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Margarita Salas habló de ‘Las claves de la vida’ en los actos de Bienvenida de la Universidad de Murcia:“Si no se tiene la capacidad para ser artista, lo mejor que puede sucederle a alguien es ser un científico”

Es profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), presidenta del Instituto de España y pertenece a la Real Academia Española de la Lengua. Margarita Salas, alumna aventajada del nobel Severo Ochoa y primera doctora Honoris Causa de la Universidad de Murcia, pronunció ayer lunes, 23 de octubre de 2006, una conferencia dentro de los actos de Bienvenida Universitaria.

El salón de actos del Centro Social Universitario se vio abarrotado por centenares de personas ávidas por conocer la opinión sobre temas relacionados con la genética de la que es sin duda nuestra científica con mayor proyección internacional. Margarita Salas realizó una revisión histórica de cómo ha avanzado la Biomedicina en los últimos años, para centrarse posteriormente en lo que ha supuesto el conocimiento de la secuencia del genoma humano y de otros genomas desde el punto de vista de nuestro bienestar, así como de la importancia que puede tener este logro en el diagnóstico y, en muchos casos, en la curación de enfermedades para las que hasta ahora no había remedio.
-P: Señora Salas ¿En qué momento nos encontramos ahora en el tema del genoma?-R: El llegar a completar la secuencia del genoma humano ha sido posible gracias al esfuerzo de un gran número de científicos de todo el mundo. Pero no sólo se ha conseguido la secuenciación del génoma humano, también se ha logrado otro gran número de genomas diferentes: el del chimpancé, el de la rata, del ratón, de levaduras, etc.

Esa ha sido la primera parte: la genómica, pero ahora estamos entrando en la fase de la proteómica, que intenta conocer cuáles son las proteínas que se expresan a través de estos genes y cuál es su función, pues son las que hacen el trabajo de las células.

-P: ¿Cuánto puede tardar aún la culminación de este segundo paso relacionado con los genes, cuando se tendrá el mapa de la proteómica?

-R: Se calcula que aún se tardará entre 20 y 30 años en tener un mapa completo del genoma humano y otros genomas. Pero yo soy optimista respecto a esto, porque también en el caso de la secuenciación del genoma humano se pensaba que no estaría listo hasta el 2005, y, sin embargo, el primer borrador se tuvo en febrero del 2001, y la secuencia completa del genoma humano se consiguió en el 2003.

Confío en que, al existir muchos científicos trabajando de forma intensa en este tema, tardemos menos de lo previsto en conocer lo más destacable de la proteómica del genoma humano.

-P ¿Cuáles son sus inquietudes en este tema desde el punto de vista ético?

-R: La ciencia siempre va por delante. Los avances científicos son imparables. Yo creo que son los propios científicos los que se ponen las reglas para no transgredir normas bioéticas esenciales.

A comienzos de los años 70, cuando comenzó el boom de la ingeniería genética, fueron los propios científicos los que se plantearon posibles peligros que podían tener estos posibles avances de la ciencia.

En esos años se produjo una conferencia muy importante en Estados Unidos. Allí se reunieron científicos, sociólogos, médicos, medios de comunicación, etc., y se plantearon poner ciertas constriciones a experimentos que se podían hacer. Se acordó poner determinados niveles de contención a ciertos experimentos, según fuesen sus características. Esto se cumplió a rajatabla, pero a medida que pasó el tiempo se vio que muchos de estos niveles eran excesivos, pues ciertos experimentos no constituían ningún peligro. Por esta razón, estos niveles se fueron rebajando a medida que se fue viendo que estos experimentos no rompían ninguna norma bioética esencial.

Así pues, son los propios científicos los que se ponen sus propios límites y se autolimitan. Ahora bien: es cierto que la ciencia avanza a pasos agigantados, razón por la que es preciso dotarnos de leyes adecuadas para los experimentos se hagan en las mejores condiciones desde el punto de vista bioético.

