Investigando el cerebro

Santiago Ramón y Cajal recibió el Premio Nobel de Medicina en 1906, él descubrió que la neurona es la unidad básica de la estructura del sistema nervioso.

El pasado 2012 España celebró el Año de la Neurociencia y en este programa te explicamos la investigación que se realiza en este área.


El investigador español demostró, con unos medios materiales muy limitados, que el sistema nervioso está constituido por células independientes, las neuronas, que se comunican entre sí mediante contactos especializados llamados sinapsis. Por lo tanto, la obra de Cajal y sus discípulos constituye la aportación más destacada de nuestro país a la ciencia de todos los tiempos.

Los resultados de ese trabajo siguen vigentes hoy en día, de hecho, la Neurociencia abre nuevos campos de investigación tanto dentro como fuera de la Región. Además, Murcia posee uno de los siete bancos de cerebros existentes en nuestro país destinados a la investigación de enfermedades neurodegenerativas.

Investigando el cerebro

Rebeldía respetuosa

Juan TOMÁS FRUTOS.

 

Superemos los bloqueos existenciales con un toque de amistad profunda. Sepamos por dónde podemos caminar. No singularicemos las apariencias que nos ocasionan daño. Tratemos de hacernos fuertes en la unión que mueve montañas diarias.

No nos apaguemos por los hechos de otros. Sepamos que la senda es común y conjuntada. Nos hemos de procurar una oportunidad grande.

Todo tiene sentido, más del que captamos en ocasiones. Las promesas debemos cumplirlas en los instantes menos fugaces.

Sugiramos las preferencias con las que somos felices, y adoptemos el mundo de las genialidades tan pronto como pueda ser, para que nada fracase, al menos para que no falte lo esencial.

Enumeremos las presentaciones con las que nos sentimos muy optimistas, más que eso. Hemos de progresar dándonos las facilidades que nos pueden señalar la grandiosidad del quehacer cotidiano.

Intentemos que el universo siga sin ofensas ni ofrendas de desequilibrios y sin contemplaciones que nos sean engañosas. Aguantemos los chaparrones, pero no nos resignemos inútilmente. Tengamos un poco de rebeldía respetuosa.

Buenas obras

Juan TOMÁS FRUTOS.

 

Figuremos en el lado correcto con el suficiente esfuerzo para no dejar nada atrás. Nos hemos de ayudar a vivir en la paz de esas circunstancias con las que debemos asumir el día a día. Nos hemos de procurar ayuda. Debemos darnos ese avance que todo lo reconoce desde la señal de una emoción querida y excepcional.

Nos hemos de potenciar en un empeño máximo con la virtud de una danza con la que nos alegraremos. Nos disputaremos el fin de una manera pacífica, para coaligarlo con los intereses más hermosos. Nos hemos de causar la mejor sensación.

Todos tenemos derecho a una felicidad que ha de permitirnos acudir con un quehacer unánime. Hagamos caso a los corazones que nos necesitan, porque también los precisamos nosotros. Generemos intensidades no relativas.

Aplaudamos las tareas colectivas que creen en las esencias del ser humano. Hemos de predicar con ejemplos no marchitos. Nos hemos de predisponer a las mejores conclusiones intentando que los tránsitos, trámites y procesos nos regalen los resultados más estupendos.

Tomemos las manos amigas, y hagamos con ellas los sellos más fuertes. Nada puede con la unión de objetivos, con los fines comunes bien establecidos y defendidos. Sepamos que no dejaremos otra cosa de valor que las buenas obras.

Llevarnos bien

Juan TOMÁS FRUTOS.

 

Aparezcamos con presencias ideales que hemos de fraguar en la realidad con diferencias que nos sirvan como independientes empatías. Cuestionemos los tránsitos que no nos valen y procuremos arreglar mitigando pérdidas, con preferencias colectivas.

Todo tiene visibilidad en positivo, si éste es el punto de partida. Nos debemos presentar con lo poco o con lo mucho, buscando lo que nos merece la pena. No vivamos en el disgusto. Todo pasa muy rápidamente. Hagamos cuentas con ilusiones y aceptando las mieles de la experiencia.

Nos debemos dar el placer de la solidaridad, de los apaños societarios sublimes con superación de heridas y de soledades. Incorporemos el talento a las señales que nos suponen una suma con secuencias que han de seguir hacia el mismo lado y con el mejor postre.

Los lances existenciales han de ser percibidos con entrega y sin formalismos. Hagamos acopio de las pretensiones que son superaciones de las fugas que en otras ocasiones tuvimos. No permitamos que los obstáculos nos detengan.

