Un curso de la Universidad del Mar estudia las situaciones de riesgo social en el desarrollo del niño

biodiversidad
Acercar a sus alumnos al ámbito de la protección infantil desde una perspectiva socioeducativa es el objetivo del curso de la Universidad Internacional del Mar “Atención socioeducativa dirigida a la protección del menor y su familia: prevención e intervención (2ª edición)”, que se desarrollará en la Academia General del Aire de la Base Aérea de Los Alcázares entre los días 20 al 24 de septiembre.

    El curso abordará temas como la vulnerabilidad del niño en entornos de crianza inadecuados y las actuaciones que se llevan a cabo desde la administración para garantizar el desarrollo de los niños. También se tratarán algunas de las herramientas útiles para la detección e intervención en situaciones familiares problemáticas.

Un curso de la Universidad del Mar analiza las enfermedades compartidas por humanos y animales

José Manuel Sánchez Vizcaino, Doctor Honoris Causa de la Universidad de Murcia, será uno de los intervinientes en el curso.
Entre las enfermedades contagiosas que generan una mayor preocupación en la sociedad se sitúan las compartidas por humanos y animales. Los responsables del curso de la Universidad del Mar “Zoonosis: enfermedades clásicas y emergentes”, que se desarrollará en el Salón de Actos del Palacio Almudí durante la semana del 15 al 21 de septiembre, intentarán analizar y dar respuesta a este tema.

El impacto social y económico generado por estas enfermedades hace necesario un esfuerzo en el ámbito de la información y la formación que ayude a interpretar de forma correcta cada amenaza, real o mediática, para la salud pública.

Fe en la comunicación

Juan Tomás Frutos

 

La comunicación se ha de basar en la fe, en la confianza, en el afán de respetar los valores de la convivencia, en pensar que podemos y debemos mejorar. Resurgimos de las experiencias, incluso de aquellas que nos aportan engranajes imperfectos. Nos comunicamos con vencimientos de periodicidad responsable en todo cuanto tiene lugar. Hemos adecuado los momentos, los discursos, los diálogos, los pactos convencionales y los que no lo son. Nos hemos nombrado parte del sistema con modelos de acercamientos a todo cuanto tiene algo de sentido, que hemos de darlo impecablemente a nuestro entorno más o menos voluble. No sigamos por atardeceres que nos sitúan donde el todo es parte del puro problema, que siempre es soluble si tenemos destreza, capacidad y ganas de superar cuanto nos sucede.
Cultivamos todos los procedimientos con las básicas costumbres que nos llevan donde sea menester. Hemos adherido requerimientos que nos ponen en ese umbral que nos ubica con batallas preferidas desde todo lado. Tendremos que hablar con las razones, con sus criterios, con esos gritos que nos ponen ante cansadas exposiciones y a unas indicaciones que calan de cualquier modo. Respondemos con unas soluciones que son altivas, que nos adelantan los comentarios para aprender de las puras conversaciones de cada jornada.

Los tocados de otros instantes nos procuran señales de acomodo sincero, en el que somos con unos brotes de raíces silentes, sorprendidas por lo que viene con una voluntad que hemos de considerar férrea. Nos lanzamos en busca de otras conclusiones que nos hacen intentar ser un poco más en la distraída noche que anticipa ese día con el que nos mostraremos parte del todo y del sí que nos hace funcionar con regulaciones interesantes. No nos ceguemos con el brillo de lo que nos rompe la misma intención.

Resumamos lo que nos complace en este nuevo itinerario que es continuación del anterior. No pongamos en tela de juicio lo que será una aventura hacia la calma más directa. Nos consolaremos en las premisas de unos y de otros con unas tonalidades de señeras inconsistencias que presumen con casos de pura salubridad. Cumplamos con el deber de un aprendizaje compartimentado e introducido en una estela que nos subraya el nivel de bienestar y por dónde marchar antes de que veamos todo lo que se produce.

Hemos quedado en otra página de la historia, y nos hemos contado hasta dónde podemos arribar. Convenzamos a quienes vienen con sus solturas y atalajes verdes de esperanza en ese futuro que es tan presente ya como nuestro en sus objetivos. Nos consolamos por momentos para restaurar las fuerzas que nos harán viajar un poco más lejos, más allá de lo que muestran nuestros ojos, que miran y ven con estructuras sencillas. Volvemos a resurgir con fe y con amor en lo que hacemos. Si utilizamos ese espíritu en la comunicación, nuestra existencia será, indudablemente, más dichosa.

