La Universidad de Murcia comienza el lunes los cursos de Buceo Científico y Navegación, los más antiguos de la Universidad del Mar

Los alumnos de buceo harán inmersiones de hasta 30 metros de profundidad
Entre el 3 y el 20 de septiembre se desarrollarán dos de las actividades más veteranas de la Universidad del Mar-Campus Mare Nostrum: los cursos de Buceo Científico y Arte y Ciencia de la Navegación, ambos a celebrar en Cartagena.
Fernando Patricio Martín Paz, Director del Centro de Buceo de la Armada y María del Carmen González Castillo, Técnico Responsable de Actividades Acuáticas y Subacuáticas de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia son los directores del curso de Buceo Científico, que, con 29 ediciones, constituye la actividad más antigua de entre los cursos de verano organizados por la Universidad de Murcia.

En él se pretende introducir a sus alumnos en la práctica del buceo, capacitándoles para realizar inmersiones hasta a 30 metros de profundidad.  El curso comprende tanto aspectos teóricos como prácticos, incluyendo temas como fisiología aplicada al buceo, primeros auxilios, teoría del salvamento y rescate, física aplicada al buceo o teoría de la  descompresión. También incluye prácticas de buceo en piscina y mar abierto, realizándose inmersiones paulatinamente más profundas.
Arte y ciencia de la navegación
Por otro lado, se celebra este año la edición número XX  del curso de Arte y Ciencia de la Navegación, dirigido igualmente por Fernando Patricio Martín y María del Carmen González, que intenta dar a conocer a sus alumnos los aspectos teóricos y prácticos de la navegación, capacitándolos, al mismo tiempo, para patronear embarcaciones de recreo.
Ambos cursos poseen una duración de 120 horas, y los alumnos que se matriculen en ellos tendrán derecho a un total de 4’5 créditos de libre configuración o 3 créditos ECTS-CRAU.
Información:
https://www.um.es/unimar/ficha-curso.php?estado=V&cc=50916
https://www.um.es/unimar/ficha-curso.php?estado=V&cc=50918

Francisco Umbral, el periodista escritor que fue él mismo

Juan Tomás Frutos

 

Recordar a los grandes seres humanos que hemos podido disfrutar en algún sentido es casi una obligación divina. Es lo que hacemos hoy con uno de los grandes periodistas y escritores de las últimas décadas.

Era duro y sensible, culto y un poco soez, hablaba de sus libros, y también de la vida, sobre todo de la vida. Este madrileño empedernido, cuajado de tópicos y de sorpresas, de garantías y de libertades, supo encandilar como pocos a quienes se acercaron a las letras españolas durante la segunda mitad del siglo XX y en los albores del siglo XXI. Nos referimos a Paco Umbral, a Don Francisco Umbral, tan entregado a las causas imposibles como complicado en sus formas y en sus contenidos.

Es uno de esos claros ejemplos de periodista-escritor en una simbiosis que podemos calificar de perfecta. Fue bueno, diría que muy bueno, en los dos ámbitos. Destacó, fundamentalmente, en el ensayo y en la columna, donde demostró su técnica, su capacidad, su habilidad y ese especial talento que tenía para difundir esa lengua universal que es el castellano. Aunque parezca imposible en los actuales tiempos, contribuyó a enlucir el idioma cervantino y el amor a las letras.

Ha habido pocos periodistas como él, y pocos escritores, por su densidad, por sus gustos, por cómo llegaba al público, por cómo supo hacer su espacio y darse eco, igualmente por los temas que trataba y por cómo los abordaba. Se sentía muy cómodo con esa prosa poética que le dio un marchamo muy especial en sus encuentros diarios con los lectores. Siempre tenía la palabra acertada para confesarse ante sus seguidores. Por su forma de ser, por su libertad, fue tan él que no dejó a nadie impasible: tuvo grandes amigos y adeptos, y también enormes, en cantidad y en empeños, detractores.

Sigue vivo, y lo sigue tanto como su tan bien estudiado Federico García Lorca. Numerosos encuentros, certámenes, congresos, talleres, cursos, estudios de doctorado, etc., dan cuenta de la envergadura con la que todavía se interpretan sus textos y su figura. Se nos fue hace cinco años, pero sigue tan vital como siempre. Es lo que tiene la literatura, que gana con el tiempo, como el buen vino, si me permiten la comparación.

