relato

Segundo premio del IV Concurso de Relatos Cortos 2019 de Enfermería

‘Ponte en mis zapatos’ por Clara Culebras Palao

Yo sí confío en el mundo. Porque sí, porque sí hay personas que comparten.

Comparten todo: su comida, su casa, su dinero; incluso lo más importante, su tiempo.

También confío porque hay personas que regalan vida cada día: que sonríen, que observan, que están pendientes, pero sobre todo que protegen.

Hay personas que cada día dan una razón al mundo por la que seguir adelante, por la que seguir investigando, por la que seguir invirtiendo; pero sobre todo, por seguir entregándose a los demás.

Creo que el mundo no se mide en las pequeñas cosas. Si dedicas un poco de tiempo a observar. .. ¿Observar, qué .. ? Observa.

Simplemente. Observa cómo te levantas cada
mañana, cómo puedes moverte, cómo puedes mirar, cómo eliges qué comer cada día … Observa las cosas simples.

Carla es un bebé de 3 semanas. Nació antes de lo esperado y aún no ha podido irse a casa. Ella no está preocupada, no es consciente de lo que le pasa y además tiene a su familia que la cuida cada día. Su madre está triste porque se siente culpable de lo que le está pasando a su hija, porque no puede darle el pecho y porque se agobia cuando
le ponen la sonda naso-gástrica. Su marido la cuida cada día, la apoya y le recuerda que están juntos.

Guillermo es un niño de 7 años. Guillermo sueña con ver una estrella fugaz. No una estrella, no; una estrella fugaz. Él no sabe cómo son los colores, no sabe cómo son las formas de las letras, no ha visto nunca el mar ni el fuego ni siquiera ha visto cómo son sus ojos. Guillermo está en una casa de acogida, pues sus padres lo abandonaron al
nacer.

Rocío es una adolescente de 16 años. Es feliz. Cada día es capaz de decir bromas, de dar un abrazo a sus padres y a sus hermanos. No se cansa nunca; bueno, a ratos sí, pero nunca lo dice. Ama estar acompañada y su entretenimiento es pasear y jugar al
escondite.

Víctor es un joven de 24 años. Víctor tiene un carácter fuerte. Si se levanta cabreado no hay quien lo soporte o eso dice él. No tiene apetito casi nunca. A la única persona cercana que tiene es a Miriam, su mejor amiga desde pequeños. Se fue de casa cuando
tenía 15 años. Hoy en día está aprendiendo a ser feliz.

Rebeca, una mujer de 42 años, es sencilla. Su sueño siempre ha sido ser artista, y de serlo, sería espectacular. Siempre acompañada de su novio, Alejándro, un hombre muy agradable que le alegra el alma.

Diego, un señor de 68 años y de origen latino, lleva viviendo aquí desde hace cuatro años. Aparentemente triste, sin embargo disfruta un montón con la presencia de los demás, especialmente de sus amigos los del bingo. Le encanta jugar a las cartas.

Marcos es un anciano de 89 años. Marcos siempre ha sido muy inteligente. Le encantaba diseñar casas y suyos son los mejores edificios de la ciudad. A día de hoy mantiene esa especial destreza en sus manos con las que nos sorprende cada día
dibujando … Perdió a su mujer hace un año. A ella le dedica todo lo que hace.

Cada día me enfrento a todos vosotros. En la mejor acepción de la palabra. Y tengo que decir que sois vosotros los que me regaláis la vida …

Carla, cuando consigues succionar del pecho de tu madre haciéndole brotar las lágrimas, cuando consigues respirar sin la mascarilla, cuando consigues abrir tus ojitos por una milésima de segundo dejando a tus padres embelesados en su brillo.
Guillermo, cuando deslizas tus manos por todos los elementos de la habitación buscándome para darte un abrazo, cuando confías al agarrarte la mano, cuando tú me
regalas tu sonrisa sin saber cómo es la mía …

Rocío, cuando das un brinco de alegría cada vez que vienen los pequeños de la casa a hacerte una visita y les preguntas cómo les ha ido el cole. Cuando abrazas a tus padres a la vez dejando tu cabeza en medio de las suyas y me miras con complicidad porque
sabes que es lo que más necesitan.

Víctor, cuando no dices nada al verme entrar y retiras la mirada pero al mismo tiempo buscas una palabra de aliento. Cuando me cuentas tus historias acompañado de Miriam o cuando te decides a sonreír alguna vez al día.

Rebeca, cuando bailas con las palabras y cierras los ojos imaginando como actuarías frente a toda una sala llena de gente. Cuando Alejandro te observa con tanta dulzura que hasta te hace sentir vergonzosa … Cuando te vas una mañana y vuelves haciendo
sonreír a cualquiera que te cruza.

