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RECORDANDO AL PROFESOR JOSÉ MESEGUER PEÑALVER

Homenaje a profesores jubilados de la Facultad de Biología
SEMBLANZA POR  MARÍA ÁNGELES ESTEBAN ABAD

Sr. Rector, autoridades académicas, familiares y amigos de quienes hoy reciben este homenaje, compañeros, querido Pepe

Es este un momento feliz en el que no voy a enumerar tus logros, ni hablar de la nueva etapa que vas a vivir: “Lo que la oruga llama el fin, el resto del mundo lo llama mariposa (Lao Tzu)”. Creo que la inmensa mayoría de los que hoy estamos aquí te recordaremos como catedrático, responsable de un nutrido grupo de investigación, e incluso como decano, o como alumno o doctor en Bellas Artes, pero muchos menos son los capaces de recordarte en tus primeras etapas. Fue Platón el que dijo “el comienzo es la parte más importante de la obra”. Por eso, empezaré relatando cómo fueron tus inicios.

Pepe, tiene dos grandes pasiones, aunque siempre se ha sentido más artista (gen materno) que científico (gen paterno). Impulsado por las decisiones de sus amigos se animó a iniciar estudios universitarios, no sin antes batallar con sus padres. Pepe empleó la que pensaba que era su mejor baza, su parte científica (y es que Pepe es reflexivo y estratega). “Me voy a Valencia a estudiar Física” y, finalmente, los convenció. Al año siguiente, se cambiaría de carrera para estudiar su querida Biología. Cuando ya estaba cómodo en esa licenciatura pensó en compaginarla con Farmacia (y es que Pepe siempre tiene nuevos proyectos) pero la prueba resultó materialmente imposible, lo mismo que le ocurrió con el Conservatorio Superior de Música.

Hizo su tesina en el Instituto Español de Oceanografía de Lo Pagán estudiando la sangre de la dorada y del mújol, embrión de la línea de investigación de nuestro grupo. Fue en el año 73 cuando llegó a la Universidad de Murcia ingresando en la Cátedra de Citología, Histología y Anatomía Patológica ubicada en el antiguo Hospital Provincial (actual Reina Sofía). Entró como PNN, Profesor Ayudante de Clases Prácticas con dedicación exclusiva,  ¡y tanto!. Impartía docencia en Medicina: Biología General en 1º con unos 600 alumnos, Citología e Histología en 2º con unos 400 alumnos y Anatomía Patológica en 3º con unos 100 alumnos, aquello sí que era “selección natural”. Todo por el fantástico sueldo de 13.800 pts. (algo menos de 83 euros). Pepe disfrutaba de lo lindo, no solo por su gran vocación docente, sino porque se identificaba plenamente con sus alumnos. De hecho, la inmensa mayoría de sus amigos han sido alumnos suyos. Lo recordamos por su voz alta y clara en el aula, su perfecta dicción, su orden y, los que tenemos ya cierta edad, por sus pizarras con preciosos esquemas de tizas de colores (y es que, de esta manera, el mezclaba sus dos pasiones y nos dejaba ver su lado artístico).

Entre clase y clase elaboró su Tesis Doctoral y, ya doctor, vivió el traslado de la Cátedra a la Facultad de Medicina de este Campus. Fue entonces cuando el grupo formado por los tres profesores biólogos apostó por una investigación independiente de la realizada por los médicos. El trío tenía un componente femenino al que llamaban por su nombre de pila (Blanca) y dos componentes masculinos, a los que llamaban por su apellido (Meseguer y Quesada). El problema era saber quién era cada uno de ellos. El era “el del bigote que va con Blanca”.

Llegó un momento en el que le inquietaba no haber conseguido cierta estabilidad laboral, lo que le impulsó a realizar oposiciones a Enseñanza Media, las aprobó y compaginó su docencia en ambos niveles. Unos años más tarde, sacaría su plaza en la Universidad a la que se dedicaría a tiempo completo.

En cuanto al grupo de investigación de Pepe, decir que comenzó en una cena. Llegué algo retrasada a mi cena de fin de carrera y mis queridos compañeros no me guardaron sitio, lo que me obligó a cenar en la mesa del profesorado. El sitio libre estaba al lado de Pepe. Entre plato y plato organizamos mi traslado desde el Departamento de Bioquímica al de Citología. Al finalizar la cena quedamos para el lunes y desde ese día llevamos algo más de 30 años quedando hasta el próximo lunes, que se dice pronto. Os podéis imaginar todo lo compartido a nivel de docencia, investigación y gestión, pero también todo lo vivido. Ahora da gusto recordar como esa línea de investigación dedicada en el estudio de la inmunidad de peces marinos en el ámbito de la acuicultura, ha ido formando de manera continua y pausada a varias decenas de jóvenes que se han ido incorporando al mercado laboral. La línea ha crecido y se ha desarrollado tanto, que ha permitido que se forme otro grupo con carácter biosanitario centrado en la inmunidad, la inflamación y el cáncer. Pepe puedes estar muy orgulloso de dejar a pleno rendimiento ambos grupos de investigación.

