Por una comunicación grande y amplia

Necesitamos trechos y espacios para comprender la realidad que nos une, la que nos circunda y nos permite la convivencia en el día a día. Asumo que los cambios siempre son para mejor, porque son oportunidades de razones y de criterios que han de crecer como la levadura en otoño. Acierto con la mirada hacia ese tono tuyo de hablar que me engrandece porque cuenta con mis pareceres, que se suman a los tuyos. El positivismo nos conduce por recuerdos y palabras de sensaciones eternas que nos pregonan astucias de pensamientos queridos. Estamos en la verdad, en su itinerario, en su fogosa búsqueda ante el cúmulo de ideas que nos tocan con resistencias de toda índole.

Hemos crecido con el paso del tiempo, con la voluntad de ser entre astutos anhelos que guardamos en modelos de pertinaces objetivos. Aumentamos las querencias por el destino que nos ha de embriagar con resortes comunicativos que nos aclaren con independencias de criterios. La sagacidad se cultiva, y el intelecto puro también. Hemos de habituarnos a tomar pareceres de otros, a interpretarlos, a incrementar los valores propios a través de la paciencia. Nos hemos de gustar, y para ello nos debemos conocer.

Hemos de ubicarnos entre espacios de entendimiento para comprender que el verdadero bagaje viene con el viaje ancestral que nos ha de premiar con opiniones de unión en lo espiritual, en lo anímico, en lo personal y en lo profesional. Juntos somos mejores: todos podemos contribuir al crecimiento del que está al lado.

Hemos de perseguir la comunicación con los demás, con sus pensamientos, con sus fines, con sus pretensiones más o menos cercanas, y hemos de procurar que el entendimiento sea la máxima con la que nos movamos. Nos hemos de intentar ver en un nuevo escenario. Somos lo que podemos ser, lo que nos atrevemos a ser, y siempre desde el respeto y la tolerancia. Es la base de la convivencia democrática.

Hemos de pretender la pro-actividad en la marcha placentera de la comunicación. Hemos de insistir, de persistir, de movernos a favor de ella. Nos hemos de dar los buenos días y las buenas noches con ese afán, que nos ha de guiar en todo momento. La vida es mientras comunicamos, mientras somos en relación a los demás. Hemos de procurar que sea así. Seguramente daremos con una mayor dosis de felicidad, que hará fermentar una comunicación más grande y amplia. Ya sabes: busco tu comunicación. Nos tendremos en tanto en cuanto la consigamos para los dos, para todos.