Media década hace ya que se nos marchó, este gran autor de “Las Ninfas”, con una profusa producción, que incluye más de 120 obras narrativas, más ensayos, poesía, varios miles de artículos en numerosos periódicos, biografías, autobiografías, escritos de todo calado y de diversa índole, etc.  Sin embargo, el tiempo no le hace mella. Era un escritor incansable, de todo, sobre cualquier asunto que pudiera interesar o interesarle. Y, lo mejor de todo, es que no se dobló ante nada. Fue, con sus contradicciones, él mismo. No se puede pedir más.

El secreto de la felicidad

Juan Tomás Frutos

 

Hagamos acopio de fe ante los elementos que no siempre vienen con la música y el afán que nos gustaría. Estiremos las opciones y demos con los pronósticos y las más solventes sugerencias. Plasmemos buenos resultados.

 

No apaguemos la llama de la esperanza ante lo que nos acontece, que es variado y dispar, con insinuaciones que debemos plantear con una creencia firme.

 

No fallemos. Hemos de procurar que la andadura se de con una firmeza de señales auténticas. Nos queremos mucho, desde la amistad. Tengamos esa formación que nos dictará buenas conclusiones. Hemos de bendecir la mesa de la creencia. Dulcifiquemos las jornadas, que nos deben brindar calma y justicia.

 

Vivamos ese caudal de opciones que nos repone la existencia con una gracia que nos transportará a la eternidad, si sabemos interpretar cuanto ocurre. Alberguemos entusiasmo.

 

No vaguemos por situaciones que nos detienen en etapas de alta amistad. Nos debemos esa gran apuesta donde los principales ganadores han de ser los vecinos de este viaje que llamamos vida. Dignifiquemos los eventos que nos proponen caricias y singladuras hacia ese amor que será el gran secreto, que siempre lo ha sido, para la felicidad. Pongamos, pase lo que pase, punto y seguido.

 

¡Vergüenza!

Juan Tomás Frutos

 

Paremos, por favor. Sólo nos hemos de dar un instante eterno para reflexionar sobre uno de los últimos episodios vergonzantes para la raza humana: me refiero a la guerra fratricida en Siria. Se trata de un conflicto que ha costado 18.000 muertos, que se han producido en un período de 17 meses. Se insiste también en que habría más de 200.000 desplazados o refugiados en países del entorno. Los datos son de la Organización de las Naciones Unidas. Aparecen en todos los medios de comunicación día tras día, como parte del entorno social que estamos creando en esta contradictoria globalización.

Las dos partes en conflicto se están matando en una lucha, dicho sea de paso, absolutamente desproporcionada, mientras las instituciones internacionales debaten sobre qué hacer, casi como esos buitres del Libro de la Selva, que se pasaban toda la jornada preguntándose qué podrían realizar sin obtener más respuesta que el mismo cuestionamiento.

Las televisiones de todo el mundo nos cuentan a diario, y nos muestran en sus informativos, unas imágenes de absoluta y absurda impunidad y de vergonzantes matanzas que no parecen tener fin. Hay atentados por doquier, en un enfrentamiento desigual que, como siempre, paga la sociedad civil. Se repite una locura de muertes que nos bañan en lo más ignominioso.

El papel de la ONU, una vez más, ha sido de invitado inútil para conseguir llegar a un acuerdo. El protagonismo de China y de Rusia, con sus derechos de veto de carácter feudal, demoran una solución a una pugna que cuesta vidas todos los días, muchas vidas humanas.

Es verdad que hay condenas de diversas instituciones supranacionales, entre ellas la Liga Árabe, y hasta un ciudadano tunecino se inmoló buscando más protagonismo y movilización para detener el conflicto armado sirio, pero no ha podido ser. Bueno, entendemos la mayoría de la ciudadanía mundial que no se ha querido: no se ha consentido presionar como se debería al régimen de Bachar el Asad para poner fin a esta catástrofe humana.

