Felicidad y comunicación
La poesía tiene un algo especial. Es un tipo de comunicación entre las almas, antes de partir, o de regresar, según se mire, a sus verdaderos y genuinos territorios. Por lo tanto, la poesía no es, o no debe, o no puede, que por ahí debe andar la cosa, vivir en el engaño. Fomenta, o ha de fomentar, la cultura de la felicidad, la búsqueda de las sensaciones más humanas, con favores diestros.Pensemos que muestra, porque es así, las entrañas de quien la escribe, y también de quien la recibe con los brazos abiertos. Es una ventana abierta a la naturaleza de unas existencias que, gracias a la esta modalidad artística, practican una comunión y una catarsis curativa. Funciona, de veras.
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