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Voracidad

Juan TOMÁS FRUTOS.

La vida es un cabaret. Parecía una frase medio de ensueño que se cantaba en aquella película que se tomaba la vida como una tragicomedia. Lo cierto es que la realidad, por desgracia, supera la ficción. La existencia es un auténtico espectáculo (para lo bueno, y para lo malo).

Todo lo que se vende en esta “globalización” es un conflicto latente, una sonrisa y un dolor, una pugna, una estridencia con morbo, con el añadido del sensacionalismo, el amarillismo y las creencias desorbitadas… Es la moda que nos ha llevado a la crisis. Algo de estereotipo hay en estas afirmaciones estiradas y complementarias, que no contrapuestas, pero también subyace una gran verdad, una triste verdad.

La pena, la fragmentación, los golpes de la vida, no solo nos asustan: igualmente atraen. Son fuerzas paradójicas, difíciles de interpretar, pero que ahí están, y nos definen, como refería, para lo bueno y para lo malo, en todo cuanto nos ocurre, que salta por los aires por los excesos que cometemos.

Vamos a un ejemplo. Un hombre decide quitarse la vida, y se articula un espectáculo en un santiamén, donde no falta nadie. Los medios hacen un enorme despliegue de su poderío técnico y colocan sus miradas hasta donde haga falta. Y ojos no faltan, por desgracia. Lo malo es que están en ese preciso momento, y no antes, ni estarán después. Las intrahistorias son tan normales como carentes de atractivo. Venden poco. La existencia rutinaria no interesa, ni siquiera la mala, salvo que nos porte al estado de excepción, que genera las más pésimas consecuencias. Éstas albergan la suficiente cuota de crueldad (nadie se plantea la injusticia de la desesperación) para dominar diarios, pantallas y audiencias, que se presentan en su antropología más pétrea.

Por desgracia, hemos convertido la historia humana en una singladura excesivamente compleja que nos invita a que, casi narcotizados por los tópicos y las urgencias, no nos planteemos respuestas ante las preguntas de cada jornada.  Detrás de toda derrota, de todo sufrimiento, de toda ignominia, de acusaciones falsas, de secuestros, de censuras, de rupturas, de desamores, de desencuentros, de guerras, de enfermedades, de tropiezos, de desigualdades, de ganancias injustas, de pérdidas… hay “seres únicos” que sufren, que padecen, que tienen derechos, que aspiran a más ocasiones, a una oportunidad añadida y dichosa, a saborear, por fin, la franqueza y el buen gusto.

Cuando decidimos caminar desde las antipatías, desde los verbos y gestos malsonantes, malolientes, nefastos en definitiva, desconectamos lo más profundamente humano que tenemos, lo que nos justifica en una estirpe excepcional de la Naturaleza, en una raza hermosa entre las realezas de la Creación. Renunciamos a ello, cuando no nos tratamos convenientemente, cuando nos despreciamos, cuando nos quitamos alegrías, cuando no apoyamos al prójimo, a aquellos que nos podrían aportar auténtica dicha.

Dignificarnos

Seguramente deberíamos hacer un repaso a las situaciones que contemplamos en lo cotidiano, o bien toleramos o hasta fomentamos en la sociedad actual, que vive crisis esperpénticas de un tamaño tal que a muchos falta lo elemental. Deberíamos realizar todo aquello que nos pueda dignificar como seres inteligentes. Buscar un reequilibrio de fuerzas y de energías es una prioridad. Si lo hacemos, mucho de cuanto se desarrolla a nuestro alrededor nos complacerá, porque habrá mudado para mejor.

Dicen que los medios son un espejo de la realidad. Oteemos lo que ofrecen. Puede que aunque nos sorprenda, en algunos casos la consabida realidad supere a la ficción o a supuestas elucubraciones. No se trata de hallar culpables, o sí, pero lo más inmediato es encontrar soluciones.

El show debe continuar, repetía la canción de Freddie Mercury. Siempre debe seguir. La sugerencia, casi obligación, es experimentar una transformación tranquila para progresar. La verdad duele. No se trata de cambiar la interpretación de la certeza, como intentan algunos, sino lo que acontece, para que la auténtica realidad sea otra más óptima para todos. Lo curioso es que podríamos.

Si creemos en el futuro

Juan TOMÁS FRUTOS.

Comienza el día cargado de posibilidades, de incógnitas, pero también de expectativas con las que ir creciendo como personas.

Las astucias de otros tiempos sabemos que son atajos que no conducen a parte alguna. Presintamos los pareceres con las que aumentar las opciones cotidianas, que son enormes y profundas.

Nos hemos de envolver con las sonrisas más tiernas y firmes para afrontar lo que nos destaca la existencia, que lleva una pizca de todo.

No malgastemos los tiempos que nos aclaran las voces con sensaciones multiformes. Nos hemos de mover en el silencio de cada jornada para gestar lo que nos resulta agradable.

Presupongamos las querencias que nos transforman para mejor. Hemos sido, y volveremos a estar donde sea menester. Podemos, si creemos en el futuro. Debemos contarlo.

Sensación apasionada

Juan TOMÁS FRUTOS.

Vemos los pronósticos que nos hacen vivir la paz de quienes son en las noches menos eternas. Nos hemos de imaginar las opciones en las que nos podemos mover con la sensación más complaciente.

 

Ganemos para compartir las imágenes que nos pudieron dar una misión que hemos de catalogar como posible. Las probabilidades nos han de prestar todo el apoyo.

 

Necesitamos vivir sin enredos extraños, procurando avances sustanciales hacia el mar de sensaciones claras. Nos hemos de presentar con seguridades varias.

 

No todo es como parece, pero hemos de intentar llegar a lo óptimo. Las ocupaciones nos regalarán instantes de felicidad, si somos capaces de articularlos con prontitud y buenos quehaceres.

 

Los votos han de congregarse para sanar esa parte de la realidad que pensamos que es fruto de la percepción más apasionada.

 

La Universidad de Murcia entrega los diplomas a los alumnos participantes en las prácticas del Máster en Mediación

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Foto de Luis Urbina

La Universidad de Murcia ha entregado, en un acto celebrado en el Paraninfo, los diplomas a los alumnos de centros de educación secundaria que han participado en las prácticas del Máster Universitario en Mediación.

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Reportaje: Obtención de Furanocumarinas en Bituminaria Bituminosa

La obtención a nivel industrial de furanocumarinas para el uso farmacológico, es el objetivo de un proyecto llevado a cabo por el departamento de Biología Vegetal de la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia. José Antonio del Río, catedrático del departamento, nos explica exactamente en qué consiste.

Máxima comunicación

Juan TOMÁS FRUTOS.

Los anhelos nos llevan por los asuntos más queridos, por los que son genuinos en las mismas noches de una eternidad pasada de mano en mano.

 

Las monedas nos sirven para garantizar anhelos que nos irán dando lo más lindo. Lo extraordinario aparecerá cuajado de sensaciones de libertad, con las que nos moveremos hacia el amor real.

 

No rompamos las estructuras que fueron con garantías de señales movidas hacia el soberbio cariño que fue y es un destacado afán de superación.

 

Lo conseguimos en la carrera más deseable. Volveremos a intentarlo. Las astucias son frutos de consejos que no deben quedarse en la nada, en vacío, atrás.

 

Los fines serán comienzos entre lenguajes que no aceptarán las derrotas. Fuimos felices en buenos instantes. Volveremos con la máxima comunicación, que aguarda y nos dará todo lo que busquemos con la mejor intención.