Construcciones comunicativas

Juan Tomás Frutos

 

Hagamos edificios comunicativos salubres y plurales. Convengamos con los demás. Nos enganchamos a unas reales caricias que nos han de subir el tono con la moral en su sitio, con las veleidades de una recia función que nos señala con sus invitaciones de amor que nos conducen a más conformaciones de las coyunturas que nos dicen, una y otra vez, de todo y de nada con tonos ocupados. Iremos a los sitios donde las esperas nos comentarán lo mejor de lo mejor. Hemos tenido mucha suerte de conocernos. Las visiones nos darán óptimas consolidaciones de todo lo que nos merece la pena. Nos fallan algunos momentos vitales, que nos sirven de acicate para lo diverso.
Marquemos las situaciones con unos intereses más o menos señalados desde las curvas preparadas que nos han de adecuar los discursos con certezas. Saquemos todo lo que podamos con esas significaciones que nos daremos con egos que se concentrarán para compartir con los que significan alteridad complementaria y solidaria. Tenemos que significar lo más importante.

No seccionemos las frases que nos pueden ayudar. Situemos lo que sentimos en esa justa medida que nos atañe y que nos conforma como aquello que nos gustaría ser. No apliquemos remedios extraños. Las organizaciones se pueden advertir con los hechos que son aplicaciones de retroalimentación maravillosa. Hemos sentido mucho deseo. Las preguntas admiten algunas respuestas. No hemos sellado lo que podría ser paso con pactos que aparecen.

Las conversaciones han de ser constructivas de una realidad que nos ha de consolidar como lo que nos da una misión que dará con las frugales experiencias que nos aclamarán con esas personalidades con las que nos permitiremos subir por las escaleras de sendas serenas. De todas ellas sacaremos algo de provecho. Los instantes de prevención nos sirven para analizar las palabras y sus interpretaciones teniendo en cuenta el contexto.

Hemos aglutinado las consultas con sus tonalidades más consolidadas desde las significadas expresiones con las que nos añadiremos a los cambios más duros. De todo podremos aprender con las consecuencias más destacadas. Nos hablaremos con las suposiciones que nos dirán si podemos y hasta dónde. No hagamos que las gracias se queden en reconocimientos sin ir al origen de las voluntades que nos han de aplaudir los mejores deseos de mutación. Tengamos en cuenta los avisos comunicativos. Nos sirven para saber por dónde caminar. El fin máximo ha de ser el entendimiento con ingentes y sólidas construcciones comunicativas.