El “Misterio” de los Reyes Magos

Desde el siglo XVII en Murcia y en enero el teatro se llama “Reyes Magos”. Y, aunque está por confirmar, me atrevo a señalar el siglo XVIII como comienzo de esta larga tradición, por algunos acontecimientos importantes que voy a señalar.

En 1765 se decretó (Real Cédula de Carlos III de 11 de junio) la prohibición de representar Autos sacramentales , tras los juicios adversos de José Clavijo y Fajardo y Nicolás Fernández de Moratín, mantenidos después por Jovellanos y Martínez de la Rosa. Decían que eran “composiciones absurdas” y “supersticiosa costumbre”. Veinte años después, en 1785, se descubrió en Toledo el Auto de los Reyes Magos , fragmento de 147 versos, escritos entre los siglos XII y XIII, y del que Menéndez Pidal hizo una estupenda edición en 1900. Estos dos acontecimientos, por un lado.

Por otro, hay que citar la publicación en Málaga, también en 1785, de un libro singular, de éxito insospechado. Me refiero a La Infancia de Jesu- Christo, poema dramático dividido en diez coloquios (en ediciones posteriores fueron doce), cuyo autor se llamaba Don Gaspar Fernández y Avila. Colegial teólogo del sacro Monte de Granada y Cura más antiguo de la iglesia parroquial de la villa de El Colmenar (Málaga). Aún no se cómo llegó esta obra a Murcia. El caso es que hay ediciones murcianas de este libro antes de 1808. Yo he manejado una “quarta edición”, sin año, hecha por Francisco Benedito, “impresor y mercader de libros”, en la calle de Platería. En 1808 ya era “librería e imprenta de Benedito”.

Es de suponer que en un principio se representaría todos los coloquios, quizá en varias sesiones; pero pronto debió de iniciarse una serie de reducciones hasta llegar al estado actual. En el ejemplar que existe en el Archivo Municipal de Murcia, edición de 1877, hay varias acotaciones a lápiz, desde el comienzo de la obra hasta el coloquio octavo (“Degollación de los Santos Inocentes”), donde dice:” Aquí el fin”. En algunos pueblos de nuestra huerta aún se representan la Huida a Egipto y Degollación de Inocentes. Pero lo corriente es que sólo se utilicen los coloquios cuarto (“La Manifestación de Nuestro Señor Jesucristo”) y quinto (“La Adoración de los Santo Reyes a Jesucristo”). Y aún no completos, pues con frecuencia se han hecho supresiones, sustituciones y adiciones, a veces totalmente pintorescas.

Las personas que intervienen en el coloquio cuarto son las siguientes: San Melchor, Rey. San Gaspar, Rey joven. San Baltasar, Rey negro. San Gabriel Arcángel. Herodes, Rey. Dos Ministros. José, pastor. Rebeca, villana. Acompañamiento y música. Y en el quinto coloquio, las mismas, más la Virgen con su Niño y un Centurión; pero sin los Ministros y sin el Arcángel San Gabriel.

La forma métrica predominante es el romance octosílabo, y el lenguaje en que se hace hablar a los pastores (Jusepe y Rebeca) es un español vulgar, con evidentes exageraciones. Hay quien lo ha identificado con el panocho murciano. Corresponde más bien a la región andaluza en que vivió el autor: Granada y Málaga.

