Algunas consideraciones en la comunicación sobre la violencia en el cine

Juan Tomás Frutos

 

-Busquemos el equilibrio respetando los derechos ponderados de todas las partes.
-Arriesguemos, no obstante, un poco saliendo los tradicionales tópicos.
-Construyamos en positivo la realidad.
-Distingamos lo principal de lo secundario, lo que nos importa de lo accesorio. -Regeneremos el sistema.
-Eduquemos con una sociología abierta, procurando que salgan adelante y se aireen todas las ideologías democráticas.
-Vivamos sin más exigencias que el interés colectivo.
-Tengamos presente lo que queremos comunicar, cómo lo comunicamos y cómo se perciben los mensajes.
-No saturemos con agresividad o con planos de violencias desmedidas.
-Tomemos partido por los débiles, pero sin maniqueísmos.
-Demos un buen contexto comunicativo.
-Nunca falseemos la realidad. Tampoco contemos medias verdades.
-Utilicemos un lenguaje conceptual y fílmico entendible.
-Aprendamos a consumir el cine de manera moderada: aprendamos a conocer sus métodos e influencias.
-Rastreemos sobre quiénes hacen una película, por qué, y qué consiguen, si fuera el caso, con ella. Saber de su formación e intenciones nos ayudará a conocer qué nos querían comunicar.
-No pensemos que existen verdades absolutas.
-Confiemos en las buenas intenciones: tengamos en cuenta el poder de las imágenes.
-Conversemos sobre la violencia y sobre los excesos que oferta el cine.
-Hablemos desde la búsqueda de la verdad.
-Leamos lo que nos dicen los expertos, teniendo en consideración diversas versiones.
-Seamos prudentes y hagamos lo posible para que el ser humano sea la medida de todo.
-Ante la duda, estemos al lado de los perdedores, de los que sufren, de los últimos.
-Humanicemos los consumos de todo género, especialmente los de medios de comunicación masiva como el cine.
-Abramos nuestras mentes a nuevas ideas y formulaciones.