1996-01-23 Manuel Muñoz Cortés [Luis Urbina] Portadas

Manuel Muñoz Cortés, una vida dedicada a la Universidad de Murcia

El lunes 15 de junio recibe un homenaje en la facultad de Letras

 Centum homenajea otro centenario: el del profesor Manuel Muñoz Cortés, vinculado durante más de medio siglo a la Facultad de Letras.

El próximo lunes, día 15 de junio, a las 19 horas, tendrá lugar en el Hemiciclo de la Facultad de Letras, un homenaje a este profesor que habría cumplido el próximo mes de julio cien años.

Manuel Muñoz Cortés leyendo un libro en alemán en el despacho de su casa. Foto: Luis Urbina.
Manuel Muñoz Cortés leyendo un libro en alemán en el despacho de su casa. Foto: Luis Urbina.

En el homenaje intervendrán Carmen Agulló Vives, Doctora en Filología Románica, Catedrática de la Universidad de Castilla-La Mancha, discípula de Muñoz Cortés; Pascualita Morote Magán, Doctora en Filología Románica, Catedrática de la Universidad de Valencia y discípula de Muñoz Cortés; Pilar Díez de Revenga, Doctora en Filología Románica, Catedrática de la Universidad de Murcia, discípula de Muñoz Cortés y María del Mar Albero Muñoz, Doctora en Historia del Arte, Profesora de la Universidad de Murcia, nieta y biógrafa de Muñoz Cortés. Moderará el catedrático Francisco Javier Díez de Revenga.

El acto será transmitido en directo en tv.um.es

Organizan Real Academia Alfonso X el Sabio; Departamento de Lengua Española y Lingüística General; Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada; Centenario de la Universidad de Murcia; Centenario de la Facultad de Letras y 75 años de la Real Academia Alfonso X el Sabio.

Medio siglo en la Universidad de Murcia

Una apiñada biblioteca cubría prácticamente las cuatro paredes de su luminoso despacho en la facultad de Letras. Junto a sus libros se podían observar también algunas fotografías que hacen una vida rica en contertulios y amigos interesantes, como es lógico que fuesen los de una persona que llegó a compartir tertulia con el mismísimo Unamuno. Una ajada fotografía devolvía al visitante la imagen de un jovencísimo Muñoz Cortés junto a su amigo Ramón Menéndez Pidal; en otra se le podía ver junto al Nobel Miguel Ángel Asturias, Jorge Guillén…

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El profesor Muñoz Cortés, en el Claustro de Derecho. Año 2000. Foto: Luis Urbina.
Aunque natural de Badajoz, Manuel Muñoz Cortés estuvo  vinculado a la Universidad de Murcia durante más de medio siglo.

La que le acogió aquel lejano día de 1950 “Era una universidad muy pequeña. Éramos tan solo cinco o seis catedráticos”, comentaba a este cronista en una entrevista concedida a Campus en el año 2000. “Yo llegaba de Madrid, donde trabajaba junto a Menéndez Pidal. Recuerdo la impresión que me causó la pobreza de su biblioteca. No había ni un solo libro de mi especialidad, historia de la Lengua Española”.

Pero tanto la Universidad como la ciudad le acogieron con los brazos abiertos. Don Manuel pronto se integró en las tertulias más famosas de la época, como la del sombrerero Ruiz Funes, que llegó a contar con la presencia de Jorge Guillén.

Folclore murciano

Pronto se interesó por el folclore murciano y comenzó a publicar libros sobre el tema. Los auroros, un fenómeno entonces poco conocido en la capital, fueron objeto de sus estudios: “Generalmente el señorito de Murcia despreciaba un poco al huertano, y este no se sentía solidario con la ciudad, pero yo me sentí pronto integrado con esas dos murcias” –aseguraba el profesor-. Estas relaciones culminaron en una auténtica amistad, hasta el punto de que uno de ellos, con tanta ingenuidad como autenticidad le espetó un día: “Don Manuel, que bueno es usté, cuando se muera le iremos a cantar a la tumba. Ese es el homenaje mayor que me han podido decir” –comentaba con una amplia sonrisa-.

No el sucesor, sino en antecesor de todos

No le faltaron a don Manuel ocasiones para dar el salto de la de Murcia a otras universidades de mayor tradición, pero él, que siempre se encontró bien en Murcia, encontraba razones para permanecer aquí: “Me decían que si iba fuera sería el sucesor de fulano y mengano, pero yo les contestaba que quedándome en Murcia sería el antecesor de todos”.

La década de los 50 es testigo de su incansable quehacer en el campo académico: organiza los primeros cursos para extranjeros, promueve las primeras becas de intercambio, inicia una relación de intercambio de lectores con universidades extranjeras… Don Manuel es pronto un profesor popular entre los estudiantes. Quizás por eso se convierte en el primer becario de Honor del flamante colegio Mayor Ruiz de Alda.

Los primeros años 60 reciben a Muñoz Cortés en París, concretamente en La Sorbona, donde ejerció como profesor durante dos años, aunque Murcia continúa siendo su lugar de trabajo. En 1970 recibe un importante encargo por parte del embajador alemán: dirigir el Instituto de España en Munich, una institución de gran relevancia para la difusión del español. Pero ni siquiera ese cometido, a miles de kilómetros de distancia, impidió que don Manuel siguiese íntimamente vinculado a la Universidad de Murcia. Cada 15 días, puntualmente, volvían a ver su figura las jacarandas del campus de la Merced, adonde volvía para continuar con su labor docente entre los alumnos de doctorado. Una labor que continuó hasta comienzos de los años 80.

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Muñoz Cortés en su biblioteca, en un momento de la entrevista concedida a Campus, abril de 2000. Foto: Luis Urbina.

Profesor Pigmalion

50 años después de que la Universidad de Murcia le recibiese con los brazos abiertos, a pesar de su incansable actividad, de sus conferencias, de su constantes preparativos de congresos, de sus continuas investigaciones y de seguir en contacto con la Universidad, Muñoz Cortés reconocía que echaba de menos enseñar. Y no dudaba en afirmar que “La curiosidad, el afán de saber y el de comunicar, así como la paciencia”, son las virtudes que debía ostentar siempre un profesor.

Y como buen aficionado al teatro –su padre fue gerente del teatro López de Ayala de Badajoz-, se refería a una obra de Bernard Shaw para definir la labor del maestro: “Yo tengo una imagen del profesor como Pigmalion. Durante cinco años, el profesor va formando a sus alumnos, asesorándole sobre lecturas, modelando su mente, en suma”.