Pero hay otros textos murcianos que hay que destacar aquí. Yo encontré en el Archivo Municipal de Murcia (fondos del gran murciano que fue Don José Alegría) un texto manuscrito, anónimo, anterior, sin duda alguna, al libro del Sr. Fernández y Avila (2). Encuadernado en pergamino, lleva una portada, dibujada a dos tintas, con este título: “Las fiestas de los Reyes vulgarizada en Zarandona. Auto alegórico”. Y , tras ella, el texto, con este encabezamiento: “Auto alegórico, el Rey Humillado triunfa y el Soberbio va vencido”. Tras este título, escrito todo en mayúsculas y con horrenda ortografía, una mano más reciente puso a lápiz: “por don Manuel de Reyes, maestro de primeras letras”. Los folios correspondientes a la Huida a Egipto y Degollación de Inocentes estaban cosidos, como para no ser utilizados. Y sus personajes son los siguientes: Jesús, María y José, San Miguel Arcángel, Melchor Rey anciano, Gaspar Rey joven, Baltasar Rey negro, Primer coro de Angeles, Segundo coro de Angeles, Adán primer padre, Herodes Rey malo, Artiages noble de Jerusalén, Ircano, id. id., Rabino 1º Maestro de la Ley, Rabino 2ºid. id., Tocino Gracioso, Dos Pobres, Soldados, Música y Acompañamiento . obra interesante, de más resonancias clásicas que la de Fernández y Avila, que entronca perfectamente con los autores teológicos, por su arranque inicial en la caída de Adán y promesa de redención. De esta obra se han tomado los versos que en algunos pueblos (Churra y Rincón de Seca, entre otros) se utilizan para la “entrevista “ de los Reyes Magos, en el primer acto de la obra. Sería realmente interesante ver hoy una representación, debidamente recortada de este Auto.

Pero hay más. En el mismo Archivo y fondos citados hay otros textos de “Reyes magos”. Uno de ellos lo copió en 1983 el médico titular de Villanueva (Murcia), D. Paulino Romo, “de varios autores anónimos de diversos ejemplares” y ese D. Paulino Romo es autor, además , de un libro titulado Los Santos Reyes , dividido en seis cuadros y con diecisiete personajes (sin Jusepe y Rebeca) para el que sirvió entre otros libros, de “varios ejemplares anónimos de los que en cada pueblo de esta provincia se representan el día 6 de enero”. Habría que averiguar, si existe, dónde está el archivo biblioteca de este médico de Villanueva, de finales del siglo pasado, y si hay allí algunos de esos textos que indica.

Con estos elementos y otros muchos –más o menos acertados- que se fueron incorporando en cada pueblo, se han compuesto los textos utilizados en nuestra Región, para sus representaciones de “Reyes Magos”, el día 6 de enero de cada año. Y han resultado – sobre una base común- situaciones tan distintas y tan distantes como las que se da, por ejemplo, en Pedriñanes (ermita de Era Alta), en Rincón de Seca, en Churra, en Albudeite, en Javalí Viejo, en Zarzadilla de Totana, en Aledo o en Algezares. Textos casi siempre inéditos. Textos casi siempre inéditos (antes manuscritos y ahora mecanografiados, pero casi siempre mal transcritos), que se han ido transmitiendo de generación en generación y cuyos poseedores guardan como un tesoro. Las excepciones podrían ser los textos publicados de Pedriñanes (3), Rincón de Seca (4), Aledo (5) y Churra (6).

Antiguamente la representación estaba a cargo de Cofradías de Animas.. luego fueron pasando a las comisiones de fiestas (en algunos casos, mayordomos) y , últimamente, empiezan a depender de Asociaciones de vecinos y de los grupos folklóricos (peñas), que van proliferando, afortunadamente, por nuestra Huerta.

Casi siempre se ha hecho esta fiesta el día de Reyes por la mañana (antiguamente, al rayar el alba; ahora, hacia las diez). A veces también por la tarde noche (sobre todo si se hace en escenario cerrado), y hay pueblos (Guadalupe entre ellos)que alguna vez lo han aplazado al domingo siguiente a Reyes. En los casos excepcionales de ir los pueblos a representarlos a las ciudades (caso Churra en Murcia), se han tenido que representar la víspera de Reyes por la tarde.

También varía el escenario de un pueblo a otro. Hay quien lo hace todo al aire libre, y quien en local cerrado (teatro o iglesia). Lo corriente es que los dos primeros actos se representen al aire libre, y quien en local cerrado (teatro o iglesia). Lo corriente es que los dos primeros actos se representen al aire libre (en la calle – con los Reyes a caballo- o en escenario) y el tercero (la Adoración) en el interior de la Iglesia.

Los actores son siempre aficionados de las localidades respectivas, donde suele haber “veteranos” expertos en sus respectivos papeles. Son típicos, en este sentido, los intérpretes de Herodes, los tres Reyes Magos, Jusepe y Rebeca y algún otro, como el Demonio.

