carácter para aproximarnos a una razón que han de ser dos para que nada nos falte donde debería.

 

Hemos de ser con el mayor de los corajes, procurando estar donde sea preciso. Nos hemos de mostrar menesterosos, queridos, concluyentes en la amistad más hermosa. Todo es un quehacer, y hemos de laborar en lo extraordinario.

 

Busquemos lo menesteroso con un ánimo de infundirnos creencias en el amor por lo más estimulante y serio. Nos debemos a una razón que ha de ser premisa para generarnos respeto.

 

Nos debemos entereza, cariño, sensaciones nuevas y profundas, deseos de adecuarnos y de movernos hacia delante sin fallar en lo básico. Nos hemos de preferir en esa batalla de noches y de creencias con un fin mayúsculo.

 

Nos hemos de dar esa gracia con la que llegar donde sea menester. Nos debemos un interés manifiesto en el universo, que nos ha de prestar un anhelo maravilloso. Hagamos caso a ese plan de trabajo que nos puede cobijar y sacar adelante. Juremos amistad, y procuremos cumplir con la palabra dada.

UNIVERSIDAD DE MURCIA