Regalos en el aprendizaje

La existencia es un regalo, un milagroso regalo que hemos de aprovechar en todas sus oportunidades. Los segundos son fundamentales. Juntamos muchos aspectos que nos parecen nobles para acercarnos a las propiedades de justicia suprema con las que nos ennoblecemos tan pronto podemos. Seguimos con unas presentaciones que sugieren nombres con los que iremos corroborando lo que parece tener sentido cuando se lo dotamos con nombres inciertos.

Conseguimos ser y estar entre tendencias que nos portarán hacia ese sitio donde nos conformaremos con el todo. Hay partes que nos encumbran con pensamientos que flotan hacia esa sensación medio nueva.

Sugerimos resolver algunas incógnitas con las que creceremos hacia ese lado que explicaremos como más humano, como más nuestro. Hagamos todo el esfuerzo del que seamos capaces para atesorar las vibraciones de quienes dicen estar en el mismo bando, que seguramente es así, pero hay que demostrarlo día tras día a un paso presentable y medio seguro. Debemos hacernos caso en todo lo que podamos.

Aseguremos los procesos con las presentaciones de unas astucias con las que hemos de crecer desde el mismo comienzo del día, que ha de ajustar propiedades y fortalecer los criterios con los que nos insertaremos en espacios de pensamientos en pura fluctuación. Seamos todo lo sensatos que podamos, y aseguremos los procesos con los que incrementaremos las ocasiones, siempre necesarias para darnos ese impulso con el que nos desplazaremos una jornada y otra.

Aseveremos los procedimientos con unas cuestiones de broma que han de impartir el criterio de una reacción sin cadenas. Terminemos de hacer lo que es realización hacia el infinito con una prontitud de miras hacia la causa sin duros efectos. Tengamos en paz lo que es rutilante dicha con la que nos propondremos estar entre iguales. Será como digamos, siempre que digamos que todos estemos. Avancemos tendiendo y apretando las manos de quienes precisan de nuestra ayuda, al igual que nosotros precisamos de la suya.

No pongamos culpas como referentes, ni nos escudemos en lo que podemos hacer y en lo que no. Abramos los sentidos y los sentimientos casi a la par con el propósito de enmendar lo que no tenga arreglo. Sigamos hacia esa tonalidad de mejorías y de anhelos de bienestar. Nos hemos hablado de débitos con los que hemos de adelantar algunas pasiones que nos superarán con refuerzos un poco alejados de lo que nos gustó cuando las cosas eran de otro modo. Fuimos un día, y ahora sé que volverán a ser en cuanto la propuesta sea coherente y nos comuniquemos en igualdad. Los procesos ordenados, salpicados de recuerdos y de actuaciones reales, nos ofrecerán magníficos regalos en cuanto al aprendizaje.