Historias de amor y guerra en el Aula de Cine de la Universidad de Murcia

En la revista “Campus Digital“, Pascual Vera recoge un amplio artículo sobre el ciclo Cines periféricos”, programado por el Aula de Cine de la Universidad de Murcia, y que se realizará los lunes 5, 12 y 19 de diciembre en el Aula Antonio Soler del Aulario de la Merced, en proyección única a las 19 horas. Son tres títulos de auténtico interés y desconocidos para el gran público: una película bélica israelí de un pacifista como Amos Gitai y dos viejas cintas soviéticas con las que aquella cinematografía demostró al mundo la capacidad de sus cineastas tras la complicada época de Stalin.

Abre el miniciclo Cuando pasan las cigüeñas, un film clásico dirigido por Mikhail Kalatozov en 1957. En plena guerra fría, el veterano director soviético Kalatozov puso una pica en Flandes y consiguió traspasar el telón de acero con esta historia de amor y guerra, ambientada en el Moscú de la II Guerra Mundial, que consiguió llegar al mismísimo corazón de Estados Unidos. El film fue uno de los abanderados del nuevo cine soviético realizado tras la época de Stalin, consiguiendo encandilar a crítica y público y alzarse con el premio en Cannes.

Kalatozov, especialista en cine propagandístico en su país, supo colocar la contienda mundial y la crisis bélica en segundo plano, para contar una historia de amor ambientada entre 1941 y 1945, los años más duros de la contienda, ilustrando los estragos que los conflictos bélicos pueden causar entre los enamorados.
La protagonista es una joven rusa que ve cómo la invasión de su país por parte de las tropas alemanas la separa de su amado. Son célebres las escenas de masas en la que la cámara en mano sigue a la protagonista en un anticipo de la inminente Nouvelle Vague.

Romeo y Julieta en la Unión Soviética
Le sigue otro film soviético de una época similar: Los corceles de fuego, una cinta de Sergei Paradjanov que cuenta una historia a lo Romeo y Julieta protagonizada por dos jóvenes, enamorados desde niños a pesar de sus respectivas familias.
La cinta supuso el debut en el campo del largometraje de ficción de su director, dedicado hasta ese momento a un cine exclusivamente propagandístico. El film destaca por un encomiable uso del color y una planificación pausada, con imágenes absolutamente hermosas, que se adaptan magníficamente a la historia.
Los corceles de fuego gozó de mucha popularidad en su momento, y, al igual que Cuando pasan las cigüeñas, contiene unas imágenes de una conmovedora belleza.
Las autoridades soviéticas dieron la espalda a Paradjanov, encarcelándolo en campos de concentración e impidiendo que prosiguiera con una carrera que apasionaba a todos los aficionados de su tiempo.

Israel con ojos críticos
Clausura el ciclo Kippur, un film dirigido en 2000 por el israelí Amos Gitai, una de las voces críticas de aquel país, partidario de un mayor entendimiento entres Israel y Palestina, unas opiniones que le han llevado a ser muy criticado por la línea más dura del gobierno israelí.
Gitai aborda en Kippur una historia con un poso autobiográfico, sobre la guerra de Yom Kippur, en la que Siria atacó el territorio israelí.

El propio Gitai participó en la contienda, formando parte de un equipo de salvamento que fue derribado por un misil sirio. Gitai grabó diversas vistas del frente desde el helicóptero que ocupaba, vistas que probablemente le ayudaron a componer las imágenes de esta cinta en la que el protagonista tiene el apellido de su padre, en clara demostración de sus intenciones autobiográficas.
Aunque no se trata de la mejor película de Gitai, sí que constituye una buena oportunidad para conocer a uno de los directores más importantes de su país y con mayor proyección exterior, autor de casi una treintena de películas que componen una oportunidad excepcional de acercarse a la realidad de aquella siempre conflictiva zona.

Fuente: Revista Campus Digital– Artículo de Pascual Vera Nicolás