Los cadáveres se siguen apiñando, día tras día, por las principales ciudades de Siria, unas imágenes que se ofrecen en horas de máxima audiencia, y dan, claro está, más audiencia. El ser humano (no es cuestión de cambiar la denominación ahora y aquí, pero es lógico pensar en su carácter paradójico) experimenta un desequilibrado deseo de ver lo repugnante, y, aunque todos lo negamos, los datos de los medidores de audiencia, de esos condenados audímetros, son implacablemente certeros a la hora de perfilar a los consumidores de la televisión. Una contradicción más.

Ha habido soñadores desde que el mundo es mundo, y, fundamentalmente, en los últimos siglos, con los avances, con los nuevos descubrimientos técnicos, médicos, mecánicos, informáticos, etc., que nos han llevado a pensar que los conflictos armados llegarían a su ocaso. Lejos de ser así, tenemos actualmente más de 30 guerras vivas, con millones de muertos y de desplazados por doquier, con una ruptura de la razón que, como a Francisco de Goya, nos produce monstruos. Lamentable.

Entretanto, sigue la Guerra Civil en Siria, una guerra cercana por geografía, por historia, por intereses globales, por el desprecio que supone hacia los hombres y mujeres que creemos en la igualdad, en la fraternidad y en la libertad de los pueblos. Las revoluciones francesa y americana, con el tiempo, nos quedan distantes hasta en el espacio.

Es una vergüenza que nos escondamos tras el parapeto del odio, de la negligencia, y de los objetivos económicos, en forma de actitudes pacifistas y pseudo-democráticas de respeto a la soberanía de cada nación. Por encima de las leyes injustas y de los desalmados están nuestros conciudadanos, que no pueden ser discriminados por razones de su raza, de su credo, de su nacionalidad o por otras consideraciones. Merecen la paz, merecen vivir, y merecen saber que somos capaces, desde la inteligencia, de darles, de darnos, una segunda oportunidad. Si ellos no la tienen, nosotros lo tendremos difícil para dar con opciones y suficiencias. Sé que los cálculos de los que manejan geo-estrategias son otros, pero, creedme, como bien sabéis, están equivocados, muy equivocados.

Demostrar que hay futuro

Juan Tomás Frutos

 

Imaginemos que somos capaces, y lo seremos. Amemos, y seremos mejores personas. Sorprendamos a los que se mueven con motivaciones extrañas y dulcifiquemos los parámetros que nos han de caracterizar. No pongamos en situaciones extrañas las medidas de quienes están condicionados, de quienes vienen con ajustes reciclados. Nos debemos dar una ocasión, o dos, todas las posibles.

 

Adecuemos los espacios a las palabras de quienes aparecen en son de amistad. No malgastemos los tiempos con los que hemos de vivir, de los cuales hemos de procurar optimizar todo cuanto nos llegue.

 

Hemos de avanzar entre pensamientos de caricias dadas con puras amistades. Todo tiene sentido, todo es sensibilidad, todo es lo que es, porque debe serlo en pos de la Humanidad. Ganemos esas partidas jugadas por el hecho de participar en ellas. No precisamos más.

 

Nos hemos de regalar un destino anímico. No pongamos propósitos en esferas lejanas, y sepamos maravillarnos con apuntes de amistad. Nos hemos de preparar para todo tipo de acciones y de escenarios, intentando que los resultados de cada jornada sean óptimos para cercanos y alejados, para propios y menos conocidos.

 

Hemos de estar atentos a cuantos nos sucede, procurando progresar con optimismo y con sabias ilusiones que nos moderen desde la intelectualidad. Hay futuro, y todos los días hemos de demostrarlo.

Pescadores

Juan Tomás Frutos

 

La lucha del hombre con el mar, en sentido real y figurado, ha sido una constante en la Literatura y en el arte en general. Desde la famosa narración de Ernest Hemingway con su “El viejo y el mar”, pasando antes por la obra de Herman Melville Moby Dick, hasta historias tan contemporáneas como “La tormenta perfecta”, hemos asistido a la pugna eterna entre las fuerzas de la Naturaleza y el Ser Humano, a menudo en una lucha desigual, agónica y llena de símbolos.

