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José María Pozuelo, director de “Las ideas literarias (1214-2010): “Lo que sabemos de la humanidad durante siglos, lo conocemos por lo que nos ha dejado la literatura”

 

José María Pozuelo Yvancos. En primer plano su nuevo libro.
José María Pozuelo Yvancos. En primer plano su nuevo libro.

“Si la gente leyera más, viviría más y tendría que ir menos al psiquiatra” Su despacho en la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia rezuma literatura. Y no sólo en sentido abstracto del término: bajo la mirada atenta de un cartel con el rostro de Borges pintado por José Lucas, los libros se apilan por todos los rincones, incapaces de acoger los que le llegan continuamente. No podría ser de otra manera en alguien que, como José María Pozuelo Yvancos, ha dedicado su vida a ellos, investigando sobre los escritores españoles de los últimos siglos, inquiriendo sobre los gustos literarios de otros estudiosos y teóricos, profundizando en corrientes y movimientos, investigando sobre escritores y sus obras y realizando puntualmente, con la mezcla de ironía y carácter riguroso que caracterizan sus trabajos periodísticos, crítica de libros para el Suplemento cultural de ABC, una labor con la que nos obsequia cada sábado desde hace años. 

Y un jalón en su trayectoria que probablemente no constituye una de las piezas más significativas de su biografía, pero que adquiere un especial significado cuando se trata de Campus Digital: él fue el iniciador de esta revista, Campus, en su versión papel y su director durante cinco años. Fue allá por el año 1985, cuando todos éramos, ineludiblemente, más jóvenes, y probablemente menos documentados. Incluido este cronista, que compartió mesa de redacción con él en numerosas ocasiones. Su último trabajo es una voluminosa obra que encierra en 900 páginas un auténtico tesoro: la evolución en los gustos y las ideas literarias en España durante ochocientos años. “Las ideas literarias 1214-2010”, octavo volumen de la “Historia de la Literatura española”, que está publicando la editorial Crítica. Pozuelo es el director del volumen, encargándose él directamente, además, de la escritura del capítulo dedicado al siglo XX. Una obra que está llamada a erigirse en manual de referencia para estudiantes y estudiosos de la literatura, que se presenta con una atractiva novedad: la de ofrecer al lector la posibilidad de asistir de manera unitaria a lo que ha sido la reflexión sobre nuestra literatura desde los orígenes.

Pozuelo en su despacho de la Facultad de Letras.Pozuelo en su despacho de la Facultad de Letras