Además, todos los que hemos tenido la suerte de haber trabajado contigo hemos podido compartir bulliciosas horas de clases prácticas, silenciosas horas de hemeroteca, frías horas en el microscopio electrónico, musicales horas en la sala oscura. También han habido muchos momentos de café y bollería en la cantina (a Pepe siempre le gusta ir acompañado y ¡cómo no es goloso!) y muchas, muchas paellas, viajes (de congresos, de oposiciones, de cursos de verano, a empresarios…).

Muchas horas de trabajo en laboratorios y despachos, innumerables horas de torpe redacción de artículos o borradores de proyectos, horas tediosas de máquina de escribir. Pero es que luego llegaron las facturas, los informes, los convenios, las infinitas horas de ordenador, la tremenda gestión universitaria, las interminables reuniones, las comisiones, las evaluaciones, los Consejos de Gobierno, los Claustros, las reuniones de Decanos. Todo ello ha estado convenientemente aderezado con pequeños y grandes problemas, proyectos, logros, retos, pruebas, superaciones, esfuerzos, incertidumbres, decisiones, alegrías y penas, como todo en la vida.

Los que conocemos a Pepe pensamos que su forma de ser le ha ayudado mucho al gran desarrollo que ha tenido su carrera universitaria. A Pepe no le gusta imponer su criterio, nunca ha querido tener problemas, tiene muy buen carácter, es muy alegre, y sabe seleccionar muy bien a su gente, es leal, reflexivo y responsable. Pepe es muy buen compañero y, más que eso, un amigo. Como ya he mencionado, siempre ha tenido la cualidad de crear lazos con sus alumnos y sus colaboradores que van más allá de las relaciones meramente profesionales. Por eso, aunque dejes de ser nuestro compañero seguirás siendo nuestro amigo, y sabes que para algunos siempre serás el jefe del “Equipo A”.

Acabo ya, espero, que por nuestra parte, con el buen ambiente y el dinamismo que nos has inculcado, te hayamos ayudado un poco a permanecer al máximo nivel hasta el momento actual.

Muchas gracias por vuestra atención, enhorabuena a todos los homenajeados. Muchas gracias por todo Pepe y a ti te digo: hasta el próximo lunes.

DISCURSO DE JOSÉ MESEGUER PEÑALVER

Buenos días-tardes. Ante todo, agradecer a los presentes su asistencia, a las autoridades académicas su tiempo e interés. De modo especial al Equipo Decanal, a su Decana Alfonsa y a la Vicedecana Paquita por la organización de este acto.

Un agradecimiento especial, sincero y efusivo a Marian por la semblanza que sobre mí ha presentado. Gracias por esto y por tantas y tantas otras cosas que ella sabe y que muchos conocéis. Felicitar a Marian por el enfoque informal y divertido de su intervención, con la que estoy totalmente de acuerdo ya que creo que no es día de cosas serias ni de exposición de méritos personales.

Considero que es día apropiado para manifestaciones de afecto, de cariño y de recuerdos, en mi caso de recuerdos de más de cuarenta y cuatro años de dedicación a la UMU.

Deseo que estas breves palabras sirvan para dejar constancia de que durante estos 44 años he puesto especial empeño en hacer todo lo que me ha sido posible por mi Universidad, mi Facultad y mi Departamento, y que ahora, cuando miro hacia atrás y veo el camino recorrido, me siento enormemente satisfecho por la labor desarrollada. Emulando a los dioses, diré “…y vio que lo que había hecho era bueno”

Continuando con el tono informal de Marian, os diré que si tuviera que ponerle un eslogan a todo este tiempo de labor universitaria, para mi, ese eslogan sería: “ponga una mujer en su vida”

Mi vida universitaria ha estado arropada y sustentada por mujeres enormemente inteligentes y valiosas. Comenzó con el apoyo de la más amable y cariñosa de las mujeres, mi madre, continuó con la de Blanca, siguió con la de Conchita y Adelina, Maricarmen y Cati, Graci, Teresa Lozano, Elbal, Alfonsa, Marian, y ha continuado con incorporaciones recientes como, Lola, Marina, Teresa, Paquita, Ángeles, Dori, Fuensanta, Encarnita, Inma, Isabel, etc., etc.

Por supuesto esta norma ha tenido sus excepciones, como lo es el caso de Victor, Antonio, Alejandro, Alberto, Arnaldo, Javier, José Francisco, Manolo o Frank. Bueno, como veis, la lista es bastante más corta.

Pero, durante estos años, mi trayectoria habría resultado absolutamente imposible sin el apoyo, el cariño y la ayuda de una mujer extraordinaria, a la que quiero con toda mi alma, se trata de mi mujer, Maite, ella, además de apoyo incondicional, me ha proporcionado lo mejor y más importante de mi vida, mis hijos. Gracias mami.

Y como estamos en época preelectoral, concluiré con una metáfora: “no debemos olvidar que nosotros, los mortales, somos el sustento de los dioses y que somos nosotros los que les damos sentido a su existencia” Pensad bien vuestro voto y sus consecuencias antes de emitirlo.

Muchas gracias y suerte para todos.