La bondad es el punto de referencia, o, su equivalente, los buenos propósitos. Así debería ser. Los baluartes comunicativos han de ser, esencialmente, la búsqueda de la verdad desde la buena intención procurando servir de la mejor manera posible a los interlocutores, enseñando desde la humildad, pero también desde la firmeza, yendo hacia delante con paso entregado y sin prisa.