Mucha confianza en la comunicación

Juan Tomás Frutos

 

Repasemos los procesos comunicativos y saquemos el gusto a lo que nos rodea, a cuanto nos envuelve con sus toques más diestros, que nos han de aplicar remedios ante los problemas que puedan suceder. La vida tiene sus intermitencias.

Hagamos que todo funcione. Los modos nos deben insertar en las provocaciones más hermosas, que nos deben enseñar a tomar en consideración lo que ha de aplicarse con sus normas más reseñables. Hagamos caso al corazón mismo. No mostremos disconformidades cuando los beneficios son colectivos y grandes, y, si las mostramos, que sea para dar una visión suprema, un parecer positivo, un valor añadido, sin potenciar algún elemento individualista y poco edificante. Las comunicaciones nos deben permitir sortear los obstáculos que se producen día tras día. No hagamos caso a los corazones que no se basan en la sinceridad cuerda que busca lo absoluto. No pugnemos por nimiedades. Hemos de dar los mejores pronósticos. Hagamos que todo vaya hacia delante. No paremos. Expliquemos lo que sabemos y hagamos caso a esas intuiciones con un raciocinio que nos debe procurar lo mejor. Lo que llevamos dentro ha de ser asunto de palabra, más incluso que eso. No permitamos que la desesperanza nos gane. En comunicación ha de haber mucha confianza. Iremos ganando con ella.