Afrontemos las cosas como vienen, con fórmulas de peticiones fortalecidas desde cada escenario, y siendo cada uno del modo que sea posible. No hay prisa, pero tampoco debe haber pausa. Difundimos mensajes de altura real que nos llevan por caminos de recia factura. Hemos aprendido a tenernos. Las misiones han de aplaudir lo posible con una inclinación noble, sencilla, hecha a la medida de todas las cosas, que son de algún modo.