Mª Antonia Zamorano

Mª Antonia Zamorano

María Antonia Zamorano tiene un quehacer que rezuma novedad nunca eximida de pasado, de un pasado ancestral que guarda silencios de mujer, ocultos por siglos de barreras que por fin se pueden saltar, derribar, arrasar. En su evolución de años de práctica y de búsqueda de dar forma a lo sentido por medio de la materia nos ofrece un trabajo donde se aprecia el talento y la herencia del género al que pertenece, el talento genuino que alberga como ser humano que sabe valerse del legado de la historia artística y los adapta a su crear haciéndolos arte ahora suyo, libre de prejuicios, desde el que nos habla con su sensibilidad de persona comprometida con el espacio y el tiempo que le ha tocado vivir, haciendo simbiosis de emociones causadas por la forma de las cosas y por la abstracción de los sentimientos.

Desde un lenguaje variado (pintura, escultura, grabado,…) crea a través de líneas que ya se agrupan, que se enredan, que se sueltan que se definen. Colores tierra que hablan de la tierra en todos sus variantes, azules mediterráneos. Materiales ya clásicos en artes plásticas, ya novedosos incluso para los comienzos de un “arte povera” donde el esparto puro aún no era el cuerpo primo y probablemente ni siquiera compaginado. La Guitarra picasiana que abría paso a una forma de representación nueva en escultura no sabía cuan largo llegaría aquel camino iniciático, deparando en este aquí y ahora otorgado por unos volúmenes de esparto que nos acercan de raíz a la tierra, a lo que ella da sin cultivo, altruistamente, para que luego en manos de María Antonia Zamorano cobre forma y nos hablen de sueños, de nuevas posibilidades.

Adentrarnos en su obra es acceder a la comunicación de aquello que piensa y siente, que intuye y que busca, para ello se vale de algo que en arte es la matriz con la que se pergeñan las ideas en las artes visuales, de la línea, expresada ya desde el color, ya desde la anatomía del esparto, ya desde el hilo que hilvana. Línea que ella lanza como si la misma Ariadna fuera para que los sentimientos que habitan en los más recónditos rincones del laberinto de la vida afloren desde su sustancia.

Rosa Campos

Fotos: Luis Urbina