La obra fue presentada en el Hemiciclo de la Facultad de Letras de la Universidad de Murcia el lunes 13 de febrero en un acto en el que intervino el Rector de la Universidad de Murcia, José Antonio Cobacho; la Vicerrectora de Extensión Universitaria y Administración Electrónica Mercedes Farias Batlle; el director del Departamento de Literatura Española, Teoría de la Literatura y Literatura Comparada Francisco Vicente, y el Director del Aula de Humanidades Vicente Cervera.
Los críticos y el pozo
-Pregunta: “Echad a un pozo a todos los críticos, y el arte seguirá libre su camino”. La frase la pronunció un conocido dramaturgo francés en los años 50.  ¿Por qué tienen los críticos, sea cual sea su especialidad, tan mala fama? -Respuesta: Los artistas creen que ellos son la creación verdadera, y que el crítico es una especie de parásito, que vive de la creación de otros. Ciertamente, los críticos no son los principales actores, sin embargo son unos elementos de mediación muy importantes, siempre lo han sido. Desde que existieron creadores, hubo quienes reflexionaban sobre lo que los creadores hacían. Aristóteles escribe “Las ideas literarias” en Grecia. Él no era Sófocles, pero habla de “Edipo Rey” y del mismo Sófocles, su autor. Aristóteles no es creador, pero es un pensador. Eso demuestra que la crítica ha existido siempre. Y siempre existirá. Siempre habrá quien haga crítica de cine, de arte, de poesía, de canción… Para mí esa diatriba contra los críticos es absurda. Otra cosa es que haya críticos buenos y críticos malos, como también  ocurre entre los escritores.
pozuelo con su libro-P: ¿Y cuál es el papel de un crítico? -R: El crítico comenta las obras de otros. Lo interesante es que ese comentario tenga relieve, que esté basado en el conocimiento, que quien habla sepa de lo que habla. Eso es fundamental, y hoy más que nunca. Con la incorporación de Internet a nuestras vidas, todo el mundo habla, se incorporan elementos de todos, y todos tienen cosas que decir, por eso es más necesaria que nunca la voz de un experto, porque la gente expone opiniones, y la crítica es otra cosa distinta que una opinión. Un crítico es aquel que, ante una película por ejemplo, sabe interpretar lo que el director ha hecho. Un crítico puede ver una película de Woody Allen y emparentarla con Bergman a través de ciertas pistas. El crítico percibe el objeto artístico por dentro. Cuando alguien se pone a hacer una crítica de una obra literaria, lo importante es que te ilumina la obra de tal manera que cuando la lees te aporta cosas que no habrías pensado de otra manera. Esa es una función fundamental del crítico.
Los escritores y las ideas literarias
-P: ¿Qué ha presidido tu pensamiento a lo largo del proceso de abordar y dirigir “Las ideas literarias”?. -R: Cuando el profesor Mainer, director de la colección, me encargó  una historia de la teoría literaria en España que sustituiría la de Francisco Rico por haberse quedado ésta antigua, yo no quería hacer eso. Pienso que las ideas literarias hay que buscarlas donde se encuentran. Y a veces están en un profesor, pero también pueden estar en un escritor. Lo sorprendente de este libro es que uno encuentra en él a Azorín, a Juan Benet, a Jaime Gil de Biedma, Francisco Ayala, Carmen Martín Gaite, María Zambrano… En este volumen están los autores y los escritores reflexionando sobre la literatura, y no son teóricos. Por eso no lo titulé teoría literaria. En él están también los propios creadores. Cervantes, por ejemplo tiene ideas literarias. Y en el libro figura la reflexión que Cervantes hace sobre la novela en sus obras. Él no hizo una obra aparte, como sí hizo un discurso sobre el teatro Lope de Vega. El libro intenta establecer un discurso que comunique a creadores y críticos. Porque las ideas literarias están en ambos, y esa es la idea que ha presidido el conjunto, la comunicación entre las dos facetas: la creación y la reflexión. A poco que un escritor, un artista, lo sea de verdad, realiza un proceso reflexivo. Todos los escritores tienen un tipo de aproximación a las obras de otros, hablan de su literatura preferida, de lo que han leído.