Nuestros detalles comunicativos

Juan Tomás Frutos

 

Pensemos en la anécdota, y en lo importante, y en las esencias, en el todo del proceso comunicativo. Tengamos en cuenta lo que hacemos, cómo comunicamos, las experiencias que nos llevan lejos y cerca. No nos quedemos dormidos sin dar con las llaves que nos permitirán abrir muchas puertas que nos aproximarán, sin duda, a los ánimos más complacientes. Nos hemos de dar ocasiones con las que nos arrimaremos con máximos exponentes que informarán de lo que pretendemos, de lo que somos, de lo que será una experiencia bendecida por el aprendizaje más hermoso. No nos ceguemos. La utilidad está ahí, o debe.
Crucemos hacia esos lados que nos conforman con las razones que nos ponen lo que nos agrada, lo que nos gusta, lo que nos edifica como personas que buscan y hallan entre los elementos que cargan con las sensaciones solidarias. No demos con los años que nos aconsejan mayores intenciones sin más. Nos introducimos, o debemos, en recovecos que nos hacen cuadrar con impresiones de buen linaje. Estemos a punto. Nos hemos de traer, cada vez que podamos, con verbos de calladas reposiciones de unas bonanzas con las que estimular las conclusiones más lindas.
Nos sentamos junto a esas ventanillas que nos permiten ver las odiseas de unas vidas que se consienten con reparos de todo tipo. Nos reímos. Las virtudes nos traen alegrías y tristezas, y hemos de procurar que las cosas vayan de la mejor manera posible. Las durezas de las existencias complejas nos han de servir para consolidar las formas con las que creceremos sin abandonos ante las actitudes que nos atraen una y otra vez sin imanes suficientes. Las alternativas se dan. No podemos parar.
Los mundos nos ofertan cansadas caricias que nos ponen en una comunión sincera. Iré. Las versiones nos recorren los cuerpos de punta a punta. Empezamos y continuamos con las resoluciones a los eternos conflictos interiores. Lo poco o lo mucho nos devuelve a la convención con la que pensaremos cuando los años no pasen en balde. No volvamos sin mirar. Intentemos contemplar todo lo que sucede. Lo bonito nos aguarda con situaciones que nos han de describir con testimonios de procesos reflexivos. La curiosidad ha de ayudar para que la comunicación se produzca.
Todo lo primero tiene unas características con regímenes diversos. Nos hemos de proteger con las confirmaciones de primera casta y ubicación. Nos hemos de hacer caso para acercarnos a las coyunturas que nos alojarán en los momentos y espacios de un aprendizaje que nos otorgará la misión principal de conocer y de compartir el instante fugaz. Hay una única ocasión para dar una primera impresión comunicativa, para regalar unas pioneras comunicaciones con las que aclarar lo que somos, a dónde vamos y por qué venimos a los puntos en los que nos hallamos. Lo aconsejable es aprovecharla. Los detalles para el retorno, para la ida, para la cercanía, los ponemos nosotros. Dar cuenta de ella es referirnos a las verdades y a sus relatividades, a sus pronósticos y a sus fines con determinaciones serias y templadas. Pensar en la comunicación es un ejercicio global.

Comunicación familiar

Juan Tomás Frutos

 

Lo familiar nos acerca, nos confluye, nos une. Nos hemos de basar en ese conocimiento para dar cuenta de una efectiva comunicación. Negamos las evidencias, pero pronto las tendremos que reconocer como parte de ese presente que nos viene de un pasado que se eleva ante el futuro. Las carreras nos llevan a ese color que es fomento de singularidades con sus rastros más fortalecidos. Nos hemos de mostrar con toda la precisión que podamos. Las intuiciones no deben fallarnos ahora. Las cautividades previas no deben constreñir nuestro deambular.
Nos informamos de lo que nos complace, de lo que nos apetece, de cuanto nos resulta fruto del afecto. Damos con las soluciones a todo tipo de necesidades. La existencia está colmada de pasiones con las que poder asumir que las posibilidades son todas e incluso algo más. Alejamos las discusiones que no sirven para nada y nos introducimos en debates que nos saben a construcciones hermosas.
Finalizamos lo que llevamos a cabo con terminologías personadas en las coyunturas que transformaremos en estructuras con sus realidades no fingidas. Los sellos más maravillosos nos inducen a pensar en las bellezas que podremos compartir en cuanto nos demos los tiempos necesarios para adecuar las realidades que nos recalcan sus tonalidades estupendas.
No paliemos lo que nos sucede con sus finiquitos no escritos. Demos con las versiones y sus voluntades más extremas y firmes. Nos desgastamos. Las fisuras han de taparse para poder seguir. Olvidamos lo que hemos aprendido en cuanto la celeridad nos aplica remedios caseros e instantáneos que no ven más allá de lo que nos puede cimentar el porvenir más bonito.  Precisemos lo que nos conviene y topemos con todos los instrumentos que pueden resultar básicos para la felicidad que nos llevará por el auténtico río de la vida.
Nos hemos de dar opciones con las que animar esas redes que hemos generado y que otros nos han construido para que podamos escapar mínimamente. Nos asimos a un destino que no ha de desterrar lo que nos sucede. Seamos todo lo sensatos que nos deje la existencia. Es bueno que miremos un tanto a los acontecimientos pretéritos para optimizarlos y sacarles todo el partido posible. No reiteremos los errores.
Las cimas que nos llenaron de expectativas nos han de unir a las conclusiones que nos alargaron las cisternas que se vaciaron en el destierro de unas consideraciones de trazos eternos. No ceguemos las actuaciones con alternativas que no terminamos de completar.  Dirijamos bien las actuaciones que nos han de enfrascar en las rutas más oportunas para esas vivencias que nos han de consolidar como esa superación de obstáculos más centrados. Daremos, más pronto que tarde, con todo lo que nos divierte y tiene una dirección y un sentido. Lo extraño queda, pero será cuestión de tiempo que se haga de la familia. Precisemos sus términos y sus miembros. Los procesos comunicativos tienen más eficiencia en la búsqueda de una cercanía que nos refuerza en nuestras relaciones, que hemos de hacer abundantes.