Las disputas no dan buenos resultados. Lo mejor es evitarlas desde la comunicación máxima. Intentemos creer y que creamos en comunidad, de manera que todos nos sintamos vecinos en el sentido de cercanía efectiva. Llevarnos bien es buena parte de la fórmula de la felicidad.

Dispongamos las medidas oportunas

Juan TOMÁS FRUTOS.

 

Veamos el alma de la vida en todas las proyecciones de las tareas que afrontamos. Cabalguemos hacia el horizonte que nos sirve de testigo. Hemos de presentar batalla pacífica a los aires del destino. No nos quedemos en la nada.

Procuremos avanzar con una fortaleza que nos haga distinguir entre lo preciado y lo que no lo es. No nos asustemos ante la falta de calma de quienes vienen con un toque que podríamos catalogar de maestro. Demos enfoque a lo que nos rodea.

Presentemos esos ejes que nos mantienen vivos y con esperanza. No magnifiquemos las razones de quienes vienen con toques de conquistas relativas. Nos debemos fomentar los suficientes menesteres para no fragmentar la realidad que nos fortalece.

Nos debemos perdonar constantemente con asunciones de competencias y con el desarrollo de las capacidades cognitivas que nos hagan vivir en la independencia y en la autonomía de funciones y de operaciones.

No nos quedemos en los pensamientos. Vayamos un punto más, todo lo que sea menester, para afrontar con tino lo que nos devuelve a esos foros en los que podemos sostener lo que tiene un valor añadido. Pongamos manos a la obra para que no nos falte lo esencial. Dispongamos las medidas oportunas.

Deseos para todo el año

Juan TOMÁS FRUTOS.

 

Llega la Navidad, y con ella experimentamos unos momentos de intensos sentimientos que se traducen en ansias de vivir mejor, de compartir, de tirar hacia delante con unas premisas cargadas de amores y de buenos actos. No obstante, la Navidad, como el resto del año, aparece y transcurre con contradicciones preñadas de ciertos grados de dejadez, de hastío y hasta de impotencia. Todo lo cotidiano parece cohabitar con carencias, con insolidaridades, con grados de soledad y de indiferencia que no casan con el espíritu que queremos trasladar.

La crisis, es verdad, todavía nos coloca en una situación mucho más compleja, con ausencias laborales y con perspectivas nada halagüeñas. Miras, y, a menudo, ves que los espíritus de la Navidad se antojan alejados, seguramente porque, en la Pirámide de las Necesidades, hemos colocado el afecto muy remotamente, priorizando urgencias que, sin duda, también hay que solventar.

Decía Aristóteles que, en el equilibrio, está la virtud, pero estamos en una plataforma que nada tiene que ver con esa moderación que nos podría conducir a la justicia social. No hablo de entelequias ni de tópicos ni de ensoñaciones, sino de realidades a las que podríamos llegar si fuéramos un poco más capaces, si demandáramos mejoras basadas en la opción de un bienestar compartido.

Parece evidente, aunque no sea lo deseable, que siempre habrá desniveles. Es un hecho que en cada etapa histórica hay donde sobra y también donde falta. El objetivo ha de ser, sin embargo, el de corregir esas diferencias, procurando mitigarlas o, cuando menos, compensarlas para que lo mínimo llegue donde debe, donde se le necesita.

Los agravios y las desigualdades son un hecho. Con el compromiso de intentar trabajar todos para que se vayan reduciendo, hemos de poner en el frontispicio de nuestras almas anhelos de mejora que nos transformen de manera tranquila y justa como sociedad, lo que será una garantía de paz y de futuro en común.

Creo que, por encima de reproches, hemos de intentar que la dignidad como estatus nos edifique a todos.  Ésa ha de ser una máxima que hemos de convertir en un deseo constante durante todo el año, aunque aflore especialmente en esta época navideña.

Asimismo, ya que estamos enumerando reclamaciones y demandas personales y societarias, hemos de pedir no mirar sin ver, ver siempre un poco más allá, afrontar los días con las suficientes tareas, sin prisa, pero sin pausa, sin olvidar aprender de todo y de todos, procurando que las mieles existenciales nos transformen a conciencia. Los anhelos se han de complementar con deseos de armonía y de descanso para todas las almas, las terrenales y las que se hallan en otras dimensiones. Hemos de contribuir a que el gozo sea compartido, así como el conocimiento y las opciones vitales.

Solicitemos, igualmente, que la alegría sea un bien natural y que los que viven en artificios no consigan apagarla. También deberíamos reclamar la capacidad de compartir, que hemos de convertir en costumbre para que los usos humanos tengan futuro.

