El Laboratorio de Óptica de la UMU demuestra que es posible utilizar luz infrarroja invisible para el estudio del ojo humano

Una investigación, recientemente publicada en la revista científica “Optics Express”, y a cargo del Laboratorio de Óptica y Oftalmología de la Universidad de Murcia, ha demostrado por vez primera que es posible utilizar luz infrarroja invisible para el estudio del ojo humano.
Este proyecto ha sido realizado por los investigadores Enrique Josua Fernández y Pablo Artal.

Fernández es uno de los jóvenes científicos europeos trabajando en biofotónica con más impacto en sus publicaciones y tras realizar su tesis doctoral con el profesor Pablo Artal, estuvo en la Universidad de Viena (Austria) varios años hasta regresar a la UMU como profesor titular, donde se reincorporó al Laboratorio de Óptica.
Este laboratorio, dirigido por el profesor Artal, se ha convertido en los últimos años  en uno de los referentes mundiales en investigación oftalmológica.
En este estudio se utilizó luz con longitudes de onda en el infrarrojo. Según los investigadores, esta parte del espectro electromagnético resulta más cómoda para la exploración del ojo debido a la débil respuesta de los fotorreceptores retinianos.
Hasta el momento, se habían empleado en numerosos estudios en el ojo, luz de longitudes de onda de hasta 900 nanómetros. Esta luz es ya infrarroja, pero sin embargo la retina humana es capaz todavía de excitarse, y por lo tanto todavía es visible.
En este proyecto, los científicos exploraron por primera vez el uso de luz infrarroja, pero en un rango totalmente invisible para el ojo, por encima de los 1000 nanómetros. Se utilizó en un sistema construido por los propios investigadores para medir la calidad óptica del ojo y para ello, se incorporó una sofisticada fuente de luz basada en la emisión espontánea amplificada (ASE, del inglés Amplified Spontaneous Emission) y en el uso de fibra óptica.
Esta luz es totalmente invisible para las personas, por lo que podría utilizarse en instrumentos oftálmicos sin ninguna molestia. Además, esta luz penetra más en el ojo y la retina, incluso a través de las cataratas, por lo que puede abrir nuevas perspectivas de uso terapéutico.