-P: ¿Dónde deberían estar, a su parecer, las barreras éticas en este tema?

-R: El límite más importante en este momento es el tema de la clonación reproductiva. Yo estoy completamente de acuerdo con que haya una clonación terapéutica, es decir, clonar para curar determinadas enfermedades. Pero estoy en desacuerdo con la clonación reproductiva -la que se hizo, por ejemplo, con la oveja Dolly-, porque no existen garantías suficientes para que pueda hacerse de una manera correcta.

Hoy todos sabemos que con este tipo de clonación existen deformaciones congénitas, defectos genéticos, etc. Clonar un ser humano es hoy totalmente inviable, y no sería permisible.

-P: ¿Como se encuentran los jóvenes que se dedican a la investigación en España?

-R: En este momento estamos en una situación muy delicada y crítica –y es una espina que yo particularmente tengo muy clavada- en relación con el tema de los contratos Ramón y Cajal. Este contrato surgió hace cinco años. En estos momentos existen muchos contratados Ramón y Cajal que el 15 de noviembre acaban su contrato. Existe una iniciativa del gobierno para hacer contratos indefinidos para ellos –los I3-, pero no hay suficientes contratos de este tipo para todos los investigadores Ramón y Cajal que hayan realizado una labor adecuada.

Pero la cosa es más sangrante todavía en el Centro Superior de Investigaciones Científicas, que no ofrece contratos I3. Es decir, los contratados Ramón y Cajal en el CSIC, que cumplan el 15 de noviembre los cinco años, se van a la calle.

Yo creo que hay que apostar más por la investigación y, sobre todo, favorecer a estos jóvenes, que se han preparado muy bien. Muchos de ellos han vuelto a España con una gran ilusión, porque pensaron que estos contratos les iban a asegurar un futuro para la investigación, y ahora se encuentran con que se les acaba el contrato y no saben qué hacer: se van al paro o al extranjero. Este tema lo ha sacado recientemente una prestigiosa revista médica, que lo ha criticado calificándolo de política absurda.

    “Son los propios científicos los que se ponen las reglas para no transgredir normas bioéticas esenciales.

    Clonar un ser humano es hoy totalmente inviable y no sería permisible”

 -P: Usted ha sido pionera dentro de la ciencia en España en un tiempo en el que trabajar en este terreno en nuestro país era poco menos que imposible ¿Cree usted que se debería primar a las mujeres para favorecerles su incorporación en todos los ámbitos?

-R: Yo no estoy de acuerdo con las cuotas. A la investigación deben ir los mejores, sean hombres o mujeres. Lo que sí estoy de acuerdo es en que no haya discriminación negativa por el hecho de ser mujer. Me parece bien que haya paridad en los tribunales y que no se discrimine a la mujer, pero no en que por el hecho de ser mujer vayamos a tener una cuota y entremos en investigación o en otros campos por esa razón.

Las mujeres debemos competir en igualdad de oportunidades y no se nos debe privar de ninguna de ellas. Es cierto que las mujeres tenemos más dificultades a la hora de tener una vida profesional, porque tenemos la carga biológica de la maternidad. En ese sentido la sociedad nos debe ayudar mucho más de lo que lo hace en la actualidad, pero se trata de ayudas de otro tipo, no de darnos un puesto de trabajo porque somos mujeres.

-P: Usted viene a la Universidad de Murcia a participar en unos actos programados por y para los estudiantes ¿Qué mensaje lanzaría a los jóvenes interesados en el mundo de la ciencia?

-R: Si a uno le gusta la ciencia, el hacer investigación científica es lo mejor que le puede ocurrir en la vida. Pero hay que tener mucho entusiasmo, mucha educación y dedicarle mucho trabajo.

Existe una anécdota que contaba uno de los padres de la genética molecular, allá por los años 50, que afirmaba que si uno no tiene la capacidad para ser un artista, lo mejor que le puede suceder es ser científico.