Diego, cuando demuestras que no hay quien te gane a los juegos de cartas o cuando ocultas una carcajada en una cara seria. Cuando das las gracias al verme salir, aunque muchas veces sea porque tus amigos te den una palmadita en el brazo.

Marcos, cuando haces que mi día de repente se transforme. Eres capaz de hacer que vuelva mi calma, mi paciencia, mi serenidad … Cuando regalas arte.

Sí, sois vosotros los responsables de que el amor exista. Sois los protagonistas de mi vida. Las personas que me hacen ser quien soy.

Me da igual que seas pequeño, joven,
adulto o anciano. Si me necesitas me va a dar igual de dónde vengas, a dónde vayas o si eres más feliz o menos. Entiende que estoy aquí por ti.

Carla, representas la vida prematura. La que es frágit desesperadamente agónica.

Guillermo, tú representas la vida que no se ve. Solo sientes. No reconoces viendo, pero sí reconoces todo lo demás: olores, pieles, voces …

Rocío, representas la vida que lucha, la que no se agota y sabes que el día de mañana vas a estar ahí fuera dándolo todo. Proteges y sabes qué hacer cuando la desesperación acecha en tú propio tejado.

Víctor, representas lo dura que puede llegar a ser la vida. A veces todos elegimos caminos que no tocaban … Quédate con que has tenido la fuerza para salir. Demuestras que nunca es tarde para confiar en ti mismo y en los demás, aunque no tengas motivo alguno para hacerlo.

Rebeca, tú representas la vida con esperanza. La que no se frustra. Con tu visión positiva, disfrutas de cada segundo. Eres ambiciosa, soñadora, risueña …

Diego, representas la vida melancólica, la que nos hace pisar la tierra firme y nos hace conscientes de donde estamos. No has dejado de escapar. Tus cicatrices así lo muestran; pero por fin ha llegado tu calma.

Marcos, representas la perseverancia. Pura experiencia, pura luz para cualquiera. Aflora en tu mirada el amor que llevas dentro …

Adoro cada día de mi vida porque vosotros estáis en ella. Nadie puede decir que es rutina. Eso no es verdad. Cada día los sentimientos cambian.

Vivimos rodeados de personas que conocemos y personas que no, aunque todos nos provocan algo.

Dedicamos, literalmente, nuestra vida a vosotros. Todos y cada uno de nosotros hemos elegido estar aquí, así vestidos … Y todo por ti.

Solamente te pido una cosa: que me veas como una persona normal y corriente que está para apoyar todo lo que te sostenga. Juré que jamás te haría mal. Al contrario. Recuérdamelo si vieras que se me pudiera estar olvidando.

Carla, Guillermo, Rocío, Víctor, Rebeca, Diego, Marcos: conjugáis el verbo “vivir”. Sin patrones preestablecidos. Cada uno afrontando sus situaciones desde sus vivencias.

Es inevitable que nos pasen cosas, que la vida nos ponga a prueba.
Padres de Carla, sé que es duro, pero lo estáis haciendo bien. Ella nota vuestra fuerza.
No os desaniméis, pensaréis que no pasa el tiempo, que os angustia separaros de ella, siendo tan pequeña. Espero que transforméis esa fragilidad en esperanza. Siempre estaré para daros una palabra de aliento.

Familia de acogida de Guillermo, sois un ejemplo de que el amor está presente cada día. Gracias por hacer que él esté feliz. No es fácil sacar adelante una situación así en la que sabes que jamás va a poder disfrutar sentado de una terraza en la montaña o en
una tumbona una noche de verano viendo los fuegos artificiales, pero le habéis enseñado que la vida va más allá de lo que los ojos puedan ver. Todo está bien ya, seguiré a vuestra disposición yendo a visitaros.

Familia y hermanos de Rocío, que tenéis la suerte de poder disfrutarla como lo hacéis …
Ella mantiene la balanza, se carga a la espalda su enfermedad y lo duro que es para vosotros, pero sois vosotros su motivo para seguir adelante. Proteged vuestro amor y en lo que necesitéis aquí estoy.

Miriam, no te canses de acompañar a Víctor. Él te necesita más que a cualquier persona en este mundo. No pasa nada si sientes que no puedes llevar esa presión. Yo estoy aquí, sí me necesitas.

Alejandro, tienes a un monumento aliado, Rebeca, que no va a dejar que caigas en ningún momento. Sigue mirándola como la miras, con los ojos vidriosos, contemplando cada una de sus sonrisas. Nos vemos muy pronto en la rehabilitación.

Yo te cuido, cuido de ti, de tu familia, de tus amigos … Cuido de tu vida.
Por favor, cuida de la vida. Cuídate. Cuídalos.

Y para los que estáis a este otro lado del papel, hay algo que siempre va a estar en nuestras manos: formarnos para trabajar bien; amando cada día nuestras rarezas y así
pudiendo amar las de cada paciente.

Obsérvalos, conócelos.