¿Qué pinta el PAS de la UMU?

 

Los integrantes de la exposición
Los integrantes de la exposición

 

Nueve artistas del personal de administración muestran sus obras en el Museo de la Universidad de Murcia

Con ese provocador título, nueve miembros del Personal de Administración y Servicios de la Universidad de Murcia se disponen a exponer su obra pictórica en el Museo de la Universidad de Murcia.

Se trata de Isabel Andrés Cuervo (Biblioteca Universitaria), Mª Victoria Gómez Moreno (Servicio de Publicaciones), Ana María Gregorio Avilés (Sección de Nóminas), Antonio Hernández Alemán (Laboratorios Facultad de Informática), Inmaculada Marfil Fernández (CAU), María Adelaida Martínez Cánovas (Servicio de Planificiación, Infraestructuras y Mantenimiento), Ramón Montaño Yuste (Departamento de Zoología y Antropología Física), María Fuensanta Murcia Gálvez (Secretaría Facultad de Biología) y Andrés Pérez López (Hemeroteca Científica).

El PAS pinta, y mucho. Y ahí están las obras de estos nueve artistas que lanzan a los sentidos de los espectadores unos cuadros en los que han puesto su sensibilidad y su oficio, su tiempo y sus emociones, su esfuerzo y su ilusión. Todo ello para exponer –y exponerse- ante el público en lienzos en blanco, que ellos han rellenado con pinceladas de ilusión.

Pintar para sobrevivir

Ana María Gregorio Avilés, trabajadora de la Sección de Nóminas, y una de las participantes en esta exposición colectiva, confiesa que si le preguntarán la razón que le impulsa a pintar no sabría contestar: “La mayoría de las veces no hay un por qué para el arte, sea pintura u otro tipo de expresión artística”. Afirma que la pintura, al igual que otras manifestaciones, constituye un vehículo excepcional para hacer visibles sensaciones que lleva en el interior: “Hay cosas que sólo se pueden expresar utilizando códigos diferentes. Mediante la pintura y la poesía, para mí las dos caras de una misma moneda, cubro esa necesidad de expresión, de transmisión, de sentimientos, emociones, impresiones, etc., al tiempo que me redimo conmigo misma, estableciendo un vínculo personal que trasciende al entorno”. “Lo interior se me hace visible a través de la pintura y de la poesía” –asegura-.

En cualquier caso, tiene claro el papel primordial que representa la pintura en su vida: “No tengo un por qué para pintar que no sea la propia supervivencia: necesito pintar como necesito respirar. Para mí es una necesidad básica”, concluye.

Una ventana abierta al mundo

Andrés Pérez López, de la Hemeroteca Científica, confiesa no tener una razón clara para explicar los motivos que le impulsan a dedicarse a la pintura: “Es como si me preguntaran por qué leo o por qué juego al ajedrez, pues porque realmente es algo que me gusta y me satisface personalmente. La pintura me hace sentir sensaciones nuevas con cada pincelada; los colores, las luces y las sombras me abren una nueva ventana al mundo y a la imaginación”.
Desde niño le apasionó pintar, y eso pedía a los Reyes Magos, junto a las clásicas pistolas de juguete: cajas de colores. Cuando tenía 13 años, su padre le dejó claro que el arte no daba para comer y debía pensar en una profesión seria. Hoy, con 52 años, y un trabajo que le permite tiempo para dedicarse a lo que fue siempre su pasión, posee un estudio y los materiales necesarios para dedicarse a la pintura. Esta exposición le permitirá un pequeño sueño: “dar a conocer mi sensibilidad artística, y seguir disfrutando haciendo lo que me gusta: Pintar”.
Tampoco Mª Isabel Andrés Cuervo de la Biblioteca Universitaria, tiene una razón clara para explicar cuáles son las razones que le mueven a pintar: “lo hago cuando no tengo más remedio”, afirma. “Lo voy pensando durante un tiempo y llega el momento en que necesito hacerlo”. Aparte de la satisfacción personal que encuentra en ello, “Es mi manera de ver y explicar el mundo”, asegura.

 

Los artistas posan con el catálogo de la exposición.Los artistas posan con el catálogo de la exposición.

La pintura como reto

 

Una razón un tanto distinta es la que esgrime Mª Inmaculada Marfil Fernández “Para mí pintar es un desafío, un reto continuo”, pero un reto pacífico y fascinante, “que no me produce inquietud, sino felicidad intima y plena”.
En su opinión, sus obras le permiten representar lo que le rodea “de una forma muy personal, y me invita a reflexionar más profundamente sobre lo que veo”.
Para ella esta exposición supone la oportunidad de un agradable encuentro con espectadores que ya conoce, pero también un riesgo: “porque exponemos públicamente nuestra obra, que es nuestra intimidad”.
Saben que no son ellos, sino los espectadores, los autores finales de estas obras que expondrán a nuestros ojos. Que el próximo día 31 de enero seremos nosotros, el público, quienes conformemos la identidad final de sus obras, quienes les demos forma, color y textura en nuestros sentidos, quienes apreciemos, con nuestro particular bagaje, unas obras en las que antes pusieron ellos su sensibilidad, talento y trabajo.

Un mundo diferente

Mª Victoria Gómez Moreno, del Servicio de Publicaciones, flamante licenciada en Bellas Artes, comenzó de niña en la academia de Juan Solano, lugar de formación de todos los ciezanos amantes de la pintura. Como al resto de sus compañeros, le resulta difícil explicar las motivaciones que le impulsan a pintar, aunque “la pintura me ayuda a ver el mundo de otra manera”. Como todos los creadores, María Victoria confiesa su pánico ante el lienzo en blanco, pero también su sensación de confianza y plenitud cuando ve que lo que ha plasmado “se aproxima a lo que quería transmitir”.
Actualmente, María Victoria sigue “investigando en un lenguaje personal”, y asegura que tiene en marcha varios proyectos de pintura, instalación y fotografía.
Ramón Montaño Yuste, del Departamento de Zoología y Antropología Física, pone el énfasis en el grado de libertad y abstracción que le proporcionan los pinceles: “Un instante de tranquilidad, de concentración en algo que me gusta y que me llena personalmente”. Actualmente está preparando una exposición individual con el Ayuntamiento de Alcantarilla que presentará a principios de marzo.

¿Qué pinta el PAS?: La respuesta

¿Qué pinta el PAS?, nos apremia la insidiosa interrogante del título. La respuesta está hoy aquí, plasmada en este conjunto de obras tan diversas como lo es el carácter de este colectivo, hermanado, sin embargo, en el intento de mantener engrasada y en perfecto funcionamiento la compleja maquinaria administrativa de la Universidad de Murcia.

Se trata de nueve apuestas distintas pero próximas en su intencionalidad, cercanas y personales, únicas en su concepción y desarrollo, en las que se dan cita paisajes y detalles cotidianos; gestos anodinos capaces de encerrar toda una vida en sí mismos, con abrazos anónimos; un humilde rincón anónimo puede fundirse con el skyline de una gran ciudad; mensajes provocadores e inquietantes suceden a escenas bucólicas; bodegones que encierran en sí mismos la cotidianeidad de lo familiar suceden a paisajes ampulosos, y las pieles espléndidas se alternan con las de inefables figuras anónimas, que se funden en el horizonte con la nada en etéreo conciliábulo.

Un goce para los sentidos en su atractiva variedad que tiene, además, el mérito de contestar a la pregunta que plantea el título, lo cual no deja de ser una cualidad en sí misma