Antonio García López expone en la Sala Arquitécnica Ruzafa de Valencia sus “Personajes de la crisis”

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Antonio García López posa ante su obra Antonio García López posa ante su obra

 

La exposición permanecerá abierta hasta el 13 de marzo

El autor, profesor de Bellas Artes en la Universidad de Murcia, nos habla de las razones que le impulsaron a elaborar la muestra.

Entre las distintas definiciones que podemos encontrar de personaje, podemos quedarnos con la de individuo ilustre y sobresaliente en cualquier actividad: arte, política, etc. También, se puede entender como cada uno de los seres que toman parte en la acción de una obra literaria, teatral o cinematográfica.

En cuanto a la definición de Crisis podemos hablar de cambios en cualquier aspecto de una realidad organizada pero inestable, sujeta a evolución; especialmente, la crisis de una estructura. Los cambios críticos, aunque previsibles, tienen siempre algún grado de incertidumbre en cuanto a su reversibilidad o grado de profundidad, pues si no serían meras reacciones automáticas como las físico-químicas. Si los cambios son profundos, súbitos y violentos, y sobre todo traen consecuencias trascendentales, van más allá de una crisis y se pueden denominar revolución.

 

 

Esta muestra titulada Personajes de la crisis pretenden dar visibilidad de un modo personal a las víctimas y verdugos del cambio traumático que estamos viviendo. La inestable situación social, política y económica está repercutiendo directamente en la vida y en la salud física y anímica de las personas. Hoy en día la palabra crisis parece una constante en nuestras vidas, sin embargo, cualquier crisis nos puede brindar una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. La crisis, provoca ansiedad e incertidumbre, lo cual tambien produce parálisis. La mayoría de las personas tienen la idea de que otros vendrán a salvarlos o a resolver los problemas. Pero la realidad, es que cada persona tiene la capacidad y la responsabilidad de aportar soluciones, de demostrar su capacidad de superación y de sortear cualquier obstáculo aunque ello oblige a una revolución.
Ante situaciones similares, los artistas dadaistas inventaron formas de expresión artística también revolucionarias como el fotocollage, una herramienta que partiendo de la imagen publicitaria (máxima del capitalismo consumista), era capaz de transformarse en una eficaz arma de crítica. Ahora que el arte puede dejar por fin de estar subvencionado, es un gran momento para recuperar ese espíritu crítico y siempre necesario para afrontar la realidad que nos rodea. En ese sentido Personajes de la crisis supone una visión actualizada de los planteamientos de artistas como John Heartfield o de nuestro paisano Josep Renau, que asumieron el diálogo entre la imagen y el texto como caricatura política de gran impacto. Del mismo modo, la acción de cortar y pegar propias de la técnica del Collage, manifiestan metafóricamente una literalidad extrema con los recortes que nos rodean. E aquí un nuevo argumento para no renunciar a dar visibilidad a esos profundos tajos que nos enfrentan a la incertidumbre de un futuro bastante incierto.
La serie Personajes de la crisis, busca la complicidad con el espectador, incluso su posicionamiento. Todo este proceso de reconstrucción mental, concluye con la identificación o el rechazo a los personajes aquí presentados.

Antonio García López posa ante una de sus obras anteriores.Antonio García López posa ante una de sus obras anteriores.

Los aspectos básicos de la presente muestra, se articulan mediante el género retrato y se materializan a través del collage, entendido como reivindicación dadaísta. El retrato como género pictórico ha tenido a lo largo de la historia distintas funciones pero por lo general ha servido para representar a la clase social que podía pagarlo. Con la aparición de la fotografía y su progresiva accesibilidad, las clases populares pudieron acceder a ser dignas de representación. El pintor retratista, de la noche al día, se quedó sin trabajo, con lo que buscó en la abstracción un camino en el que construir otro tipo de retrato, más bien de autorretrato interior. Pero además del carácter representacional del retrato nos encontramos con un aspecto que desde el Romanticismo y muy concretamente con genios como Goya permiten entender expresiones como “retratar la sociedad”. Pues bien, con Personajes de la Crisis, podemos encontrar esas inquietudes que a modo de capas de collages permiten retratar la celeridad de la sociedad de nuestro tiempo. La muestra supone una visión irónica sobre nuestra relación con los estereotipos. Si en los años 20, John Heartfield, conseguía caricaturas políticas de gran impacto mediante el diálogo entre la imagen y el texto; en Personajes de la crisis, manteniendo esas mismas estrategias narrativas, pretendemos dar visibilidad a los protagonistas de la crisis. Las sociedades capitalistas, a las que de momento no somos capaces de encontrar alternativa posible, inventaron la clase media como metáfora de la democratización de los bienes de consumo. Pero el actual ritmo de aniquilación de dicha clase social, acaba provocando nuevas reacciones como las concentraciones del 15 M o del 25 S. Por primera vez en mucho tiempo, la gente sale a las calles reclamando soluciones a una crisis que no solo es económica, sino que además, y esto es lo más grave, también es ética y moral. Una falta de dignidad propia de los principios del capitalismo avanzado, que hace más de tres décadas presagió el gran Pier Paolo Pasolini. Los mass media al servicio del poder, se han encargado de dividirnos mediante un proceso lento, pero eficaz, que ha perseguido básicamente anular la singularidad del individuo, su capacidad para pensar y tomar decisiones. Bien es cierto, que casi todos nos hemos sentido cómodos, hasta hace poco, con un sistema que solo nos percibe como potenciales consumidores de productos. Esa apariencia y aspectos exteriores que en el pasado se singularizaban retratando la superficie, ahora se han estandarizado y globalizado asociando esa superficialidad a un axioma que en ningún momento deberíamos considerar como merecedor de credibilidad. Sin embargo, en la serie Personajes de la Crisis, hemos forzado los tópicos, entendidos como verdad absoluta, plasmándolos como si se tratasen del centro de la cuestión, considerando los clichés como la parte más íntima e irrenunciable de nuestra sociedad. Es así como, con la mayor economía de materiales posibles, y una gran dosis de ironía, hemos intentado condensar aspectos del retrato que nos enfrentan a nuestras inquietudes, creencias, temores y miserias. Desde que en el año 1993 iniciamos la serie Arquetipos I, hemos seguido engordando la nómina de unos extraños individuos cuya razón de ser está íntimamente ligada a su vigencia a lo largo del tiempo. Muestras como Arquetipos II, Personajes, Alcunha, Apodos, Motes y Sobrenombres, o la que hoy exhibimos en la Sala Arquitécnica Ruzafa, han pretendido durante más de 20 años, dar visibilidad a esa necesaria singularidad que todos llevamos dentro. Finalmente, y antes de proceder a contemplar a estos personajes de la crisis, les adelantamos que existen muchas posibilidades de acabar siendo uno de ellos