Adelaida de la Calle Martín, Presidenta de la CRUE: “Recortar en enseñanza y formación es recortar en futuro”

 

“Los Campus de Excelencia tenían que constituir la Universidad del mañana. Ahora no se sabe muy bien cuándo llegará su momento, o si llegará”
“Universia fomenta la cooperación entre las universidades y trabaja para lograr un espacio iberoamericano del conocimiento”
Adelaida de la Calle Martín, Rectora de la Universidad de Málaga, es desde el 13 de octubre de 2011 Presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), un foro que reúne a 75 universidades españolas y que supone el principal interlocutor con el gobierno en materia de educación universitaria.

La Presidenta de la CRUE estará en la Universidad de Murcia mañana día 4 de mayo, donde participará en la XII Junta General de Accionistas Universia.

Catedrática de Biología Celular de la Universidad de Málaga desde 1999, está especializada en el sistema nervioso central y en enfermedades neurodegenerativas. Desde el año 2004 es rectora de la Universidad de Málaga, y entre 2008 y 2011 presidió la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía (AUPA). 

En la presente entrevista, Adelaida de la Calle expone a Campus Digital su visión sobre algunos de los temas más candentes de la política universitaria.
-Pregunta: Presidenta de la CRUE por unanimidad ¿Qué significa para usted esta circunstancia?
-Respuesta: Es todo un reto que afronto con una gran ilusión. El respaldo conseguido entre mis compañeros rectores también me da un excedente de confianza a la hora de afrontar los retos que nos hemos marcado para estos dos años.
-P: ¿Supone esto que en tiempos de tormenta todos entienden que hace falta unidad para superar escollos?
-R: Sobre todo en estos tiempos, en los que la crisis ha provocado que las negociaciones sean muy difíciles. De todas formas, debo decir que cuando me presenté como única candidata a la presidencia de la CRUE yo venía de ser vicepresidenta de este organismo; por tanto, era una candidatura que marcaba una línea de continuidad con el trabajo del presidente saliente, Federico Gutiérrez-Solana, cuya labor al frente de la institución fue ejemplar y contribuyó a que la CRUE alcanzara sus objetivos.
-P: Su venida a la Universidad de Murcia se produce en el contexto de la Junta que celebra Universia. ¿Cuáles son los frutos más destacados de la relación entre Universia y la Conferencia de Rectores de las Universidades españolas?
-R: Universia es muy importante para las universidades españolas, porque fomenta la cooperación y la colaboración entre las universidades y trabaja para lograr un espacio iberoamericano del conocimiento, algo vital para avanzar en la internacionalización que tanto deseamos. Al poner en común las políticas de investigación, transferencia o gestión de recursos con las universidades latinoamericanas, hacemos mucho más competitiva a la Universidad global.
-P: ¿Se vislumbra claramente hasta dónde pueden llegar los recortes auspiciados desde el Gobierno en la Universidad española?
-R: Nos encontramos aún en los primeros compases de una reforma cuyo final puede que no tenga claro ni siquiera el propio Gobierno, pues dependerá mucho de cómo responda el país a la crisis y con qué rapidez se recupere el nivel de vida de hace cuatro años.

 