Y también en cada pueblo existe, al menos, una persona a la que yo lamo “alma” de la fiesta: entusiasta aficionado, gracias al cual se han representado los “Reyes” una y otra vez. Ellos son deudores de gratitud y merecedores del mejor de los homenajes.

Por último, creo que puede ser interesante decir qué localidades hacen aún (o han hecho alguna vez) estas representaciones. Yo he confeccionado tres mapas, que se publican en la segunda edición de mi citado libro, de muy reciente aparición. En el primer mapa rcojo los lugares del término municipal de Murcia (treinta en total) que, por orden alfabético, son los siguientes: Albatalía, Alberca (La), Algezares, Aljucer, Arboleja, Barqueros, Beniaján, Cabezo de Torres, Churra, Era Alta, Espinardo, Guadalupe, Javalí Nuevo, Javalí Viejo, Llano de Brujas, Monteagudo, Murcia, Nonduermas, Ñora (La), Palmar (El), Patiño, Pedriñanes (de Era Alta), Puente Tocinos, Raya (La), Rincón de Beniscornia, Rincón de Seca, San Ginés, Santiago el Mayor (antes, Quitapellejos), Santiago y Zaraiche y Zarandona. En el segundo mapa se incluyen los pueblos del resto de la Región murciana (26 en total): Albudeite, Alcantarilla, Aledo, Áviles (Lorca), Baños de Mula, Campillo (Lorca), Casas Nuevas (Mula), Copa (La) (Bullas), Coy (Lorca), Doña Inés (Lorca), Fuente Librilla (Mula), Marchena (Lorca), Molina de Segura, Niño de Mula, Paca (La) (Lorca), Palma (La), Pliego, Pozo Estrecho, Puebla de Mula, Puntarrón (El) (Lorca), Tova (La) (Lorca), Torrealvilla (Lorca), Yéchar (Mula), Zarzadilla de Totana (Lorca). Y en el tercer mapa se relacionan catorce localidades del resto de España: Campello (Alicante), Cañada (Alicante), Daimiel (Ciudad Real), Helechosa de de los Montes (Badajoz), Paredes de Nava (Palencia), Peloche (Badajoz), realejos (Los) (Tenerife), Sangüesa (Navarra), Santillana del Mar (Santander), Valdecaballeros (Badajoz), Vianos (Albacete), Villamol (León), Villarta de los Montes (Badajoz) y El Viso (Córdoba).

Esto quiere decir que el 80% de las poblaciones españolas que representan (o han representado alguna vez) teatro sobre los “Reyes Magos” son murcianas. Y de éstas, el 53 por ciento pertenecen al término municipal de Murcia, muy en torno a la capacidad y junto al río Segura (la excepción es Barqueros). El 47 por ciento del resto de la región se localiza muy concretamente en las cuencas de los ríos de Mula y Guadalentín. Y que conste que estas relaciones son sólo indicativas. Hay aún mucho que precisar. De mis amables lectores espero sus oportunas correcciones y/o ampliaciones.

Ante la evidencia de un fenómeno teatral como el que aquí se ha reseñado, creo que vale la pena parase a reflexionar qué se puede hacer para potenciarlo y – en su caso- para perfeccionarlo. Lo que sí está claro es que merece mayor atención que la que hasta ahora se le ha prestado.

•  Y digo “misterio”, de entrada, porque considero término más adecuado que el tan repetido de auto . No es un auto clásico, y mucho menos sacramental, como más de una vez se ha disparatado.

•  Se publicó en la primera edición de mi libro Teatro medieval en un pueblo murciano. (“Reyes” en Churra), Murcia, 1961. Apéndice II, pgs. 205 a 272, con un total de 2.839 versos. Se prepara edición aparte.

•  Publicado en 1954, según el arreglo original de Francisco Muñoz Gálvez (“Juan de la Herrera”), en Murcia, imprenta Jiménez.

•  Publicado en 1959 por Mª José Pascual en la Revista de Dialectología y Tradiciones Populares , XV, 4, pgs. 495-538.

•  Publicado en 1944 por Miguel Gallego, sin pie de imprenta.

•  En mi libro citado de 1961 (pgs. 55-99). Se incluye también en la segunda edición, Biblioteca Murciana de Bolsillo, nº 79, Academia Alfonso X, Murcia, 1986, pgs. 58-111.