Suficiente para amar

Por Juan TOMÁS FRUTOS.

Apareces donde debes, como debes, con la fórmula que me hace “empatizar” con las sensaciones más queridas, que son en las noches de pura caricia eterna.

Nos hemos dado noblezas que proponen querencias en un desván del que aprenderemos con reglas sanas. Nos proporcionamos valentías.

Nos volcamos en la memoria que distrae. Nos hemos enseñado a amar, y amamos con las devoluciones más distinguidas, que acompañan estupendamente.

Hemos sugerido un regreso a la voluntad que nos complace. En ella somos más nosotros, y de nosotros depende.

Los abrazos nos inclinan hacia esa atalaya que nos previene con el bien mayúsculo, que nos sirve de defensa y de parapeto. Nos comunicamos con amor, y eso para empezar es suficiente.