-P: ¿En qué sentido podrían repercutir en la calidad de la enseñanza en España?
-R: Los rectores estamos muy preocupados por las consecuencias que pueden tener esos recortes. La merma de financiación es algo francamente dramático que sin duda provocará cambios en el conjunto de actividades que desarrollan las universidades. Aún no sabemos cómo vamos a poder actuar, pero es evidente que los proyectos se verán reducidos. Considero que la reforma de la enseñanza superior aprobada por el Gobierno puede representar, si no se flexibiliza su aplicación, un retroceso de décadas para la Universidad española. Vivimos unos tiempos de incertidumbre. Las reformas son necesarias, pero no cabe emprenderlas sin encontrar puntos de entendimiento con los colectivos a los que afectan. Esperamos que este no sea el caso, y la racionalización y optimización de recursos se compatibilice con la salvaguarda de las riquezas y potencialidades de la Universidad.
-P: Desde la CRUE se ha pedido a los gobiernos que no recorten en enseñanza. ¿En qué sentido puede ser grave en este tema más que en otros?
-R: Es que recortar en enseñanza y formación es recortar en futuro. No me canso de decirlo. Especialmente en los tiempos de crisis económica que vivimos. La enseñanza superior, la investigación, la innovación y el desarrollo tecnológico que se materializan en las universidades deben ser entendidas como una gran oportunidad de inversión para transformar la economía.española. Si se coarta esa labor, no podremos estar en primera línea de nada.
-P: Si llegan los temidos recortes ¿en qué podría quedar el Espacio Europeo de Educación Superior? ¿Se puede consolidar este plan en condiciones económicas mucho más precarias que las actuales?
-R: El Plan Bolonia ya se ha puesto en marcha en la Universidad española,  en gran medida gracias al enorme esfuerzo que han tenido que hacer profesores, investigadores y personal de administración y servicios sin apenas reconocimiento ni compensación. Si queremos llevarlo a cabo con éxito, no puede ser a coste cero, con escasa financiación, como ha ocurrido hasta ahora.
-P: La inversión española en universidades estaba ya por debajo de los países europeos en los que debemos mirarnos ¿En qué nos pueden afectar los nuevos recortes que parecen avecinarse?
-R: Como ya dije antes, los recortes son preocupantes. Habrá que ver cómo se materializan para entrar a valorar sus posibles consecuencias.
-P: El gobierno ha suprimido los campus de Excelencia, argumentando que su proliferación estaba en contra de la esencia misma de la convocatoria, que proponía distinguir a las universidades más destacadas. ¿En qué repercutirá esta supresión?
-R: Yo creo que la decisión del Gobierno frena un plan que había servido para que las universidades se autoevaluaran y buscaran lo mejor de su investigación, sus fortalezas, para ponerlas en común. No quiere decir que los campus que conforman los CEI sean en todo excelentes, lo que significa es que han comenzado a colaborar en aquellas áreas (pequeñas en algunos casos, mayores en otros) en las que destacan y sí son excelentes. Los CEI tenían que constituir la Universidad del mañana. Ahora no se sabe muy bien cuándo llegará su momento, o si llegará.
-P: Agregación, especialización, diferenciación, internacionalización, visibilidad…, han sido algunos de los criterios que se han barajado para defender los Campus de Excelencia. ¿Dónde queda eso ahora?
-R: Opino que los Campus de Excelencia constituyen un instrumento de especialización en el que las universidades deben seguir trabajando. Las comunidades tendrán que comprometerse de alguna manera, siempre y cuando no se genere más déficit. Realmente creemos que
-P: ¿Cree que la sociedad comprende suficientemente lo esencial que es para su propio futuro la formación universitaria?
-R: Yo creo que sí. Llevamos años trabajando en ello y las encuestas demuestran que en muchas ciudades sus universidades son la institución más valorada. El papel de la Universidad resulta determinante a la hora de afrontar una crisis. Yo he dicho muchas veces que las crisis son oportunidades y en este contexto, ahí está la Universidad como motor de cambio, como instrumento formador e investigador. Estoy firmemente convencida de que
-P: ¿Esta situación puede incrementar esa fuga de cerebros que ha sido tan tradicional en España?
-R: Yo defiendo que las universidades son una fábrica de formación porque la sociedad actual es lo que requiere. Ahora bien: hay que saber aprovechar el capital humano que se ha formado. No es mala una ‘fuga de cerebros’ temporal, la marcha de un egresado a otra universidad o empresa extranjera para terminar de formarse. Lo importante es que esa persona vuelva con un bagaje más rico y aplique sus conocimientos aquí, donde los adquirió.
-P: ¿Qué podría ocurrir y en qué podría repercutir si, como es intención del ministerio, se suprimen los títulos con menos de 50 alumnos por universidad?
-R: Pues que muchos estudiantes de toda España verían limitadas sus posibilidades de formarse en las áreas que deseen, por causa de su poca demanda. Y si aun así se empeñan en cumplir su vocación, se verían obligados a realizar un desembolso considerable para estudiar fuera de su ciudad. Es, a todas luces, una situación injusta, que afecta al servicio público que las universidades deben prestar.
-P: ¿En qué beneficiaría y en qué podría perjudicar esto al sistema universitario español?
-R: No es bueno que desaparezcan titulaciones. Si las universidades hacen bien sus deberes en el Grado no tiene por qué ocurrir. En Málaga, por ejemplo, es así. La mayor parte de las titulaciones en las distintas ramas del conocimiento tienen un conjunto de créditos comunes que superan el 50%, lo que significa que en aquellas titulaciones en las que había menor demanda ha aumentado considerablemente el número de alumnos al compartir créditos comunes. Como ejemplo, Filología Latina: es una rama que tiene pocos estudiantes, pero se han unido a los de Historia, con lo cual el 50% de los créditos superan la cifra de cuarenta alumnos que se marca como límite.
-P: A su parecer, ¿qué cosas deberían mejorar en la universidad española al final de este período y qué cosas deberían permanecer?
-R: Deberíamos mejorar nuestra competitividad docente, investigadora y de transferencia de conocimiento. En un mundo globalizado, no tiene sentido plantearse la labor universitaria desde una óptica nacional, o peor aún, regional o local. La arena en la que jugamos es internacional, y ahí puede progresar mucho aún la Universidad española. ¿Mantener? Pues, por destacar un aspecto, el esfuerzo por la excelencia, materializado en los Campus de Excelencia Internacional.
-P: Como presidenta de la Conferencia de Rectores. ¿Cuáles son las metas y principales proyectos que se ha planteado para su mandato?
-R: De las metas ya hemos hablado antes: convertir a la Universidad en motor de cambio social y económico. Pero también tenemos tres estrategias transversales: mejorar la empleabilidad de los estudiantes, potenciar la internacionalización de la Universidad y avanzar en la cooperación empresarial.
En primera persona
La crisis ha provocado que las negociaciones sean muy difíciles.
Nos encontramos aún en los primeros compases de una reforma cuyo final puede que no tenga claro ni siquiera el propio Gobierno.
La reforma de la enseñanza superior aprobada por el Gobierno puede representar, si no se flexibiliza su aplicación, un retroceso de décadas para la Universidad española.
Vivimos unos tiempos de incertidumbre.
La modernización total de la Universidad pasa por el sostenimiento del programa de Campus de Excelencia Internacional.
La solución viene de la mano del triángulo del conocimiento: educación, investigación e innovación.
La mejor política social es invertir en educación.
No es bueno que desaparezcan titulaciones.
La arena en la que jugamos es internacional, y ahí puede progresar mucho aún la Universidad española.
Empleabilidad, internacionalización y cooperación empresarial: metas de la Universidad española.

Última actualización el Jueves, 03 de Mayo de 2012