Muchedumbre. Grupos que se agolpan ante cualquier espectáculo. Manos que chocan y cuerpos que se abrazan. El tejido humano es la tela que se toca a sí misma, que pretende saberse aunque nunca lo consiga. Los hilos que se enlazan por unos instantes o unas horas habrán de verse nuevamente solos. Y libres. Aunque siempre habrá imperativos para tejer alguna bandera: desde la de un club deportivo hasta la de una nacionalidad. Y la trama social volverá a estrangular muchos anhelos individuales. No faltaba más. Los hilos sueltos están muy mal vistos.En recuerdo del profesor José Perona Sánchez.
Muchedumbre. Grupos que se agolpan ante cualquier espectáculo. Manos que chocan y cuerpos que se abrazan. El tejido humano es la tela que se toca a sí misma, que pretende saberse aunque nunca lo consiga. Los hilos que se enlazan por unos instantes o unas horas habrán de verse nuevamente solos. Y libres. Aunque siempre habrá imperativos para tejer alguna bandera: desde la de un club deportivo hasta la de una nacionalidad. Y la trama social volverá a estrangular muchos anhelos individuales. No faltaba más. Los hilos sueltos están muy mal vistos.
El fallecimiento del profesor José Perona nos impulsa a recuperar una vieja entrevista publicada en la revista Campus en junio de 1991 a propósito de un libro suyo que acababa de publicarse entonces ‘Manual de descreencias’. Han pasado dieciocho años, pero sorprende la actualidad de muchas de sus observaciones y la vigencia de sus pensamientos.