Conozcamos la situación del sector periodístico

Juan Tomás Frutos

 

El verano comienza a llegar a su fin, y nos encontramos con un nuevo año académico, que es como sigo contando los años.  Los meses que tenemos por delante están llenos de retos en todos los planos, y, en lo que concierne al periodístico, entendemos que hay desafíos en los que el éxito debe venir de la propia contribución de todos y cada uno de los implicados. Los problemas económicos que sufren las empresas del sector, graves en algunos casos, han de ser solventados con un concurso de ideas y de creatividad.
No miremos para otro lado, por favor, cuando hay compañeros que no han cobrado sus salarios, no dejemos que ocurran reducciones de plantillas y de salarios sin que tratemos de aportar nuestro granito de arena. No defiendo polémicas. No hay mejor alimento para combatir los debates que solucionar aquello que los ha motivado y originado. Creo que la cautela nos ha de mover en estos momentos, pero también el coraje para adentrarnos en lo que está sucediendo para aprovechar, como se suele decir, la crisis como oportunidad para que la transformación del modelo social y económico sea para mejor.
Estimo, personalmente, que las ayudas públicas deben asomar para que continúe un sector que tiene un neto carácter de servicio a la sociedad. Por supuesto, que, con esas ayudas, ha de haber garantías de mejora de la calidad de trabajo periodístico y se ha de evitar que, con ellas, se produzcan amortizaciones de plantillas. Por lo tanto, es defendible un seguimiento de las mismas.
El Periodismo vive un momento excepcional, muy complicado, con importantes reajustes y con un exceso de oferta junto a una falta de ingresos publicitarios para poder afrontar las cuentas cotidianas. Sí, sabemos que la etapa es dura para todos, para todas las empresas, para toda la sociedad, pero no olvidemos que este sector se anticipó, a la hora de sufrir con dureza reducciones y pérdidas adquisitivas, a la propia crisis, por lo que ahora (en algunos casos, al menos) se vive una situación extrema de un modo más descarnado.
Por todo ello, pedimos visibilidad para nuestros problemas laborales, que, sin duda, inciden en los profesionales, así como medidas que, en el medio plazo, contribuyan a la solidez de un sector que atañe a toda la sociedad en pleno por su propia caracterización y funciones. Las medidas han de llegar antes de que sea demasiado tarde. Desde el Colegio de Periodistas de la Región de Murcia ofrecemos todo nuestro apoyo logístico. El ruego es que conozcamos lo que está pasando y que lo demos a conocer.

Expansión interior y exterior

Juan Tomás Frutos

 

Vivamos las causas comunicativas como si el interés fuera posible y común para todos. Nos enfrentamos a los procesos de la comunicación cada día, y cada día somos en las mismas entregas que nos ponen a prueba. Aceptamos lo que somos, y como somos en la misma creencia de un amor por la palabra y por los hechos. Nos insistimos con unos abrazos que nos ponen en ese trasiego que nos plantea qué hacer en la misma cadena de un mando que hemos de ejercer colegiadamente. Nos alargaremos en las pretensiones de estima.

 

Nos hemos de poner en la “briega” que es arreglo con flores que nos aportan aromas que actúan con resortes nuevos. Hemos apetecido mucho y bueno. Nos afirmamos en lo más fácil, en lo sencillo, en la voluntad que es pasión por estar y por ser en las mismas finalidades que nos recogen el arte de una pasión liderada por resortes más que posibles. Llegan los rayos de las esperanzas.

