Juan TOMÁS FRUTOS
Me dices que crees, y no lo dudo.
La vida es un asomo a muchos asuntos primordiales
que se muestran acompañados
por elementos variados, gustosos algunos,
descollantes otros, accesorios los más,que nos incluyenn en las apetencias
por las que bregamos para intentar dar con la dicha
a la que tenemos derecho.
Me refieres lo que piensas, lo que estimas,
como deambulas, como estás, y algo aprendo,
pero lo que más me forma es lo que advierto, lo que contemplo,
lo que disfruto gracias a ti y a tu eternidad.
Sí, me dices estar, soñar, mientras realizas una existencia sencilla y útil.
No lo dudo porque te sigo cada amanecer, cada segundo de cada jornada, y supero las presunciones para dar con la evolución misma
del corazón y de la mente.
Eres la mejor persona, y hoy me digo, con pruebas,
que en el mejor lugar, que te ha hecho a conciencia.
Hablo de esta costa nuestra que es punto de encuentro,
de salida, de diversión, de calma, de entendimiento,
de entrada y de salida, de conocimiento y de frescura,
de emoción y de talento, por la autenticidad de ser y de estar.
Es un hecho.
Me dices que crees, y lo creo de verdad,
porque tengo fe en lo que indicas
y, sobre todo, en lo que llevas a cabo
en este marco reiteradamente espectacular.