La pesca es un arte ancestral que ha tenido significaciones de toda índole, hasta religiosas. Recordemos como a los Apóstoles Jesús los llamó “pescadores de hombres”. La apuesta en este recorrido interpretativo, en este quehacer, es máxima. Lo fue, y lo es.

La mar, su contenido y su continente, ha sido siempre una despensa de la cual aprovisionarnos. No sé si ahora se entenderá el ejemplo, pues estamos acabando con las provisiones naturales de este planeta, pero no es de eso, aunque deberíamos, de lo que estamos hablando ahora.

Aludo al honor que hay en la superación, al equilibrio que existe en la búsqueda de quién es uno, con sus debilidades y fortalezas. Hablo de entrega, de lucha entre iguales con el afán de conocernos superando el conflicto, que nunca ha de ser la norma, como parece que lo es hoy en día. El fin nunca justificó los medios. No olvidemos que, por otro lado, no siempre podremos calcular lo que hallemos por el camino.

Somos pescadores de ideas, de buenas acciones, y en todo ese proceso hemos de convocarnos para que la mesura y la buena intención presidan las tareas humanas.  Desde el sentido religioso, social, cultural, intelectual, personal, colectivo, etc., ninguno de ellos excluyentes entre sí, todos intentamos formar parte de la faena de la pesca, porque emprendemos iniciativas compartidas, porque queremos vernos involucrados en proyectos comunes, propios o de otros, porque ansiamos la felicidad, para la cual hemos venido a esta dimensión, una dicha que no ha de ser entendida desde una óptica meramente hedonista.

No olvidemos tampoco que en el arte de la pesca desarrollamos las más nobles pretensiones, si ponemos voluntad en ello. Hablamos de trabajo en equipo, de compañerismo, de ayuda a los demás, de respeto al cuerpo y a la mente, de concentración, de conocimiento de los ámbitos interiores y exteriores de nuestros entornos… El medio ambiente se convierte, cuando tenemos almas de pescadores, en nuestro propio ser, y por eso lo admiramos y lo respetamos más. Un pescador no abusa del ecosistema: entiende que tiene que optimizarlo y conservarlo a la vez. Su futuro, el de sus hijos y nietos, depende de ello, y lo sabe, y demuestra que lo sabe con hechos.

De vez en cuando ocurre que los pescadores caen en la lid, y perecen, pero no del todo. Quedan sus huellas en el camino que es la estela en la mar. Quedan otros miles, millones (de cara al futuro), de pescadores prestos a seguir el testigo en esa carrera de obstáculos que es la vida. En el recuerdo, en la lucha sempiterna, siguen los viejos pescadores de Hemingway y de tantos otros que supieron conformar las más hermosas gestas, siendo héroes sin saberlo, por ser, y eso sí lo intuían, ejemplos para sí mismos y para los demás.

Muchos pescadores nos protegen y enseñan todos los días, nos alimentan en el sentido literal y figurado, y constituyen auténticos modelos de vida. Si usted, amigo lector, tiene uno cerca, deje todo lo que tenga que realizar, al menos durante un tiempo, y siga a esos pescadores. Le enseñarán más de lo que valorará en lo inmediato. Después de todo, este planeta de prisas nos habitúa a ver a gentes como los pescadores como si fueran ciudadanos y ciudadanas transparentes. Lo creamos o no, sobre todo ahora en esta loca crisis, no podemos permitirnos el lujo de no interpretar dónde están los auténticos pescadores. Miremos más y mejor.

Fantástica y real

Juan Tomás Frutos

 

Nos hemos de dar esos picos de interés que nos deben premiar con sus maestrías y toques excepcionales. Nos debemos esos alimentos que superan el movimiento y hasta el aire por el que queremos movernos. No señalemos en vano. Todo estará donde deba con una profundidad que moverá lo mejor y hasta lo más lindo. Nos equilibraremos con palabras bien colocadas.

 

Nos hemos de arrimar a la vida para conocer lo que nos sucede, para dar con las consecuencias de un amor que ha de fermentar con los sonidos de los más óptimos deseos. Acudamos a esos instantes de pura palabra, de pasión empedernida. Nos hemos de proponer unas ansias de creencias en nuestras posibilidades, que han de estar alimentadas por los más estimulantes elementos.