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-P: El volumen ofrece una serie de textos de apoyo a lo largo de cerca de un centenar de páginas que recogen algunas de las ideas literarias vertidas a lo largo de más de 700 años por otros escritores ¿Qué se ha intentado recoger en ellos? -R: Yo quería incluir todo esto que te hablo en un anexo en el que se pudiera ver claramente lo que explico. A mí no me interesan las teorías mondas y lirondas, que han nacido solo en la universidad. No quería hacer un libro profesoral, sin más, algo mucho más vivo, que comunicara con la vida de los escritores, con sus reflexiones y con lo que podríamos llamar la vida de la literatura. La literatura y las ideas pueden estar en muchos sitios, por ejemplo en el periodismo, que fue enormemente importante. En la publicación hay distintos cambios de paradigma, y esto es otra de las ideas que ha presidido el volumen. En él se habla, por ejemplo, de la letra-voz medieval, porque la literatura no sólo fue letra, también fue voz, canción, y ahora está también en Internet. La literatura en la red ya tiene expertos que están trabajando sobre ello. Y también está en el periodismo, en las revistas literarias, en los lugares donde se habla…
-P: ¿Qué aporta este trabajo? -R: Este trabajo estaba sin hacer. Implica una novedad radical en la cultura española. No existía un tomo que recogiera cómo han evolucionado las ideas literarias en nuestro país. No los autores, ya hay muchas historias de nuestra literatura que hablan de autores, hay libros que hablan sobre la obra de Pardo Bazán, pero no estaba doña Emilia Pardo Bazán con sus ensayos sobre la novela. Esto estaba sin hacer desde Menéndez Pelayo. Él lo hizo hasta el siglo XVIII y realizó un esbozo sobre el XIX, pero murió en 1912 y ahí quedó su trabajo. Desde entonces no se había hecho un volumen conjunto. Y no se trata de un asunto exclusivo de España: Ángel Luis Pujante me comentaba esta mañana que en inglés, esta obra está sin hacer. En realidad, la historia de las ideas literarias en el mundo está sin hacer.
pozuelo 6-P: ¿Qué se siente coordinando un manual como éste, que se convertirá, probablemente, en un libro de referencia para tantos estudiosos de la materia? -R: Desde un punto de vista personal es satisfactoria la confianza depositada en mí tanto por el prestigioso profesor J. C. Mainer como por la editorial Critica, porque implica una forma de reconocimiento a una labor investigadora ya muy dilatada en el tiempo que me llena de satisfacción y orgullo. Desde un punto de vista institucional e histórico es la primera vez que un se tiene en cuenta en una Historia de la literatura un tomo especifico dedicado al pensamiento literario, lo que lo convierte ciertamente  en una referencia ineludible en los estudios literarios de las universidades españolas España.
-P: Su elaboración te habrá llevado mucho tiempo y mucha dedicación. -R: He dedicado a su elaboración varios años de mi vida.
Los gustos literarios y los cadáveres en el camino
-P: La historia, la evolución en los gustos literarios, habrá ido dejando cadáveres en el camino. Háblanos de alguno de los cambios más llamativos en los gustos, de autores que hayan sido muy importantes y se hayan olvidado. -R: Por ejemplo, Vicente Blasco Ibáñez. Hoy en día apenas se le lee. Sin embargo, en los años 40 era el escritor más celebre, incluso a nivel mundial. Otro caso llamativo es el de Armando Palacio Valdés. En la historia de la literatura de don Ángel Valbuena, que fue profesor de la Universidad de Murcia, existen más de 20 páginas dedicadas a este escritor, y hoy casi nadie sabe quien es. Y sin embargo, Clarín, del que apenas habla Valbuena, es hoy el gran escritor del XIX.

