José María Bermúdez de Castro, es un reconocido paleobiólogo, codirector del equipo investigador de Atapuerca, galardonado en 1997 con el Premio “Príncipe Asturias” de Investigación Científica y Técnica, es autor de decenas de libros y centenares de artículos científicos. La importancia de este yacimiento ha propiciado que hayan sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
Su labor como divulgador de la evolución es también importante, habiendo escrito libros como : “El Chico de la Gran Dolina”, “Hijos de un Tiempo Perdido” y “Atapuerca, perdidos en la colina”, en los que intenta acercar el tema de la evolucion humana de forma asequible al gran público.
Su conferencia ‘El camino hacia la inteligencia’ fue la encargada de inaugurar la Semana de la Ciencia y la Tecnología 2006.
-P: La comparación genética nos muestra que somos muy similares a los chimpancés ¿Por qué entonces, esa prevalencia del homo sapiens respecto a otros primates?
-R: Somos iguales genéticamente a los chimpancés en un 99 %. De todas formas ese 1 % de diferencia puede ser enorme si partimos de un total muy grande.
Ese uno por ciento de diferencia genética está relacionado con un cerebro que triplica el tamaño del chimpancé. Y en ese cerebro residen cosas que nos han permitido tener una tecnología.
Nuestro cerebro ha crecido más que el de los chimpancés, y además posee otra gran peculiaridad: se desarrolla con mayor lentitud que el de otros animales, lo que le permite adquirir más complejidad. Es ahí donde reside nuestra capacidad para hacer tecnología y también para ser más sociales que los primates. Esa complejidad de nuestro cerebro es la que nos permite mantener las ideas más tiempo en la mente y cruzar datos: tenemos capacidad de planificación a largo plazo, algo que no ocurre con los demás primates.
-P: El cerebro humano era ya, hace 150.000 años, igual que el actual, ¿qué es lo que impidió que nuestros ancestros progresaran mucho más rápidamente de lo que lo hicieron?
-R: Lo único que impidió el progreso fue su escaso número. Una de las características del hombre actual, que ha posibilitado su avance en muchos terrenos, ha sido su alta capacidad para relacionarse socialmente, para interconectar sus cerebros. Hoy día nos comunicamos, somos muchos y estamos acostumbrados a trabajar en grupos numerosos, lo que posibilita que exista una interactuación muy rica de cerebros.
Podríamos decir que como individuos no somos nada, pero como grupo, somos muy poderosos.
-P: Otros cambios climáticos han acarreado como consecuencia diversas migraciones y la evolución del hombre ¿qué puede acarrear el cambio climático que se vislumbra ahora?
-R: Efectivamente, estamos inmersos en un cambio climático. Se trata de algo cíclico, que ya se ha producido otras veces. La subida del nivel del mar unos pocos metros sería algo catastrófico. La mente humana no sería capaz de responder a un cambio tan brusco como el que se anuncia, que se produciría en los próximos 50-100 años.
Yo pienso, no obstante, que las consecuencias serían importantes, pero no drásticas. Desde luego, el hombre podrá afrontarlos, pero traerá importantes consecuencias.
El hombre no está en disposición de controlar la naturaleza, así que, si seguimos atacando al planeta, éste se volcará contra nosotros. Esto es algo que deberíamos tener en cuenta.
-P: Siempre que se habla de evolución humana, damos por hecho que somos el último y más perfeccionado eslabón de una cadena que se acaba con nosotros ¿estamos en lo cierto?
-R: Somos una especie, estamos en evolución, y existe un futuro pendiente. Yo creo que esa evolución dará como resultado una especie distinta a lo que somos ahora: primero fuimos carroñeros y, de momento, hemos llegado hasta aquí.
Biológicamente seguimos siendo muy parecidos al homo Antecesor de hace 800.000 años que estamos investigando en Atapuerca. Con un cerebro algo mayor quizás, pero poco más.
-P: ¿Cuál puede ser el futuro del ser humano?
-R: Es posible que el futuro de la especie esté en la interacción de su propio genoma. En el futuro seremos capaces de modificar nuestra propia evolución controlando el genoma, la ciencia es imparable, y eso se producirá algún día, pero aun estamos muy lejos de eso.