 

Las autoridades se han de ejercer con parsimonia, esquivando los torpedeos de etapas que no siempre comprendemos. Hemos de apuntar al conocimiento para que no se escapen las más queridas ideas. Nos debemos al mundo que nos sorprende con sus voluntades más subrayadas.

 

Todo irá por donde deba, con registros intencionados, con sus claridades sin faltas, con sus tomas de colores y matices. No desilusionemos a los cuerpos y a las mentes que todo nos pueden dar en un estío que complementará al invierno. El viaje es aprovechable.

 

Perfilemos los inicios y los finales, y los procesos intermedios, sin perturbar la paz de quienes andan detrás de una misión que, por ser, siempre es posible. La vida es fantástica, incluso cuando es real.

 

Náufragos

Juan Tomás Frutos

 

Las tempestades están golpeando con fuerza los destinos de ese gran universal que llamamos vida humana. Las crisis económica, cultural, social, de estructuras, las derivadas de la globalización, de los excesos y defectos de la mega-comunicación, las que surgen de la desesperación, con causa o sin ella, etc., están destruyendo el mundo conocido hasta ahora. Por lo menos, lo están transformando, pero lo hacen a un ritmo tal que no sabemos si es el mismo que conocíamos hace unos pocos años. Seguramente no.

La fuerza de esos vientos que nos provocan pérdidas económicas, los golpes de unos destinos que no siempre son justos, la falta de perspectivas futuras… nos están ubicando en el frontispicio de una angustia vital de la que necesitamos salir para pensar con un poco de claridad. Además, la salida ha de ser colectiva, para que no haya efectos miméticos y repetidos en otros lugares, para que el proceso se pare definitivamente.

No es sencillo definir, en la actual universalidad, donde está la solución a esos cientos de problemas que nos sacuden en forma de guerras, de injusticias, de desigualdades, de enfermedades evitables, de hambre, de insolidaridades, de robos, de carencias básicas, de situaciones ignominiosas… La voluntad para salir de todo ello sería un primer elemento, el básico, cuyo enunciado nos llevaría, imaginamos que por unanimidad, a una posible solución, entendiendo que todos tenemos muy diáfano qué hacer ante lo que está sucediendo.

Ocurre, sin embargo, que nadie detiene las guerras, las hambres y las sucias injusticias que asolan un mundo con demasiado aparato eléctrico en las reiteradas tempestades que acaban por ocultar lo grande y lo pequeño, lo que es importante y lo que no lo es. Los números funcionan así. El peligro es que los resultados sólo se interpreten en forma de estadísticas, siempre frías y, por supuesto, inexactas.

Las naves de la existencia humana saltan por doquier, se rompen ante un planeta que se deja llevar por la inercia de los mercados supra-nacionales y de esas bolsas que no miran a los ojos de aquellos a los que deberían alimentar. Estamos en manos de los especuladores.

Las ventas descienden, lo que se ve como algo preocupante, y nos preocupan igualmente los déficits de los grandes bancos, de las economías tradicionales, al tiempo que nos alegramos, pese a las contradicciones, de los mejores números que manejan las llamadas economías emergentes. Ahí estamos todos, o figuradamente lo estamos. Sabemos que encontrarnos al lado de esas finanzas es garantía de mejores resultados… en lo global.

Enormes daños

Se nos olvidan, mientras, los daños ocasionados por el hundimiento de las economías domésticas, de las regionales, de las nacionales y de las continentales. De todo pasa en esta guerra sin cuartel. Miles, millones, de personas pierden sus trabajos, y, realmente, no sabemos qué hacer.  La suerte, en una especie de visión anunciadora, predestina a ciudadanos honrados que ya no saben qué realizar para contribuir a lo colectivo, a lo familiar, a lo individual también. Miles, millones, pierden sus empleos, su poco o mucho bienestar, su tranquilidad, su prestigio, su calma, esa paz que les hacia ciertamente seres aliviados y seguramente con alguna dosis de felicidad. Ahora todo ha cambiado… para peor.