Un momento de la entrevista. En el centro, la directora de Campus Digital, Ana Martín Luque.Un momento de la entrevista. En el centro, la directora de Campus Digital, Ana Martín Luque.

-P: También ha ocurrido lo contrario, escritores y obras que se han revalorizado. Por ejemplo, el Quijote fue la gran obra española mucho después de ser escrita por Cervantes. -R: Sí, hasta que no llegó la novela del siglo XIX, el XVIII, inglés, gente como Daniel Defoe, ellos revalorizaron el Quijote. El Quijote hasta entonces era considerado un libro cómico, el propio Cervantes no pensaba que era su mejor libro, él decía que era la Galatea, y quería hacer la segunda parte de esta obra. Sin embargo, hoy hablamos de La Galatea sólo porque es de Cervantes, o sea, que a la Galatea la salva el Quijote. Si Cervantes no hubiera escrito el Quijote nadie hablaría de esa obra. Sí que lo harían de las novelas ejemplares, pero sólo de cuatro o cinco, no de todas: “Rinconete y cortadillo”, “El coloquio de los perros”, “La gitanilla”, “El celoso extremeño”, y “El licenciado vidriera”, nadie se acuerda del resto hoy.
-P: ¿Qué nos aporta la literatura? -R: Nos aporta todo. Y lo hace en dos estamentos muy distintos y muy importantes. Por un lado, la literatura es el registro de los seres humanos. Antes de existir grabaciones, películas, fotografías, solamente tenemos el testimonio de lo escrito. Durante siglos, lo que conocemos de la humanidad lo sabemos por lo que nos ha dejado la literatura. Hoy nos sobrecogemos cuando vemos a Gadafi asesinado y arrastrado su cadáver de esa manera tan atroz, pero esa crueldad de la guerra ya nos la habían mostrado los griegos hace muchos siglos. Eso ya lo hizo Aquiles con Héctor: enganchó el cadáver tras su cuadriga y dio con él tres vueltas a Troya, mientras Príamo, el padre de Héctor, lo estaba viendo. Como sabemos de los esfuerzos de la humanidad, sus frustraciones, el tema del matrimonio, las aspiraciones de igualdad de la mujer… eso nos ha llegado a través de la literatura. La literatura es el gran depósito de experiencia de la humanidad. Pero hay otro elemento, que es también importantísimo: que la literatura, la ficción en general, te hace vivir las vidas de otros. En este sentido, la literatura y el cine son muy parecidos, en la medida que son los dos mundos imaginarios que se construyen desde la ficción, en ellos la gente ejecuta vidas de otros y las vive como si fueran de ellos. Si la gente leyera más, viviría más, y tendría que ir menos al psiquiatra. Por ejemplo, la literatura nos enseña el aprendizaje, la experiencia del dolor, nos muestra cómo sintieron el dolor otros antes que nosotros. Y nos asomamos a él por vía de la literatura.
-P: ¿Han levantado o hundido escritores los críticos literarios? -R: Han levantado muchos. Si Stein no apuesta por Joyce, no sería hoy lo mismo. Y hoy es la gran figura del inglés moderno. Pero fueron los parisinos los que llamaron la atención de Joyce. Lo mismo para Virginia Wolf. Fueron los críticos modernos los que la alzaron. Flaubert no vendía “Madame Bovary” ni “La educación sentimental”, él creía que había fracasado, porque Edgar Sue era el que vendía libros en esa época, y Flaubert le decía que le había ganado la partida. Pero no fue así, la partida la ganó Flaubert, y buena parte de la culpa fue de la crítica. Si no llega a ser por la actividad crítica, por el apoyo que recibió de Dámaso Alonso, de Pedro Salinas y de Jorgue Guillén, que entonces eran catedráticos de literatura y críticos, no tendríamos a Federico García Lorca, y probablemente habría pasado por un poeta más. La gente tampoco sabe que Valle Inclán no representaba, era un fracaso absoluto. “Luces de Bohemia” estuvo cuatro o cinco días en cartel.
pozuelo 7-P: Y al contrario, ¿han hundido a escritores? -R: También. Cada diez años hay operaciones tipo generación nocilla, porque el mercado intenta generar figuras. Hay muchos “genios” detrás de los lanzamientos de las editoriales, pero eso acaba cayéndose constantemente.
-P: Los gustos literarios han ido evolucionando a lo largo de la historia ¿Cómo definirías los gustos actuales? -R: Los gustos evolucionan con el tiempo porque cambian las sociedades y con ellas los propios géneros y sus significación y estatus. Una sociedad estamental aristocrática origino la prevalencia de la tragedia y la epopeya una literatura feudal dio el ámbito, caballeresco y cortesano, otra sociedad burguesa la hizo evoluciona hacia la crisis de la identidad heroica,  y nace le héroe moderno, la incorporación de la mujer a la cultura ha servido para una evolución hacia esferas de la intimidad, se vivirá luego también la influencia del periodismo, del cine de Internet etc. No es únicamente que cambien los gustos como elemento de apreciación subjetiva, ellos cambian porque  previamente lo han hecho las condiciones sociales de creación y de recepción.
