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RECORDANDO A LA PROFESORA PILAR MENDIOLA LÓPEZ

Homenaje a profesores jubilados de la Facultad de Biología
SEMBLANZA POR  JUAN ANTONIO MADRID PÉREZ

Esta facultad ha llegado a ser lo que es hoy día, un referente en cuanto a la dedicación de sus profesores y al trabajo bien hecho, no solo en el contexto de la Universidad de Murcia, sino también en el conjunto de las Facultades de Biología de España, gracias a profesores y personas como las que hoy son homenajeadas por su jubilación.

Y en especial, gracias a personas como Pilar Mendiola, quien tras su formación como Licenciada en Biología y sus comienzos en la investigación en la Universidad Complutense de Madrid (1974-78), se incorporó a la Universidad de Murcia en 1978 y desde entonces ha entregado lo mejor de sus años y de su tiempo a trabajar con sus alumnos y compañeros de Departamento, Facultad y Universidad. Y esto ha sido así hasta el último día en el que ha estado con nosotros. Incluso, después de jubilarse nos ha seguido ayudando con la organización docente.  

Una de las cualidades que más destacan en Pilar es su equilibrio, no solo en lo que se refiere a su personalidad, sino también en su actividad profesional, ya que ha sabido mantener en todo momento un reparto equitativo entre su actividad investigadora, participando activamente en las investigaciones sobre la fisiología y cronobiología de peces, su trabajo como docente en Fisiología Animal y Endocrinología, y su intensa actividad en tareas de gestión como vicedecana de la Facultad de Biología, coordinadora de diferentes asignaturas y miembro de múltiples comisiones. 

Quiero destacar una cualidad especial de Pilar, su brillante actividad como docente y su cercanía a los alumnos. Pilar ha sabido ejercer de madrina de cientos y miles de estudiantes de más de 40 promociones que han confiado en ella sus problemas e inquietudes. 

También, aunque no ella lo crea, ha sido un modelo para nosotros, sus compañeros y amigos del departamento. Pocas personas he conocido en mi vida universitaria, en la que a veces predominan comportamientos excesivamente egoístas, que hayan sido tan altruistas, serenas, sensatas,  trabajadoras y siempre dispuestas a ayudar, como en el caso de Pilar.

Esta forma de ser es la que hace que al igual que ha trabajado hasta el último día como si fuese el primero de su carrera, también haya sabido adaptarse tan bien y sin quejarse, a un cambio tan dramático como el que supone dejar el trabajo que ha dado sentido a tu vida. Por eso, en un momento como este, tienen aún más sentido las palabras de Gabriel Celaya dedicadas al maestro.

Decía el poeta que para ser un buen profesor,

…uno tiene que llevar en el alma/un poco de marino, un poco de pirata… /un poco de poeta… /y un kilo y medio de paciencia concentrada. /Pero es consolador soñar mientras uno trabaja, /que esa barca, que ese niño, /irá muy lejos por el agua. / Soñar que llevará nuestra carga de palabras /hacia pueblos distantes, hacia islas lejanas. /Soñar que cuando un día/esté durmiendo nuestra propia barca, /en barcos nuevos, en lugares lejanos seguirán resonando tus palabras. 

Pilar, puedes  sentirte una privilegiada porque en tu caso tu profesión ha coincidido con tu afición y por haber podido hacer realidad los sueños que tuviste cuando entraste a trabajar con el profesor Fraile en la Universidad Complutense de Madrid. Tu historia ya forma parte por mérito propio de la historia de la Facultad de Biología de la Universidad Pública de Murcia. Gracias.

DISCURSO DE PILAR MENDIOLA LÓPEZ

Sr. Rector, Sr. Presidente del Consejo Social, Sra. Decana y miembros del equipo decanal, amigos y compañeros:

Deseo en primer lugar daros las gracias por este acto de homenaje tras la jubilación como profesora de la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia. Miro hacia atrás y me doy cuenta de que aquí ha transcurrido la mayor parte de mi vida, 39 años, En este tiempo la Universidad y la Facultad de Biología han crecido y cambiado mucho,  y siento satisfacción pensando que he formado parte de esa evolución, que he contribuido en algo en ese crecimiento. También porque he  tenido compañeros, con muchos de los cuales los lazos persistirán en la amistad que hemos labrado, con los que he colaborado, he aprendido y he crecido paralelamente a los cambios de la Universidad.

Al mismo tiempo tengo que deciros que no tengo sensación de estar desvinculada o “jubilada” de la Universidad, sigo vuestros trabajos, me alegro de los éxitos científicos que merecidamente obtenéis, los sucesos, etc.., en parte porque aquí continúa mi compañero de vida, Jorge de Costa, que sigue en activo y me mantiene informada, y en parte porque la cuenta de correo electrónico que nos mantiene la Universidad no interrumpe esa información.

Gracias Juan Antonio Madrid por tus cariñosas palabras, y a todos vosotros por formar parte del viaje de mi vida. Os deseo que disfrutéis del trabajo como yo he disfrutado y cuando alcancéis la hora de la jubilación deseo estar presente también en vuestro merecido homenaje.

Gracias a todos.