Estas singladuras de velocidad por ganar mucho, por ganarlo todo, han ocasionado el fin de muchas partidas, o, cuando menos, un alto excesivo en un camino que ya no brinda muchas opciones. Las naves existenciales se han estrechado por falta de planos a suficientes escalas que nos llevaran a buenos puertos.  Los resultados no han sido los esperados. La impresión es que estamos en un “sálvese quien pueda”, pero eso sólo proporciona más catástrofes. No es bueno actuar en solitario en etapas de crisis.

El mundo se ha vuelto diferente, muy diferente, y ya no sabemos cómo ni dónde agarrarnos. Hay demasiados náufragos y pocas maderas para asirse. Alguien nos ha fomentado la idea de que sobreviven los más fuertes. No es así. Sobrevivirán aquellos que no piensen en maderas personales, sino en agarrarnos los unos a los otros para no perder la línea de flotación. Juntos, unidos en lo nimio y en lo relevante, podemos ajustar cuentas a quien sea menester y cambiar la ruta de una historia que se palpa ya demasiado mal.

CLASIFICACIÓN DE LAS VÍCTIMAS QUE APARECEN EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Juan Tomás Frutos

 

Vamos a intentar hacer una relación de los diferentes tipos de víctimas que aparecen y se producen en los medios de comunicación y que, a menudo, generan  una segunda o tercera, o incluso más, victimizaciones. Es importante que definamos las características, esto es, el perfil de las víctimas, para conocer cómo conseguir que no se sigan repitiendo este tipo de sucesos en ellas y los daños que les acompañan.  

Esta enumeración, seguro que sintética, nos puede servir para aclarar la cantidad y la calidad de cada uno de los posibles supuestos a los que nos podemos enfrentar en la labor cotidiana como periodistas o incluso como ciudadanos de a pie, sin olvidar la visión diáfana que han de tener profesionales en el mundo del derecho, de la medicina, de la filosofía, policial, etc. Esperamos ayudar un poco.

VÍCTIMAS:

*Según el sexo y la edad: A) Víctimas mujeres

B) Víctimas hombres

C) Víctimas menores

D) Víctimas adultos. Podríamos diferenciar por etapas o edades vitales.

 

*En función del tiempo:

A) Víctimas actuales.

B) Víctimas del pasado.

C) Víctimas futuras.

*En función del lugar: A) Víctimas locales/regionales.

B) Víctimas nacionales.

C) Víctimas supranacionales o internacionales.

 

*Teniendo en cuenta el tipo de sucesos:

A) Víctimas de agresiones, las cuales pueden ser de delincuencia común, de delincuencia organizada, de atentados, de violencia contra la mujer.

B) Víctimas del tráfico. Hablamos de accidentes de vehículos y de sus consecuencias.

C) Víctimas de accidentes laborales. Se podría hacer una tipología de trabajos por sectores, como el de la construcción, del metal, de la hostelería, funcionarios, etc.

D) Víctimas de guerras. Aquí cabe distinguir entre víctimas civiles y militares, directas e indirectas.

 

*En función de la afectación personal:

A) Víctimas físicas: víctimas mortales y heridos de diferente consideración.

B) Víctimas psicológicas.  Sus mentes se ven afectadas. Se pueden establecer grados atendiendo a lo que padecen y a sus tratamientos.

 

*En función de la actitud de cada cual:

A) Víctimas activas. Las personas son miembros activos del proceso en el que se produce el daño.  Por ejemplo, conducen un coche.

B) Víctimas pasivas o indirectas. Forman parte del contexto, pero no han ejercido como parte activa en el proceso. Por seguir el anterior ejemplo, iban de acompañantes en un coche accidentado.

C) Víctimas por negligencias. Son consecuencia de la dejadez, y aquí pueden darse activas y pasivas.

 

*En función del número de afectados:

A) Víctimas individuales.

B) Víctimas colectivas: Podemos hacer una graduación según el número.

C) Víctimas selectivas. Son buscadas consciente o inconscientemente de manera discriminatoria.

 

*Por su importancia y repercusión social, aquellas que podemos considerar “víctimas mayores”, que serían víctimas con un componente mayor de daño personal interno y/o externo, al cual habría que añadir la pena que representan por el fallo y la fragmentación que suponen en la sociedad como un todo, al que hacen mella:

A) Víctimas sexuales.

