La ilusión comunicativa está vigente, palpable, en su sitio y en expansión. Todo está por suceder. Es como empezar de nuevo. La perspectiva, limpia, nos ofrece todas las posibilidades que seamos capaces de cosechar. Nos ponemos en marcha. No pararemos hasta que nos insistamos con las dichas más repartidas entre los que menos tienen. Hemos de apaciguar los ánimos. El punto de salida ha de ser el sosiego, con el que podremos aclarar los conceptos en los que hemos de ser más libres.