Perfumes comunicativos

Tocamos, palpamos, olemos, sentimos y damos con los mensajes de unas comunicaciones que han de acertar en lo fundamental. Figuramos en una nueva obra de teatro limitado por unas causas que nos superan. Seremos bonitos, si nos defendemos como tales. Hemos amoldado algunas causas con unas señales medio nuevas. Instamos a los bondadosos con unas comunicaciones que han de ser plenas. Nos ponemos a recorrer espacios que nos consideran solitarios en unos desvanes muy nuevos. Los utilizamos únicamente a medias. Nos hemos puesto a laborar con olvidos que hemos de devolvernos a unos estadios estupendos.

Nos preparamos para señalar las causalidades con las que nos mostramos enamorados de unas insinuaciones que nos asaltan con vacilaciones muy extrañas. Nos pondremos a negociar en esos momentos de cautividades con troníos supuestos. Nos daremos unas lindezas que nos harán suponer todo tipo de actividades formativas en el sentido más integral posible. Nos echamos encima esas ideas que nos han de liberar de viejas usanzas.

Buscamos cada jornada perfumes comunicativos que nos han de liberar de los inmediatos deseos. Nos mostraremos con unas destrezas que hemos de alimentar y limar para superar las barreras que otros, quizá todos, nos colocan para alterar el ritmo y el deseo de las buenas cosas, con las que comulgamos un día sí y otro también. Hemos de nutrirnos con el vencimiento de lo negativo y con la extensión de aquello que nace con una firme voluntad de triunfo. Hagamos caso al corazón.

Las valentías han de afirmarse en las mejores relaciones posibles. Hemos de postularnos como deseosos de aquellas convivencias en las que las actitudes han de resumir señeros desafíos con los que caminar un segundo tras otro. Nos hemos de enamorar con reseñas y razones de buenas intenciones, con las que hemos de reír cotidianamente. No vayamos todo lo deprisa que otros quieren. Marchemos como precisamos.

Superemos las tentaciones con unos agotamientos de espacios que hemos de considerar menos vacíos. Las inversiones en comunicación siempre son una buena cosecha ante las consumaciones de propósitos con los que nacer y seguir con una cierta constancia. Nos debemos proponer miramientos y medidas que nos insistan con sus gratas superaciones de cualquier obstáculo que pueda surgir. La vida es, si sabemos disfrutarla. Si es posible, y con formulaciones comunicativas, hemos de procurar que sea minuto a minuto. Por ahí han de andar las pretensiones en la información, en sus procesos. Tengamos en cuenta todo lo que sea menester para dar con esos perfumes que nos blindarán ante los desmanes y los conflictos que algunos, pocos, nos intentan vender.


Juan TOMÁS FRUTOS.