B) Víctimas de la esclavitud.

C) Víctimas del terrorismo.

 

*Otras víctimas sociales:

A) Víctimas médicas.

B) Víctimas políticas.

C) Víctimas económicas.

D) Víctimas del modelo de sociedad. Son consecuencia de las normas sociales, legislativas, de las costumbres mal enfocadas o entendidas. Nos referimos a las discriminaciones que se pueden dar por aspectos culturales, geográficos, etnográficos, etc., aspectos éstos que pueden converger con otras víctimas aquí clasificadas.

 

*En función del medio de comunicación donde aparecen:

A) Víctimas de la Prensa. B) Víctimas de la Radio.

C) Víctimas de la Televisión.

D) Víctimas de Internet.

E) Víctimas del Multimedia.

F) Víctimas de la Documentación. Un caso excepcional.  A menudo aparecen imágenes y sucesos que ocurrieron hace mucho tiempo y que vuelven a victimizar a los protagonistas y a sus familias.

 

*En función de la aceptación social:

A) Víctimas reconocidas socialmente. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por ejemplo.

B) Víctimas ponderadas. Se calcula, por ejemplo, el número de parados en una sociedad. Son números, pero no hay aportes cualificados de las personas.

C) Víctimas no contempladas. La sociedad no las tiene en cuenta. Imaginemos a la novia, o a la mujer, de un fallecido en accidente de tráfico. Imaginemos a los compañeros de clase del fallecido, si fuera el caso. No suelen aparecer, y cuando aparecen es buscando ruido y no construir la realidad de los hechos. Podemos tener en cuenta aquí a las víctimas de enfermedades profesionales, muchas de las cuales no tienen reconocimiento, o lo tienen después de un largo período de tiempo.

 

*En función del lugar y del momento del nacimiento (Se pueden relacionar con otras víctimas ya vistas aquí):

A) Víctimas geográficas. Si hay una guerra, por ejemplo, en un lugar determinado, se ven más perjudicados los allí nacidos. Nacer en un país u otro influye en el futuro de la persona, en su esperanza de vida, en sus opciones profesionales, etc.

B) Víctimas históricas. Lo son de los cánones o circunstancias globales o específicas de cada momento. O lo pueden ser. La moda o las modas marcan.

C) Víctimas culturales e ideológicas.  Se les discrimina por aspectos netamente subjetivos, que pueden depender del sitio o del momento.

 

*En función de sus posibilidades personales:

A) Víctimas intelectuales. Se les victimiza por no tener ciertas capacidades desde el punto de vista intelectual o memorístico.

B) Víctimas físicas. Se les victimiza por algún tipo de minusvalía o impedimento, e incluso se les victimiza por sus rasgos físicos, por los que se detectan de manera visible.

 

*Por actos de lesa humanidad, pues tienen una especial crueldad:

A) Víctimas religiosas.

B) Víctimas de la xenofobia. Víctimas por la raza o el color de la piel.

 

*Víctimas que necesitan una especial protección:

A) Los menores. Éstos representan el futuro, y su normalidad, su bienestar, será la dicha de toda la sociedad.  Cuando se es víctima por ser menor, se necesita una protección especial. Hay malos tratos que sufren millones de menores que precisan un mayor rigor en el cumplimiento de la Ley.

B) Los ancianos. Representan todo lo vivido por una comunidad, y atesoran experiencia. Tratar con dignidad a los mayores es una enorme muestra de dignidad por parte de un colectivo.

*Un caso especialísimo: los suicidios. Sería preciso un manual, como también sería necesario en otros casos, para afrontar en los medios de comunicación el asunto de los suicidios, sujeto a planteamientos éticos, morales, jurídicos, sociales, culturales, etc.

 

Atención:

 

Reflexión 1: Es lógico pensar que varias de estas denominaciones se cruzan en la interpretación, esto es, las clasificaciones no son reduccionistas o exclusivistas, sino complementarias, lo cual quiere decir que una mujer puede ser víctima por el hecho de serlo, en un accidente de tráfico, con daños físicos y sicológicos, y luego ser discriminada en el tratamiento en el hospital por razones históricas, por la edad, por su nacionalidad, por sus problemas económicos, etc.