-P: ¿Hasta qué punto difunden las ideas y las obras literarias los críticos actuales? Los críticos han perdido predicamento y estatus, ya no son tan decisivos porque se ha diversificado y democratizado mucho la esfera de opinión. Eso ha hecho que los críticos no sean ya los únicos que hablan de la literatura. Ahora la conversación literaria tiene múltiples interlocutores. Además de autores y críticos hay otros intervinientes en la cadena, como son los agentes literarios, los editores, la publicidad, los premios, los blogs, el boca-oreja. Precisamente una falta de jerarquía puede provocar el efecto de excesivo ruido si hay más interlocutores y gente que habla que gente informada o culta. Tan peligrosa es la dictadura de unos pocos críticos como un estado de excesivo ruido, en el que todo el mundo opina, sepa o no de lo que habla, tenga o no la cultura y la formación necesaria para hacerlo con conocimiento de causa.
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Críticos y nuevas tecnologías
-P: ¿En qué sentido la era electrónica que ya se ha iniciado abre nuevas puertas a la crítica? -R: En mi respuesta a la pregunta anterior pensaba precisamente en lo que ocurre en la era electrónica, en internet, porque hemos llegado a una situación que abre nuevas puertas a la crítica, pero eso significa que entra todo el mundo a ella. Estamos en los inicios y ha producido una efervescencia que se calmara con toda seguridad en el futuro. Porque lo que ocurre hoy es que todo el mundo es tertuliano, pero ya sabemos por televisión que ocurre cuando los tertulianos: hablan de todo y opinan sobre todo. Basta seguir cualquier blogs para saber que muchos de quienes intervienen en los debates, anónimamente incluso, no tiene responsabilidad sobre sus críticas. Con la literatura ocurre además que no existe la misma responsabilidad e inhibición que existe en con otras esferas del saber. Y la literatura es también una esfera del saber. A mi no se me ocurriría debatir sobre economía o física o matemáticas, pero en la literatura ocurre que parece un dominio puro del gusto,  y esa prevalencia del gusto hace que todo sea admisible. Y no lo es.
-P: ¿Cuál es el libro inagotable de Pozuelo, el libro al que le gusta acudir? En el terreno literario sin duda es el Quijote es el que me parece más  inagotable. Cada vez que  lo leo y estudio encuentro nuevas ventanas. -P: ¿Cómo es el José María Pozuelo lector? -R: No soy un lector demasiado sofisticado; en el fondo me siento un lector apresado en mis propias condiciones y hasta prejuicios. Hay cosas que no se por qué me gustan tanto, y otras que deberían gustarme y sin embargo me son casi indiferentes. Soy un lector tan caprichoso como  cualquiera. En el fondo la lectura es uno de los pocos ámbitos en que no debería perderse esa discrecionalidad del capricho o de elección de aquello que te gusta sin tener que andar justificando por qué te gusta. En este sentido me gustaría ser un lector libre. No concibo por otra parte que  un lector no sea libre.
-P: En la universidad de Murcia hemos contado con profesores de la talla de Valbuena Prat o Baquero Goyanes que han dejado su impronta en el estudio de la literatura. -R: Han sido dos excelentes historiadores de la literatura, si bien en el caso de Baquero Goyanes era muy visible una sensibilidad hacia la teoría. Valbuena no la tuvo tanto pero la fuerza de sus intuiciones fue decisiva para la canonización de los modernos en la primera mitad del siglo XX. Creo que ambos profesores sentaron las bases para que la Universidad de Murcia brille a buen nivel en los estudios literarios españoles

En primera persona

 

 

“La historia de las ideas literarias en el mundo está sin hacer”.

“No me interesan las teorías literarias mondas y lirondas, que han nacido solo en la universidad”.

“La literatura es el gran depósito de experiencia de la humanidad”.

“En la ficción, la gente vive las vidas de otros”.

“Desde que existieron creadores, hubo quienes reflexionaban sobre lo que los creadores hacían”.

“Hoy todos tienen cosas que decir, por eso es más necesaria que nunca la voz de un experto”.

“La crítica de una obra literaria te aporta cosas que no habrías pensado de otra manera”.

Última actualización el Miércoles, 15 de Febrero de 2012