Hay que experimentar en primera persona las consecuencias positivas de la comunicación. Sueño con más pensamientos de los que puedo enumerar en esta nueva y sensata realidad que defiendo como algo mío, muy mío. Me asaltan dudas, pero eso no es malo. De ellas se aprende, y con ellas. Disfruto con todo lo que atraviesa el corazón y lo hace animarse e impulsarse por nuevos derroteros. La voluntad nos ha de conducir por vericuetos cargados de ilusiones, con las cuales se vive. Nada podemos hacer sin ellas.