 

Reflexión 2: Cada una de las clasificaciones y de las denominaciones pueden tener grados más o menos extensos. La propuesta es añadir un dígito a cada una de las víctimas de entre un elenco del 1 al 5. La puntuación se expondría en función de parámetros como daños ocasionados, repercusión negativa a nivel social, reiteración en el dolor, clima de hostilidad, campañas orquestadas o, en todo caso, surgidas desde los medios de comunicación y estamentos como el político, el fiscal, el médico, etc. No todos los sucesos tienen la misma influencia y los mismos ecos. Tampoco siempre las personas afrontan los hechos de la misma manera. Lo hacen en función de la edad, del sexo, del lugar donde se produzca el evento, etc. No es lo mismo una agresión a un menor de 5 de años que a uno que tenga 14. No es lo mismo una agresión sexual a una mujer en Europa que en Oriente Medio. Todos los matices, por lo tanto, hay que tenerlos en cuenta.

 

Las Palas celebró su XIX Rincón de Poesía

Juan Tomás Frutos

 

La cita es cada año, coincidiendo con el mes de Junio, un mes en el que, pese a los calores, alberga un frescor especial en Las Palas, en el término municipal de Fuente Álamo, donde el día 29 se reunieron un grupo de amantes de la poesía, expertos y aficionados a este bello arte que tan espléndidamente organiza la pedagoga y poetisa Paquita Martínez Merinos. 

 

El escenario fue el habitual, esto es, el Salón de Actos del Centro Cultural Las Palas. Como no podía ser de otro modo, la directora del evento dio la bienvenida a todos los asistentes a esta XIX edición, en una etapa caracterizada por la ausencia, según dijo, de ayudas públicas para este tipo de acontecimientos.

 

Escritores y poetas tomaron la palabra a continuación, cada uno a su ritmo, con su técnica, con sus temas, desgranando sus visiones personales y de buen oficio sobre la literatura y la poesía. Fueron momentos intensos, cercanos, muy humanos, donde brotaron risas y alguna que otra lágrima por la emoción vivida. Los participantes fueron los siguientes:

 

Clara Plath – Andrés Carrillo – Lola Gutiérrez – Rosario Guarino – Marcelino Menéndez – Juan Antonio Pellicer – Juan Tomás – Ana María Alcaraz – Miguel Díaz – José Manuel Salinas – Rocío Pérez Crespo – José Martínez Giménez.

 

Terminó el evento con la entrega de un detalle, aspecto éste que es recurrente todos los años desde el inicio del encuentro poético. Los participantes también aprovecharon para agradecer con sus gestos las deferencias recibidas, y, seguidamente, hubo tiempo para la charla distendida y siempre amistosa en torno a un refrigerio, que hizo que la noche y su intensidad se prolongaran un período de tiempo más.

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Desde estas líneas  queremos enviar a Paqui M. Merinos nuestra más firme felicitación por lo que, sin duda, es una apuesta clara por la Poesía. Le damos las gracias por su dedicación e incansable actitud al servicio de los Poetas y de su mundo. Sus iniciativas siempre tendrán un hueco en esta publicación.

 

El Café Zalacaín se vistió de poesía los “Lunes Literarios”

 

El Café Zalacaín, en la ciudad de Murcia, acogió durante todo el año unos brillantes recitales en lo que se ha denominado los “Lunes literarios”, conducidos magníficamente por el poeta y periodista Alberto Caride. Las principales figuras del panorama poético regional han participado en este evento que a lo largo del año se ha consolidado como una referencia para los amantes de la Literatura, algo que se ha podido comprobar por la concurrencia de público y también por las buenas críticas recibidas en la cobertura que los medios de comunicación de todo tipo le han dispensado.

 

Estos encuentros y recitales comenzaron en noviembre y terminaron el 16 de Julio, en el que el propio Caride leyó versos de diversos momentos de su vida, entre ellos los de su libro “Narciso Despeinado”, publicado por Editorial Azarbe. Tanto Caride como El Café Zalacaín tienen profundas vinculaciones con la Literatura. Según indicó el propio Caride, tras el verano se recuperarán los “Lunes Literarios”.