La era de Internet es la etapa auténtica del ciudadano, que se ve en el centro de un universo de aprendizaje de fines difíciles de mensurar. La vida es puro aprendizaje, y más cuando uno interviene en él sin tensiones y sin confines predeterminados. El progreso nos ha traído más cercanía, más opciones, pues los campos de la mecánica para saber son cada vez más sencillos de manejar. La democratización político-económica nos ha llevado a unas oportunidades mayores en cuanto al conocimiento.