Reiteremos desde la comunicación

Vamos a intentar reiterar los pensamientos, y, con ellos, lo que tiene valor de verdad para todos. Quedamos en esta noche, que convertimos en día con la comunicación de los sentimientos que nos hacen libres, que lo somos. Hemos contemplado luces en las que nos vemos como somos, o como nos gustaría, y luego nos divertimos enseñando querencias que nos liberan de males que antes nos asustaron. Quedan sorpresas, pero las advertimos de otro modo.

Tenemos capacidades que hemos de desarrollar en un nuevo ambiente, que será nuestro en su totalidad. No quiero quedarme atrás. No debemos sesgar el futuro.

Hablamos de experiencias en las que nos asomamos al exterior para decir que vale, que basta, para luego reciclarnos y empezar de nuevo. Estamos listos para un aprendizaje que será continuo, o eso pensamos y esperamos. Hemos añadido salsa, condimento, experiencia, situaciones claves, sensaciones, preferencias de cariños que haremos inmensos como la vida misma.

No dejemos que las cosas ocurran. Intentemos, sí, que sean sencillas. Hemos sumado en el instante menos fugaz con un anhelo de compartir universales, presencias, caricias en sentido intelectual… Fomentemos los aires de libertad que nos da la conversión a través de los hilos de una comunicación graciosa. Las capacidades están ahí. Sentemos las bases de relaciones profundas con unos elementos liberadores respecto de lo que tiene, o debe tener, un cierto sentido. Lo ideal, hoy, como ayer, es posible.

La vida es en un trayecto de esperanza. Hemos agudizado el ingenio con una perspectiva en la que todos/as debemos caber en el empeño del consenso, del acuerdo, de la vida en común. Hablemos con un criterio de mejora, de entrega a los corazones más nobles. Aprendamos de esos errores que, durante un tiempo, nos hicieron consumirnos en la soledad. No es buena, ni para nosotros, ni para nadie. La existencia ha de fortalecerse con unas líneas de esperanza. No dejemos que las nubes enturbien las razones de un futuro en comandita. Nos pertenecemos. No somos sin los demás, que han de interesarnos sanamente.

Las comunicaciones en todo nivel, de todo orden, con positivas posturas, con aires de grandeza, buscando ser más que tener, elaborando un futuro donde todos ostentaremos un papel señero, sustentan lo que, sin definir, queremos hacer. Contemos los pequeños detalles y tratemos de negociar lo que sea menester. Al mismo tiempo, aprendamos. No hace falta que diga que no importa repetir: es así como queda constancia de lo destacado.