Los Colegios Profesionales de Periodistas

Los nuevos retos de la profesión periodística están ahí, y por ello, entre otras actuaciones, se están transformando las Asociaciones de la Prensa, o bien, en paralelo, se están generando otras entidades, como son los Colegios Profesionales, que, sin duda, no van a ser, como se puede suponer, ninguna “panacea” a la hora de solventar los problemas del gremio. No obstante, van a ser un revulsivo necesario.

Como quiera que no es imposible recuperar el tiempo perdido y ese maltrecho prestigio, vapuleado por un ejercicio de la profesión que, en algunos ámbitos (léase, por ejemplo, la mala Prensa del corazón), no es el más certero, o por una coyuntura de crisis que nos ataca de una manera particular, es necesario que estas nuevas entidades aglutinen toda la fuerza que sea posible del sector y de sus profesionales en aras de mejoras sustanciales que también redundarán en la sociedad al completo. No olvidemos que los medios y sus trabajadores se deben a los ciudadanos y ciudadanas, a quienes sirven a través de la labor pública que desempeñan.

Entre otras, pero, en todo caso, como las más sobresalientes, las ventajas de estos colegios serán:

-Van a dar mayor presencia al colectivo de los periodistas.

-Suponen un instrumento de actuación, de formación y de reivindicación más útil y ágil para los profesionales de la comunicación.

-Dotarán de mayores relaciones y de otros instrumentos de presencia y de presión, como pueden ser los Observatorios sobre la situación del sector o las Comisiones de Trabajo en ámbitos como los deontológicos.

-Calarán más en la sociedad, y esperemos que también en el colectivo.

-Mayor cercanía a los problemas del gremio.

-Como no serán obligatorios, recalcarán la necesidad de estar más unidos.

-Procurarán un impulso de estas entidades y de los colectivos que aglutinan.

-Su ámbito específico será la defensa de los derechos profesionales, uniendo esfuerzos con los sindicatos, que han de abordar, en lo que es su papel fundamental, la defensa de los derechos laborales.

Seguro que poco a poco podremos ir incorporando más funciones y más anhelos. Lo importante es su inmediata puesta en marcha en el afán (esperamos lograrlo) de conseguir estar más unidos y de optimizar las muchas capacidades y posibilidades que tenemos. Lo primero de todo es que creamos mucho más en la profesión. El milagro de una vuelta al prestigio y a la dignidad es posible. También es deseable por y para toda la sociedad.