Nos hemos de asistir con unos recursos que pueden reaccionar en tiempo y forma. Nos daremos de todo y en todo momento. No hemos visto lo que sucede ahora que nos resolvemos con paños de algodones supremos.  Ganamos y perdemos casi al tiempo con unos vestigios que nos ponen en la sombra que es duda con sus toques mágicos. Nos clasificamos con sus refuerzos más queridos.

Tendremos que vernos en esas épocas que nos señalarán las consultas con las que ganaremos día tras día. Hemos apetecido esas mudanzas que nos consuelan con sus influencias más sufridas. Nos tendremos que ver en otros juegos. Calaremos en esos momentos con sus correspondientes dichas, que hemos de potenciar.

Las conclusiones nos insisten con decenas de creencias que nos ponen en ese lado de ocurrencias entretenidas y muy dichosas. No hemos aplicado todas las opiniones contrastadas y complementarias, pero lo haremos en el afán más maravilloso.  Ya sabemos que comunicar es plenitud, y con ella nos hemos de expandir interior y exteriormente.

Constantes comunicativas

Juan Tomás Frutos

 

Miremos lo que es, lo que se resalta porque aparece una y otra vez. Tenemos que ser osados y tirar hacia delante. El camino está ahí para quien lo quiera andar. Hemos sentado las bases de varios itinerarios que nos llevan hacia donde nos gustaría estar. Hemos admitido que las causas nos ofertarán consecuencias buenas y malas. Dependerá de nosotros su optimización, el que saquemos partido a lo que puede interpretarse como oportunidad y reto para ser felices, para aprender, para compartir. Tenemos todo en este mundo. Es cuestión de habilidad para captarlo.
Las existencias se mimetizan, se dejan contagiar por las modas. La idea es sacar provecho a lo que nos viene o nos sienta bien, y dejar a un lado aquello que no es tan deseable y benéfico. Saquemos el talento y la voluntad de todo el serial de ocasiones que nos circundan. Los pronósticos nos han de conducir por las veredas de unas opciones con cartas que han de girar en torno a las partidas que decidamos jugar. Hemos ayunado durante un tiempo para valorar más los momentos y para tomar contacto con el conocimiento que, junto a la experiencia, nos ha de otorgar sabiduría.

La existencia tiene una serie de aspectos circunflejos con los que nos estimulamos en el día a día. Hemos adivinado una serie de rutas con sus esperanzas y sus enseñanzas de variopinta factura. Nos tenemos con el cortejo que nos ha de abrir las pausas de hace tiempo con sus cansadas manos y piernas, que hemos de apuntalar para que no fallen los instantes que nos gustan con sus correspondientes pasiones. Nos debemos postular para esa dicha que es fruto del equilibrio sincero. No fracasemos por no intentarlo.

Flaqueamos en todo lo que nos llega con remolinos que nos hacen desistir en cuanto las cosas se marean más de la cuenta. Suspendamos las actividades que nos consienten espacios que apenas nos insertan en el lado de la amistad. La existencia nos puede, y todo es en la burda sensación de una conclusión que es, igualmente, adivinanza. Debemos superar los vacíos que se forman como lapsus sin recetas ni batallas.

Tenemos que pacificar las inclemencias de un cielo que nos embriaga con sus sostenes más o menos repetitivos. Las ideas no están claras, no tanto como antes, y destacamos algunos afanes que se vuelcan sin determinaciones. Hemos supuesto constantes que ya no aparecen como vitales. Iremos a donde sea menester. La vida nos sorprende. Es lógico que sea de esa manera que tanto nos caracteriza.

Hemos consultado algunos aspectos que ya no se asemejan como al principio. Las lindezas nos vienen con el prospecto en otro idioma. Como mínimo hay que interpretar el contenido y el tono de lo que se glosa en una misión que, por momentos, nos parecerá imposible. Ya no estamos tan preparados como dijimos. Las fuerzas flaquean, pero, antes o después, volveremos a ese desquite que, sin ánimo de revancha, hemos de desarrollar. Podemos con otras facetas comunicativas, que ya hemos de iniciar. Estamos. Claro que sí. Ser constantes es un valor que hemos de ponderar en su valía, en su relevancia. La comunicación lo agradecerá.

Las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, protagonistas de un curso de la Universidad del Mar

parkinson

Médicos e investigadores especialistas en la enfermedad de Alzheimer y de Parkinson, las dos enfermedades neurodegenerativas más extendidas de cuantas existen, participarán en la ‘VII Reunión sobre enfermedades neurodegenerativas. Enfermedad de Alzheimer y enfermedad de Parkinson’, que se desarrollará en el municipio de Molina de Segura entre el 13 y el 15 de septiembre.

Sigue leyendo Las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, protagonistas de un curso de la Universidad del Mar

UNIVERSIDAD DE MURCIA