Como modelo de vida, hemos de preferir la sonrisa a la tristeza, la camaradería al individualismo, la docencia a la ignorancia, el presente al pasado y teniendo en cuenta el futuro con el conocimiento de lo anterior, la proyección al retraimiento, el riesgo a la apatía, la búsqueda a la parada, las preguntas a las ausencias de respuestas, la entrega a la petición, el cariño al odio, la amistad a la soledad, y el esfuerzo a la espera, si bien hemos de ser pacientes cuando las cuestiones que son básicas no aparezcan en tiempo y forma.

La Navidad, como el inicio del año, es un tiempo para los buenos propósitos, pero también lo es para pensar que no sólo son posibles ahora, sino que también han de ser deseos y realidades durante el resto del año. ¡Por favor, mucho ánimo, mucho amor, y mucha suerte! De corazón.

Pluralidad en los contenidos esenciales

Juan TOMÁS FRUTOS.

 

Desarrollemos la imagen que nos propone cambios mejorados con unos entusiasmos que han de construir la realidad. No consumamos lo que deberíamos guardar como recurso. Nos hemos de proponer importancias con todos los aspectos relativos que sean menester.

 

Personifiquemos los amores. No acabemos las tareas antes de tiempo. Nos hemos de prodigar con disposiciones de entendimientos que han de extenderse como la vida misma. Nos hemos de aliviar con una previsión de cariños hermosos. Cantemos la victoria del azar perdurable.

 

Las causas nos deben llevar por las lindes más hermosas, gustando de unos sentimientos que nos den el toque mayor. Las prestaciones deben ser colectivas, recogidas con minutos de cariños, de amores, de pensamientos comprobados con ansias de alegría cimentadas en los buenos actos, en la fe que rompe moldes.

 

Todo puede pasar cuando nos atrevemos a afrontar el presente con objetivos futuros desde la experiencia del pasado. Miremos las caras joviales y aprendamos de ellas.

 

Controlemos las aspiraciones de quienes van y vienen con influencias variadas. Buscan saber quiénes son y sus posibilidades, y eso no es malo. Hagamos que los perfiles espirituales les inspiren convenientemente. Mantengamos los ideales con los que crecimos como sociedad. No olvidemos que los contenidos esenciales que defienden la pluralidad han de estar en el frontispicio de las tareas diarias.

El artista Manuel Coronado y el poeta K. Gibran, comparten optimismo con la Universidad de Murcia esta Navidad

La tarjeta de felicitación navideña fue enviada en versión electrónica a los 43.000 miembros del colectivo universitario
El artista aguileño Manuel Coronado es el autor del motivo reproducido en la tarjeta navideña de la Universidad de Murcia este año. Se trata de una obra de 2012 titulada “La evolución”.
El colorido que irradia la obra de Coronado va en consonancia con el optimismo de la frase que la acompaña, del poeta y novelista libanés Khalil Gibran (1883-1931): “Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”, en un deseo de ofrecer mensajes positivos en un momento de inquietud como el que estamos instalados.

El autor de la obra fue recibido el pasado miércoles 12 de diciembre en la Convalecencia, sede del Rectorado, por el Rector José Antonio Cobacho, y ambos realizaron el envío de la felicitación a los 43000 miembros del colectivo universitario.  Este año, como medida de ahorro, y al igual que el anterior, el envío de la ya clásica felicitación navideña se realizó exclusivamente en versión electrónica.

Activa-T: por una Universidad saludable

Un programa del Centro de Medicina del Deporte intenta promover un estilo de vida más saludable entre los universitarios

“Activa-T” es el nombre del programa auspiciado por el Centro de Medicina del Deporte de la Universidad de Murcia  con el que sus responsables intentan promover un estilo de vida más saludable entre los universitarios.
Según sus responsables, el sedentarismo es un comportamiento peligroso que “deteriora nuestro cuerpo haciendo que se acumule grasa, pierda fuerza muscular y debilite el sistema cardiovascular”, de ahí que el Cendro de Medicina  del Deporte lance este programa que intente reconducir a quienes se matriculen en él hacia una vida físicamente activa en el marco del concepto “Universidad saludable”.

El punto de partida será un reconocimiento médico-deportivo completo que incluye una prueba de esfuerzo. Tras ello, personal cualificado del centro establecerá una planificación personalizada de entrenamiento, realizando de manera trimestral un nuevo plan de entrenamiento.
Los responsables aseguran que “con un poco de voluntad, quienes se apunten en esta iniciativa “habrán pasado a ser personas activas, satisfechos por haber prestado un poco de atención a su cuerpo”.
El programa del año 2013, comienza en Enero con un reconocimiento médico completo y termina en Diciembre, con revisiones a finales de Junio y Diciembre.
Las inscripciones  deben realizarse antes del día 11 de Enero de 2013. Información: https://www.um.es/web/deportes/