Cada cierto tiempo es conveniente que hagamos balance de lo que hacemos, de lo que somos, de lo que pensamos. Conviene realizar reflexiones que nos lleven a ciertas mejorías, en lo posible. Ahora estamos a punto de acabar el año académico, y, aunque no soy dado a regalar consejos, quizá porque no me creo en posesión de ninguna verdad (con el paso de los años lo tengo más claro), sí me gustaría acercar un poco de luz sencilla en torno a lo que considero básico en la formación personal y profesional de todos, incluyendo, claro, a quién les escribe esto.